Acabo de saber que Roberto Fernández Retamar murió en la tarde ayer, 20 de Julio. Es una pierda irreparable para la cultura cubana, latinoamericana y mundial. Lo admiré durante toda mi vida profesional y fuimos amigos desde que hace quince años me invitó como jurado del Premio Casa de Las América. Hace poco más de dos meses, durante la reciente XIII Bienal de Arte de La Habana tuve el privilegio inmenso de compartir con mi querido compañero Jorge Fornet, de la Casa de Las Américas, más de dos horas de charla maravillosa con Roberto. Hablamos de todo, de su gran pasión, José Marti, del imperialismo, de sus tiempos en Europa y en los EUA, de la revolución cubana, del rol del intelectual en nuestros días, de poesía, de la cultura latinoamericana.
Roberto fue uno de los más brillantes intelectuales del mundo de los últimos cien años. Lo digo sin ninguna hesitación porque reconocí en el una rarísima calidad en los intelectuales del último siglo: la capacidad de conocer profundamente la cultura europea sin ser euro céntrico, y de conocer profundamente la cultura del «Caliban» latinoamericano sin ser trivialmente decolonial. Si los siglos que los separan no nos criaran tanta confusión, yo diría que Roberto es un ensayista tan notable cuanto Montaigne y solo comparable a el. Y además de ensayista era un gran poeta.
Coimbra, 21 de Julio de 2019