Queridísimo Fernando:
La vida te alcanzó para saberlo todo, y para crear cuanto tu talento y tu tiempo te exigieron. La palabra fundador es tal vez la que te define con mejor precisión. Como todo fundador, estabas, estás, tan cuerdo como loco: ejerciste una irreverencia comprometida con el destino de los pueblos y las artes de este continente; actuaste desde una lucidez que te permitió ver más allá y más acá que al común de los mortales; te las arreglaste para descolocar con idéntica perseverancia a burgueses y a burócratas; peleaste con las armas de la imaginación contra dogmáticos y contra oportunistas; soñaste y diste forma a lo que a otros podía parecer imposible, y sostuviste cada uno de tus ideales y empeños sin abandonar jamás la convicción de que los seres humanos nos debemos a nosotros mismos un mundo más justo y más libre.
La EICTV es también una obra tuya que continúa viva gracias a los dones que nos entregaste mientras estuviste aquí y, del mismo modo, a que fuiste nuestro cómplice y velaste por nosotros hasta hoy mismo.
Desde San Tranquilino y desde todo punto de este planeta donde haya un eictviano, te entregamos un aplauso multitudinario para darte la bienvenida al Reino de los Imprescindibles.
Escuela Internacional de Cine y Televisión, San Antonio de los Baños, Cuba