En el caso de Cuba, la mayoría de las instituciones de la sociedad civil nacieron con y del proceso revolucionario, sin que ello implique un motivo de conflicto


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Fuente: Granma

La sociedad civil es la antípoda del ámbito gubernamental. Al menos esa es la idea que se intenta imponer por los ejes hegemónicos.

Lo que casi nunca mencionan es el origen de la contradicción entre las organizaciones que crean libre y espontáneamente los ciudadanos y el sistema político que debería representarlos.

Se obvia que la pugna surge en modelos políticos diseñados para garantizar los intereses de una minoría y preservar los privilegios de la clase que ejerce el poder.

¿Qué ocurre entonces cuando un sistema nace de las mayorías y las representa cabalmente? ¿Tiene que tener obligatoriamente contradicciones insalvables con las organizaciones de sus ciudadanos?

En el caso de Cuba, la mayoría de las instituciones de la sociedad civil nacieron con y del proceso revolucionario, sin que ello implique un motivo de conflicto.

«El nuestro es un Estado del pueblo y para el pueblo, que vela por los intereses del pueblo», dijo a Granma José Alexis Ginarte Gato, presidente de la Unión Nacional de Juristas de Cuba (UNJC). «Es el pueblo quien tiene el poder político».

En su opinión, en las estructuras de Gobierno a todos los niveles hay una composición multifacética donde están representados el campesino, las amas de casa, el intelectual, el profesor, el médico, el obrero.

«Es una estructura que permite que el Estado esté representado por un pueblo empoderado en sí mismo, un pueblo que traslada en todo momento esas ansias de consolidar su sistema social y defenderlo», añadió.

De igual manera, dijo, existen instituciones representativas de algunos sectores o grupos, como puede ser la propia UNJC, creada con fines de superación profesional y para mejorar los servicios que brindan los juristas a la sociedad.

José Alexis Ginarte Gato Foto: Tomada de Facebook

Ginarte Gato señaló que la clave para evitar conflictos entre esas organizaciones y el gobierno está en primer lugar en que surgen del «pueblo», aunque velen por intereses específicos. En segundo lugar, sus fines se corresponden con los intereses sociales y por ende no entran en contradicción con el Estado, que les ofrece apoyo para llevar a cabo su trabajo.

«El sistema político cubano tiene la capacidad de generar representación en amplios sectores de la sociedad civil e incorporarlos a la toma de decisiones», señaló a este diario Yuri Pérez, vicedecano de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.

«Aunque eso no implica de ninguna manera que no se puedan generar argumentos o criterios divergentes en algún punto o tema», añadió.

Pérez considera que una de las ventajas del modelo cubano consiste en el derecho a la intervención de los ciudadanos en la dirección del Estado, recogido en el Artículo 131 de la Constitución.

«Cuando uno semánticamente examina el término intervenir, siempre denota una participación activa; porque desde el punto de vista de la participación, uno puede participar pasivamente», detalló.

Para el Vicedecano de la Facultad de Derecho, la capacidad de intervenir se relaciona directamente con el Artículo 3 de la Constitución: «En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado. Ese poder es ejercido directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ellas se derivan, en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las leyes. Todos los ciudadanos tienen el derecho de combatir por todos los medios, incluyendo la lucha armada, cuando no fuera posible otro recurso, contra cualquiera que intente derribar el orden político, social y económico establecido por esta Constitución».

Si bien Cuba no es un caso único, resulta un buen ejemplo de cuánto se puede hacer cuando el gobierno y la sociedad trabajan juntos en la construcción y la aplicación de las políticas que han sido debatidas y aprobadas democráticamente por las mayorías.

Y los avances no se limitan al sector público, sino que los trabajadores privados también gozan de iguales beneficios.

Jorge Gútiez Sánchez, representante sindical en el área de trabajadores no estatales en el puente de 100 y Boyeros, señaló a Granma las garantías sociales que cuentan quienes ejercen sus labores por cuenta propia.

«Estamos agradecidos de todo lo que el Gobierno cubano ha puesto para nuestro propio beneficio desde que nacemos», dijo tras detallar que la formación humanista de la Revolución se basa en juzgar a las personas por sus principios y no por el dinero que puedan tener.

«Tenemos una sociedad civil amplia y apoyamos a nuestro Gobierno por todo lo que ha hecho por nuestras familias, por nuestras fuentes de empleo», dijo.

Jorge Gútiez Sánchez Foto: Trabajadores

Gútiez es uno de los delegados cubanos que asistirá al Foro de la Sociedad civil de la próxima Cumbre de las Américas en Lima, Perú.

«En cualquier escenario podemos debatir con franqueza sobre las cosas que hemos disfrutado por muchos años en Cuba», señaló al respecto. «Tenemos toda la base moral para defender que hay una sociedad civil dispuesta a dialogar, aunque no estemos de acuerdo con algunas posiciones, pero siempre basado en el bienestar y el respeto a nuestro pueblo».

Aunque el centro de las preocupaciones en la región está en las luchas populares y las violaciones de los derec hos elementales de los ciudadanos,el Foro organizado por la OEA es manipulado para imponer determinadas fórmulas políticas y modelos de sociedad.

El II Foro de la Sociedad Civil «Pensando Américas» reunió a cerca de 200 miembros de la Organizaciones de masas, estudiantiles, campesinas, científicas y técnicas, culturales y recreativas de nuestro país. Foto: Dunia Álvarez Palacios

Como fue denunciado por Cuba, también es un espacio para intentar legitimar a personas pagadas desde el extranjero como representantes de una sociedad a la que no representan y sobre la que carecen de cualquier tipo de ascendencia.

«La sociedad civil cubana no compartirá espacio alguno con elementos y organizaciones mercenarias que son financiadas desde el exterior respondiendo a los intereses de una potencia extranjera con una clara agenda de subversión y violencia», dijo recientemente Yamila González Ferrer, vicepresidenta de la UNJC, y representante de la coalición 15, donde están agrupados la mayoría de los delegados de la Mayor de las Antillas al Foro de la Cumbre de las Américas.

«Acuden a estos espacios con el fin de provocar, buscar legitimidad y el reconocimiento que no tienen en la sociedad cubana, lo que resulta absolutamente inaceptable para nosotros», concluyó.

Quienes aún intentan desconocer a nuestros verdaderos representantes por su supuesta afiliación con el Gobierno, pasan por alto que fue el proceso revolucionario del 1ro. de Enero de 1959 el que alcanzó la soberanía de la nación, sin la cual fuera imposible representar legítimamente al pueblo cubano en Perú o en cualquier otro lugar del mundo.

Por REDH-Cuba

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