Los jóvenes nicaragüenses son hoy los principales protagonistas de la Revolución Sandinista, que este 19 de de julio festejó el 38 cumpleaños de su histórico triunfo con un acto público que impresionó a las personalidades y participantes extranjeros invitadas a la celebración, y al XXIII Encuentro del Foro de Sao Paulo, cuya sede fue también la capital de ese país centroamericano.
Una multitudinaria concentración con banderas de Nicaragua, del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y de otras naciones de la Patria Grande, colmó la Plaza La Fe, de Managua, para respaldar el proceso revolucionario que encabezan el presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta Rosario Murillo.
Todos los foráneos que tuvimos la oportunidad de estar presentes en esa gigantesca actividad quedamos conmovidos con la participación entusiasta y dinámica de la juventud nicaragüense, que demostró su convicción de defender y conducir el futuro de su Revolución.
El presidente de Bolivia, Evo Morales, uno de los dignatarios invitados, manifestó en su intervención estar sorprendido con la presencia masiva del pueblo nicaragüense, y especialmente de las nuevas generaciones.
Morales expresó a Ortega que sus jóvenes compatriotas son envidiables, y que tenía que enseñarle cómo organizar a los bolivianos.
Resaltó además que las futuras generaciones de Nuestra América deben estar convencidas de que su enemigo es el capitalismo, y el imperialismo.
Similares opiniones sobre los jóvenes nicaragüenses comentaron los más de 300 delegados de alrededor de 30 países que se reunieron en el XXIII Encuentro del Foro de Sao Paulo, que integran los partidos, organizaciones y movimientos progresistas de Latinoamérica y el Caribe.
Al respecto, coincidieron en que la experiencia del trabajo realizado por el FSLN con sus nuevas generaciones hay que aplicarla en todas las naciones de Nuestra América, tomando en cuenta, claro, las condiciones propias de cada una de ellas.
Concordaron asimismo que son los jóvenes los encargados de defender los procesos revolucionarios en curso en la Patria Grande, frente a la ofensiva neoliberal que nuevamente protagonizan las oligarquías nacionales y Estados Unidos para impedir la soberanía y la integración de la región que se extiende desde el Sur del Río Bravo hasta la Patagonia.
Los participantes en el cónclave de Sao Paulo suscribieron una Declaración Final en la que se subraya que Latinoamérica y el Caribe están hoy en pie de lucha contra el imperio y por la unidad regional para materializar su segunda y verdadera independencia.
De igual manera adoptaron el “Consenso de Nuestra América”, primer documento programático de las fuerzas de izquierda de la Patria Grande, cuya materialización recaerá fundamentalmente en los jóvenes de la América Nuestra.