Fuente: Resumen Latinoamericano
(Informe Alicia Jrapko).-La Iglesia Presbiteriana de la ciudad de Berkeley (EE.UU) quedó pequeña este pasado jueves para recibir a alrededor de 800 personas que querían aplaudir, abrazar y escuchar al independentista puertorriqueño Oscar López Rivera, recién liberado de la prisión en la que permaneció 35 años.
Hasta alli, llegaron personas procedentes de diferentes ciudades de la zona y numerosos militantes de la solidaridad con Puerto Rico y su independencia. La actividad comenzó con una recepción organizada por el Gremio Nacional de Abogados.
Fue un evento unificador porque asistieron personas de todo tipo de organizaciones políticas interesados en escuchar a Oscar. La causa de los presos políticos puertorriqueños tiene una rica historia en esta zona. Muchos norteamericanos progresistas junto a puertorriqueños que viven en esta zona han trabajado juntos por décadas. Algunos de los organizadores han estado luchando por 4 décadas en la acción solidaria, y varios de ellos recibieron en esta zona a los cuatro nacionalistas de Puerto Rico que también se hallaban durante años en prisión y fueron perdonados por el gobierno de Carter en 1979.
También se hicieron presente en el acto por Oscar varios ex prisioneros políticos en la audiencia y fueron reconocidos por una de las maestras de la ceremonia.
Varios niños de padres portorriqueños bailaron en el homenaje, el grupo se llama Quenepas, y luego actuó John Santos un conocido percusionista y Rico Pabón, un artista portorriqueño. Los hijos de ambos son parte de Quenepas.
Oscar llegó acompañado de su hija Clarisa y su nieta Karina, y su hermano José López quien ha luchado toda su vida por la libertad de su hermano.
Volvió a insistir, como lo viene haciendo desde que salió de la prisión, que la unidad es la llave fundamental para que el independentismo puertorriqueño logre sus objetivos. Agradeció emocionado a la solidaridad internacional y sobre todo a quienes allí, en el corazón del monstruo, tanto han hecho para llevar adelante la causa de su libertad.
REPORTAJE FOTOGRAFICO DE BILL HACKWELL, co-editor de Resumen Latinoamericano en Estados Unidos