En la tarde de este lunes, el Ministro de Cultura Alpidio Alonso, acompañado por el viceministro Fernando Rojas y la viceministra primera María Elena Salgado junto a otros funcionarios del MINCULT, presentó ante el Consejo de Dirección y trabajadores de la Casa al escritor y ensayista Abel Prieto Jiménez como el nuevo presidente de la Casa de las Américas.


Fuente: Cubarte

Abel Prieto sustituye al poeta y ensayista Roberto Fernández Retamar, quien falleció el pasado 20 de julio y fungió como presidente de la institución desde 1986 hasta su muerte. Discípulo de Fernández Retamar, Prieto en diálogo con los trabajadores de la Casa reconoció la inmensa labor de Roberto al frente de la Casa, así como el importante legado de Haydee Santamaría, fundadora e «inventora» de la Casa.

A partir de este momento, Marcia Leiseca, fundadora junto con Haydee de la Casa y quien ha fungido desde varias décadas como vicepresidenta primera, ejecutará la liberación de su cargo y comenzará el proceso de entrega, proceso que estará presidido por María Elena Salgado, viceministra primera del MINCULT.

Arien González, en gesto de gratitud y despedida a Marcia, leyó la carta que Roberto Fernández Retamar le escribiera en ocasión de su asignación como viceministra de Cultura en 1989.

En sus palabras iniciales Arien refirió: «Ya sabemos que Roberto siempre tuvo las mejores palabras entre nosotros y los sentimientos compartidos con la mayoría de los trabajadores. En estos días hemos estado desempolvando archivos y apareció esta carta del momento en que Marcia fue a trabajar al Ministerio de Cultura. Entonces, la Casa estaba cumpliendo sus treinta años de fundada. Hoy, cuando la Casa tiene sesenta años, estas palabras resumen también el sentimiento y el pensamiento de sus trabajadores.»

«La Habana, 5 de abril de 1989
Año 31 de la Revolución

Mi Marcia tan querida:

Ayer tuve la dicha de dar a conocer a los compañeros del Consejo de Dirección tu carta, que he pedido además se ponga en el mural de la institución, para que todos los trabajadores, «antiguos y más recientes», puedan leerla.

Esa carta, Marcia (tú lo sabes bien), ha de ser siempre uno de nuestros grandes orgullos. Ella pone de manifiesto no solo tu constante generosidad, tu contagioso entusiasmo, sino además esa otra virtud tuya, tan rara de encontrar, que es tu profunda, inquebrantable modestia. Para gentes como tú se escribieron estas palabras martianas: «Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz».

Has hecho tantas cosas en tu fecunda vida, tantas cosas memorables, y sin embargo nunca te hemos visto solicitar ni de lejos el más pequeño reconocimiento, nunca has mostrado ni la sombra de una vanidad. Sin ir más lejos, hiciste nuestra Casa, Haydee y tú la hicieron, ustedes fueron nuestras fundadoras. Nosotros nos esforzamos por proseguir, lo mejor que podemos, la tarea que ustedes iniciaron. Por eso, al decirnos en tu carta cosas tan bellas, aunque no te lo hayas propuesto, has hecho tu elogio. Lo que nos dices, eres tú quien lo merece.

Ahora que la Casa que tú contribuiste de modo decisivo a traer al mundo va a cumplir sus primeros treinta años, es de elemental justicia reiterar cuánto te queremos, te admiramos, te respetamos, te agradecemos.

Sabemos que donde quiera que estés serás útil, creadora, ejemplar. Solo eso nos consuela (al menos un poco) de que no te encuentres físicamente, día a día, con nosotros, en tu casa.

Te abraza, a nombre de todos tus compañeros, tu hermano
Roberto

Por REDH-Cuba

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