Nada de lo que el presidente argentino, Mauricio Macri, prometió en su campaña en 2015 se cumplió, como pobreza cero, aumento de salarios, transparencia, libertad de prensa, crecimiento económico que transformaría al país, lluvia de inversiones, transformación profunda, considerando que combatir la inflación iba a ser una tarea muy fácil, y se va el próximo martes 10 en medio de la más severa crisis desde la caída estrepitosa de 2001 y en una virtual cesación de pagos.

El repaso de la gestión económica de Macri en sus cuatro años de gobierno revela gravísimos retrocesos sociales: 5 millones de nuevos pobres y un constante deterioro productivo con un aumento progresivo y permanente de la inflación y el más grande endeudamiento externo en la historia del país.

Esta semana volvió a subir el combustible, después de los recientes anuncios de las petroleras sobre un nuevo aumento hasta de 6.5 por ciento, y sólo en noviembre el incremento llega a 17.8 por ciento.

El discurso de Macri y sus funcionarios es de un aterrador cinismo, al señalar que dejan un país mejor y que han preparado todo para el despegue de sus sucesores, mientras sigue poniendo minas explosivas en todas las áreas, como el nombrar a sus seguidores en cargos importantes con altísimos salarios, de manera que si el gobierno de Alberto Fernández los despide tendrá que pagar altas indemnizaciones.

El aumento en los precios de alimentos es imparable, la situación está descontrolada y el gobierno no hace nada, ya que desde la derrota en las elecciones de octubre, Macri sólo se preocupó por ubicarse como el posible líder de la oposición, esperanzado en el apoyo de Estados Unidos, que le asegura impunidad, al considerarlo su mejor aliado en el Cono Sur. Pero será un camino difícil, porque hay otros anotados en la lista del liderazgo opositor.

Macri prometió pobreza cero. Su gestión comenzó con 29.2 por ciento de argentinos en la pobreza, y cerrará con 40 por ciento, según tres universidades.

La inflación acumuló alrededor de 250 por ciento, mientras los salarios crecieron en torno a 200 por ciento. La mayoría de la población no llega a fin de mes y se endeuda para pagar las tarifas de luz, gas y agua.

Las dos megadevaluaciones de 2016 y 2018 aceleraron la inflación. Cuando asumió Macri, el dólar estaba en 9.87 pesos y el último cierre fue de 62.87, por lo que el dólar escaló más de 370 por ciento.

El gobierno de Macri endeudó a Argentina a un ritmo récord, pasó de no deberle al Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2015, a ser el primer deudor a nivel mundial. El préstamo otorgado el año pasado de 57 mil millones de dólares, fue el más grande que realizó el organismo multilateral. Entre 2022 y 2023 el Estado enfrentará vencimientos cercanos a un décimo del PBI, entre la deuda privada y la del FMI.

En esta debacle 22 mil empresas han cerrado y las altas tasas de interés ahogan a las compañías para financiarse. La cantidad de desocupados aumentó tres puntos porcentuales: fue de 7.1 por ciento en el primer trimestre de 2015 a 10.1 en el mismo periodo de este año, aunque esta cifra oscila hasta 11.2 por ciento. Se trata del indicador más alto en el gobierno de Macri y el mayor en 13 años. Proyectando al total de la población urbana hay un millón 920 mil desocupados, 220 mil más que hace un año.

Fuente: http://www.jornada.com.mx/2019/12/05/mundo/030n1mun

Por REDH-Cuba

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