No ya dos, sino tres caras de la moneda.
USA acaba de anunciar sanciones contra el ministro de interior de Cuba y sus dos hijos por la existencia de “cien prisioneros políticos” en la isla, mientras celebra el asalto militar contra el gobierno de Evo Morales, como en los años setenta, periodo de las peores dictaduras militares en América Latina.
Mientras eso anuncia, nada dice de las masacres que se están llevando a cabo contra las poblaciones indígenas, la ultima en Sacaba, en las afueras de Cochabamba, en una marcha de los indígenas hacia la ciudad para protestar el golpe contra Evo, donde murieron baleadas doce personas y hay más de cien heridos, porque ya se sabe que los indígenas, desde la colonia, no son gente y que “cien prisioneros políticos cubanos” valen más que los millones de naciones indígenas que apoyan a Evo.
“Han matado con balas, nos han baleado los militares. Militares y policías nos golpean, nos roban las billeteras y nos disparan. Queremos respeto, hemos pedido respeto, hemos pedido que renuncie esa autonombrada presidenta que nosotros no hemos nombrado”, decía llorosa una mujer sentada junto al ataúd de su hijo.
“Es un momento de terror lamentable, de tragedia, vi como golpeaban a las personas mayores. No nos consideran personas. No nos valoran”. ¿Esto es Democracia? Así matando como si fuera cualquier cosa?”.
Y mientras las mujeres indígenas lloran desconsoladas, la actual estrella porno de las redes, Jeannine Añez, autoproclamada presidenta de Bolivia, emitió un decreto que autoriza el uso de armas de fuego para reprimir las protestas y otorga impunidad a la policía y fuerzas armadas del país.
Y, mientras todo el aparato mediático de la derecha celebra “la victoria de la democracia en Bolivia”, 700 médicos cubanos y profesionales de la salud, “misioneros de la vida, que solo tienen amor para oponer al odio”, según el presidente de Cuba, retornan a su país, después de haber realizado en seis años, 1,529, 301 intervenciones quirúrgicas y 73,330, 447 consultas en zonas que nunca vieron un medico, con indígenas que ignoraban sus derechos humanos mas básicos.
Enarbolando orgullosos su bandera, la medico jefa de la delegación cubana, una muchacha rubia y joven, dijo: “Los médicos cubanos siempre hemos estado al lado del deber, aun en las circunstancias más complejas: terremotos, huracanes, epidemias temibles como el Ebola y en los lugares más agrestes de la tierra”.
Es la cara de la moneda que no muestran los medios, empeñados en demonizar una pequeña isla del Caribe que le vive dando clases de dignidad, nacionalismo real, independencia, solidaridad y generosidad al mundo, como afirmaba Nelson Mandela cada vez que intentaban hablarle mal de Cuba. ¡Cosas veredes!