Amigos intelectuales comprometidos con la democracia:

Brasil está en peligro. Y con Brasil, el mundo, porque después de la elección de Trump, de la toma del poder por un gobierno neo fascista en Italia y por el ascenso del neonazismo en Europa, Brasil puede elegir como presidente a un fascista, defensor de la dictadura militar, misógino, sexista, racista y xenófobo, que ha obtenido 46% en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Poco importa quién sea su oponente. Fernando Haddad, la única alternativa posible, es un académico respetable y moderado, candidato por el PT, un partido hoy día desprestigiado por haber participado en corrupción. En una situación así, ningún intelectual, ningún demócrata, ninguna persona responsable del mundo en que vivimos, podemos quedarnos en una indiferencia generalizada hacia el sistema político brasileño. Pero la cuestión no es el PT, sino la presidencia de un Bolsonaro capaz de decir a una diputada, en público, que “no merece ser violada por él”. O que el problema con la Dictadura no fue la tortura, sino que no matara en lugar de torturar. Yo no represento a nadie más que a mí mismo. Ni apoyo a ningún partido. Simplemente, creo que es un caso de defensa de la humanidad, porque si Brasil, el país decisivo de América Latina, cae en manos de este deleznable y peligroso personaje, y de los poderes fácticos que los apoyan, los hermanos Koch entre otros, nos habremos precipitado aún más bajo en la desintegración del orden moral y social del planeta, a la que estamos asistiendo. Por eso les escribo a todos ustedes, a los que conozco y a los que me gustaría conocer. No para que suscriban esta carta como si fuera un manifiesto al dictado de políticos, sino para pedirles que cada uno haga conocer públicamente y en términos personales su petición para una activa participación en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, el 28 de octubre, y nuestro apoyo a un voto contra Bolsonaro, argumentándolo según lo que cada uno piense, y difundiendo su carta por sus canales personales, redes sociales, medios de comunicación, contactos políticos y cualquier formato que difunda nuestra protesta contra la elección del fascismo en Brasil. Muchos de nosotros tenemos contactos en Brasil, o tenemos contactos que tienen contactos. Contactémoslos. Un mensaje de Whatsapp es suficiente, o una llamada telefónica personal. No nos hace falta un # (hashtag). Somos personas, miles, potencialmente hablando a millones, en el mundo y en Brasil, porque a lo largo de nuestra vida hemos adquirido con nuestra lucha e integridad cierta autoridad moral. Utilicémosla en este momento, antes que sea demasiado tarde.

Yo lo voy a hacer, lo estoy haciendo. Y simplemente ruego que cada una/uno haga lo que pueda.

Manuel Castells

CARTA ABIERTA

Por REDH-Cuba

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