Fragmento de poema de Samuel Feijó, obra de David Záyas. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Muchos son los testimonios que corroboran que, solo dos años atrás, la barriada de Romerillo en el municipio Playa estaba en muy malas condiciones estructurales. Hoy la historia es diferente, poco a poco, el lugar adquirió identidad, y todas las personas quedan encantadas por el ambiente colorido de sus calles.

Fuente: Cubadebate

“Esto estaba en pésimo estado, yo he vivido aquí desde que nací y nadie antes se interesó tan profundamente por nuestro bienestar, lo que se ve ahora en el entorno no era lo que había antiguamente”, comentó Esteban Lemus, vecino de la zona.

Asimismo, la estudiante noruega Emilia Gjendal, destacó que en su país no existe ese colorido ni en casas ni en parques: “cuando camino pienso que estoy dentro de un museo de arte contemporáneo”.

La magia no fue la causante de las mejoras constructivas en los alrededores, sino el artista de la plástica Alexis Leyva (Kcho), quien quedó enamorado de la localidad desde su época de estudiante. Su juventud se desarrolló en estas cuadras, porque estaba becado en la Escuela Nacional de Arte (ENA), a pocos metros; aquí venía a divertirse con sus amigos y a las cafeterías; llegó un momento en que fue un vecino más, afirmó Leonor Marrupe, guía del Kcho Estudio.

El propósito de Kcho al intervenir en este espacio fue la difusión del arte en la comunidad, dirigido al mejoramiento humano y a defender los valores nacionales. El objetivo fue crear un proyecto cultural de utilidad social, sin fines de lucro, para que los ciudadanos tuvieran un espacio de integración y experimentación del arte.

De gris a color

Consumo, luego existo, de Asaro Oaxaca (Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca). Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Consumo, luego existo, de Asaro Oaxaca (Asamblea de Artistas Revolucionarios de Oaxaca). Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Los inicios del plan fueron las transformaciones en el barrio, embellecer los espacios públicos. Inmensos contenedores de basura ahora son áreas para la socialización y el sano esparcimiento de la población, como las canchas deportivas. Los parques también fueron renovados, y adquirieron una función educativa  al llevar nombres que acercan a los niños a la historia y la cultura: uno de ellos se llama Hugo Chávez, y el otro Ismaelillo.

“Solo llevo cuatro años viviendo aquí, pero he visto todo el cambio de las manzanas. Anteriormente, los niños andaban por las calles porque no tenían donde jugar, sin embargo ahora están siempre en estos terrenos, y nosotros como padres estamos más tranquilos, pues no hay peligro de que les ocurra ningún accidente”, comentó la vecina Misleydis Rodríguez.

“Esto es un paradero de guaguas y por aquí cientos de personas caminan todos los días, si no hubiera sido por la labor de la gente de Kcho, la calle 120 iba a demorar en ser arreglada. No obstante, ellos la repararon de arriba abajo, cuando antes era intransitable”, agregó Ramona Hurtado, residente de Romerillo.

De igual forma, el trabajo en la comunidad se extendió a las reparaciones del puesto de salud y el mercado. Las obras constructivas han contribuido a mejorar las condiciones de trabajo, tanto del médico y enfermera de la familia como de los bodegueros, al mismo tiempo que se convirtieron en centro expositivos en donde hay fotos, pinturas, esculturas y grabados de importantes personalidades de la cultura nacional e internacional.

Pintada de David Záyas. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Pintada de David Záyas. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Yordanka Benítez, enfermera del consultorio, reconoció sentirse muy contenta pues, antes de las reparaciones al inmueble, este estaba casi derrumbado. Cuando llovía todo se inundaba, la doctora incluso hizo una marca en la pared para identificar hasta donde entraba el agua, encima de eso, las ventanas estaban comidas por el comején y no había sitio ni para guardar las historias clínicas.

Kcho puso todo nuevo, las ventanas ahora son metálicas, hizo un descanso para que el agua no penetre, y hasta un jardín. “Todos los materiales, pintura, muebles, salieron de su bolsillo”, concluyó.

El mercado “Los Marinos”, es otra muestra de los beneficios obtenidos por la población. “La bodega iba a cerrar, porque no había condiciones: el techo se filtraba, y por esta causa, a veces, se echaban a perder los productos de las personas. Los trabajos de mantenimiento, le dieron vida al lugar”, declaró Mercedes Águila, bodeguera.

Por otro lado, Maykel Mora, carnicero del sitio, explicó que la nevera estaba completamente rota. Kcho donó una, y conjuntamente, arregló la más grande, se repararon todas las mesetas para despachar. El almacén ahora es un lugar seguro para resguardar los alimentos, y actualmente hay un custodio, empleado por él, para cuidar las cosas. Lo que hizo representó un cambio total, aseveró.

Acercar las instituciones a la comunidad

El Kcho Estudio es un centro para la comunidad. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

El Kcho Estudio es un centro para la comunidad. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Continuo a la sede del proyecto hay un rastro de materiales para la construcción donde las personas tienen un mayor y mejor acceso a estos, para la reparación de los domicilios. Asimismo, en la sede principal existe un local de Planificación Física, donde distintos funcionarios se encargan de tramitar los casos de la población que requieren mayor atención, debido a las condiciones en que se encuentran sus hogares.

Danay Martínez, investigadora de la Dirección Municipal de Vivienda, es la encargada de viabilizar este proceso y aclaró que el procedimiento se hace de forma cuidadosa y responsable. “Las personas vienen y llenan una boleta, luego los arquitectos de la comunidad van a las casas y reportan los materiales necesarios, que se adquieren al mismo precio del Estado en el rastro que se creó para ese fin”, explicó.

Antes si queríamos comprar materiales para la construcción debíamos ir a los rastros de la calle 80 o de 29 y 66, bastante lejos, y corríamos el riesgo de no encontrar lo buscado o que se acabaran. Por ello, a veces teníamos que conseguir las cosas en los revendedores a muy altos precios, sin mencionar los gastos en transportación, declaró María Antonia Reina, vecina del lugar.

Desde que comenzó esta iniciativa se convocaron a arquitectos y especialistas de vivienda de la capital para colaborar. Estos servicios de gestión iniciaron a implementarse en septiembre de 2016 y para finales de ese año, se habían ayudado a alrededor de 82 familias de la zona.

Al visitar el territorio, por las fachadas de las casas y edificios, los transeúntes pueden apreciar que sus habitantes poseen bajos ingresos económicos. “La ayuda de Kcho es palpable”, opinó David Antonio Smith, cuya residencia fue decorada con una de las frases del poema No sé, de Samuel Feijóo. Además, desde que inició el proyecto los habitantes del Romerillo se sienten más atendidos y todos contribuyen al cuidado de las áreas, aseguró.

Laboratorio para el arte

Instalación de la serie Ofrenda, de Osmany Betancourt (Lolo). Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Instalación de la serie Ofrenda, de Osmany Betancourt (Lolo). Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

El 8 de enero de 2014, en la esquina de 120 y 7ma, abrió el Kcho Estudio Romerillo: Laboratorio para el Arte, donde antes existía un abandonado taller de ómnibus, nació un espacio con un marcado perfil social, cultural y educativo.

A la inauguración oficial asistió el Comandante en Jefe Fidel Castro; acompañado de Eusebio Leal, historiador de La Habana; Miguel Barnet, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC); Abel Prieto, actual Ministro de Cultura; entre otras personalidades.

El centro tiene como misión ser una zona para fomentar los conocimientos y  la  participación de los ciudadanos. Por ejemplo, la biblioteca pública Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque que cuenta con disímiles bibliografías digitales e impresas, a la cuales el público puede acceder de forma gratuita.

Fragmento de poema de Samuel Feijó, obra de David Záyas. Foto: Ismael Francisco/ Cuabdebate

Fragmento de poema de Samuel Feijó, obra de David Záyas. Foto: Ismael Francisco/ Cuabdebate

Asimismo, en la Sala de Arte Martha Machado –nombre de la madre de Leyva-, existen exposiciones temporales, para el disfrute de todos los interesados.

A la par, se halla una sala-galería de arte contemporáneo, para obras de gran formato, llamada La Nave, la cual acoge exposiciones de artistas nacionales e internacionales, como Joan Miró, Andy Warhol y Spencer Turner. Igualmente, obras de Kcho como: No quiero que me traigas nada, refiriéndose a las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos, y la dedicada a la masacre en la discoteca gay en Orlando, Florida.

Dentro de la sede, especialmente los más pequeños, disfrutan de actividades culturales y talleres que permiten el desarrollo del talento artístico. Libros como Dibujar con Kcho y Dibujar con Lam, que tienen instrucciones para reproducir los dibujos, ayudan a los chicos a inclinarse por esta rama de la pintura; al mismo tiempo, existe un proyecto educativo titulado Viva Fidel, donde los niños exponen en la galería obras dedicadas al Comandante.

“La verdad que no podemos quejarnos, este es un lugar que ayuda a muchas personas, y sobre todo tiene entretenido a nuestros hijos. Todo el año hay muchos talleres, en donde aprenden, no solo a pintar. La Colmenita de Romerillo la creó Kcho y los integrantes son los niños del barrio, en el teatro de aquí mismo actúan, bailan, juegan; a veces, son ellos los que nos empujan a nosotros para que vengamos”, manifestó Yuliet Enamorado, residente del lugar.

Servando Cabrera y Raúl Martínez se exponen en el mercado "Los Martínez". Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

Servando Cabrera y Raúl Martínez se exponen en el mercado “Los Martínez”. Foto: Ismael Francisco/ Cubadebate

También coexisten en el área el taller experimental de gráfica Romerillo, un aula para dar clases de pintura y grabado, una carpintería, un almacén, un centro documental y una pequeña sala de cine-teatro, nombrada Tocororo, para obras de pequeño formato. Indiana Cruz Rodríguez, estudiante de cuarto año de San Alejandro, cuenta sus experiencias con el proyecto.

Paralelamente, se realizan otras actividades que vinculan a toda la localidad: conciertos, murales, jornadas contra el bloqueo, caldosas gigantes por el día de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR), etc.

Museo Orgánico Romerillo (MOR)

El Museo Orgánico de Romerillo. Foto: L Eduardo Domínguez/ Cubadebate.

El Museo Orgánico de Romerillo. Foto: L Eduardo Domínguez/ Cubadebate.

El Museo Orgánico Romerillo surgió en el contexto de la XII Bienal de La Habana, cuando el Kcho Estudio invitó a distintos artistas cubanos y extranjeros a convertir la barriada en una sala de exposición, iniciativa para la rehabilitación social y cultural de la comunidad.

La temática de la Bienal fue “el arte como generador de cambio en la comunidad y los microespacios”, paredes y plazas públicas siguieron este concepto. Las cuadras acogieron las creaciones de 92 artistas, quienes dejaron su huella e instalaron las más modernas técnicas de las artes visuales en parques, cafeterías, paradas de ómnibus, casas; que le permitió a los pobladores apropiarse del lenguaje que los rodeaba.

El colectivo de arte urbano español Boamistura intervino estampando en las fachadas y muros de las manzanas el poema No sé, de Feijóo. Los artistas intentaron reflejar en 25 puntos del territorio los versos y con ayuda de los habitantes pintaron las frases que hasta el día de hoy adornan el barrio. Los materiales utilizados fueron objetos cotidianos, como trozos de madera y ladrillos.

“Me pareció una bonita idea, también es una forma de identificación para nosotros. Donde yo vivo tiene adelante la palabra mordía, cualquiera ahora puede llegar allí sin problemas. Además, que le dio más colorido algunas viviendas, que ni siquiera tenían pintura”, agregó David Antonio Smith.

Fidel: Sueño cumplido

Fidel le dedica su libro a Kcho: “Para Kcho, genio de la cultura y la educación, con el sincero reconocimiento por la nobleza con que consagra su vida a la felicidad de los demás”. Foto: Estudios Revolución.

Fidel le dedica su libro a Kcho: “Para Kcho, genio de la cultura y la educación, con el sincero reconocimiento por la nobleza con que consagra su vida a la felicidad de los demás”, durante la inauguración de Kcho Estudio. Foto: Estudios Revolución.

Para el líder de la Revolución vincular al pueblo con la cultura siempre fue una prioridad, continuamente habló sobre la necesidad de potenciar el arte para que el cubano, no solo tuviera instrucción sino que, fuera culto.

En el año 1961, en su discurso conocido como “Palabra a los intelectuales”, esclareció que uno de los propósitos fundamentales de la Revolución era desarrollar todas las condiciones para que el arte y la cultura llegaran a ser un verdadero patrimonio del pueblo.

“Al igual que nosotros hemos querido para el pueblo una vida mejor en el orden material, queremos para el pueblo una vida mejor también en el orden espiritual, queremos para el pueblo una vida mejor en el orden cultural (…) tenemos que luchar en todos los sentidos para que el creador produzca para el pueblo y el pueblo a su vez eleve su nivel cultural que le permita acercarse también a los creadores”, declaró.

A 55 años de pronunciadas esas palabras, el proyecto de Kcho en Romerillo se erige como promotor de los deseos de todos los revolucionarios que decidieron seguir los preceptos de Fidel, pues cumple su sueño de llevar a cada casa, puerta por puerta, una estocada de conocimiento artístico.

No es casualidad que el día inaugural del Kcho Estudio coincida con la entrada triunfal de Fidel a La Habana, 8 de enero, sino un homenaje al hombre que desde un inicio defendió la integración de la cultura con la comunidad y creyó en el arte como un modo de liberación.

La sede principal arribó este 2017 a los tres años de fundado, y Alexis Leyva confesó que su mayor deber es con los más necesitados, inspirado por la figura y las ideas del Comandante. “Siempre he dedicado mi energía, talento, motivación, inspiración y fuerza a la Revolución cubana y a las ideas de Fidel y Raúl. Yo, Kcho, el hijo de Marta Machado, nunca va a dejar de pensar así”, expresó firmemente el artista.

“Mi obra es un logro de la Revolución cubana. Que Kcho esté en todos los museos del mundo es un logro de la Revolución cubana. Los coleccionistas, las bienales, los enemigos internos y externos van a tener que lidiar con eso, porque no voy a dejar de pensar como pienso, ni voy a dejar de luchar por Fidel y sus ideas. Seguiré haciendo el arte que hago”, reiteró Leyva.

Por REDH-Cuba

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