No es nueva la idea de que Chile es un país insular. Situado al sur del límite sur del mapa occidental, flanqueado por una de las cadenas montañosa más macizas del mundo y dueño de una geografía tan extensa como inclemente, Chile se abre paso complejo como isla de la Patagonia.

Es posible que esa idea de insularidad se haya terminado de hacer materia, cuando arrancamos como primer país en iniciar un proceso de transformación tan profunda como única en el planeta. Una metamorfosis en todo ámbito: político, económico, social y cultural que, según diversos autores, alcanza los mayores grados de refundación de la región[1]. Es precisamente a partir de 1975, en medio de horrorosas violaciones a los derechos humanos, cuando la dictadura civil militar comandada por Augusto Pinochet, da el “giro neoliberal”, diez años antes que el resto del mundo[2]. Ese ajuste macroeconómico no solo modificó bruscamente la estructura del Estado en expansión, dando paso a uno subsidiario, sino además transformó en lo práctico y lo cognitivo, los derechos básicos en bienes de consumo. Desde entonces, pasamos de ser el recoveco patagónico a la isla neoliberal cuasi perfecta, cuasi emblema. Como es sabido, el experimento fue perfeccionándose en un largo y complejo proceso de transición posterior que administró el modelo. Chile proyectó y aún mantiene su inédita experiencia neoliberal que hasta hace poco se asomaba a los rankings internacionales como modelo a seguir, pero que mantiene profusos enclaves autoritarios heredados y una democracia incompleta[3]. Más allá del “contagio” neoliberal que luego empapó al resto del mundo, Chile sería y es no solo el primero, sino además el más profundo experimento del neoliberalismo.

Convencidas y convencidos de que era necesario discutir y problematizar los efectos de este modelo -en medio de una burbuja cultural y comunicacional que lo hace extremadamente difícil- diversas personalidades del mundo intelectual y del arte; activistas, comunicadores y dirigentes sociales, insistimos por mucho tiempo en la porfiada idea de levantar el Capítulo chileno de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, REDH. Después de arduos intentos, el espacio de pensamiento y acción críticas originado por intelectuales mexicanos y cubanos en 2003 y que inició su quehacer con el llamamiento a la “conciencia del mundo” -entonces leído por el destacado intelectual mexicano Pablo González Casanova en La Habana-, consiguió concretarse en nuestro país. Y ni aunque lo hubiéramos escogido, lo hizo en medio de la movilización popular más trascendente del pueblo chileno de los últimos años. Por primera vez y de modo tan certero, el pueblo de Chile critica, rechaza, denuncia, y busca modificar las condiciones de exclusión y precariedad económica, social, política y cultural a las que se ha visto sometido por la imposición del modelo neoliberal.

Lo que Aldo Ferrer[4] (1997) denomina el ‘proceso de colonización cultural sin precedentes’ y que convierte a los principios neoliberales en paradigmas hegemonizantes o axiomas sociales con características de verdad absoluta[5], es lo que parece cuestionar el estallido social de Chile. Y es este movimiento social y político sin paradigmas el que abre espacio fértil para la articulación de la REDH Chile, como uno más de los 40 capítulos que ya han surgido en el resto del mundo. Dichos espacios de articulación se han configurado como instancias capaces de movilizar a la opinión pública nacional e internacional en torno al desarrollo de un pensamiento crítico, contra-hegemónico, capaz de cuestionar la voracidad del capitalismo radical en su versión neoliberal globalizada, al servicio de retomar una cultura de los derechos humanos y de causas que precisen de denuncia y defensa.

Artistas, intelectuales, periodistas, dirigencias sociales e indígenas, de América Latina, Asia y Europa, han difundido desde la REDH esa criticidad, mediante publicaciones, conferencias, investigaciones, iniciativas artísticas o locales determinantes. Muchas veces estas tareas se han cumplido en medio de circunstancias muy complejas, en las que se destacan las iniciativas de personalidades que impulsan la REDH desde distintos lugares del mundo como los Premios Nobel Rigoberta Menchu, Adolfo Perez Esquivel y Wole Soyinka; la dirigenta colombiana Piedad Córdoba o el periodista Ignacio Ramonet, solo por mencionar algunas de las 15 mil personalidades entre artistas, intelectuales y luchadoras sociales que son parte de este espacio en el mundo.

El Chile de hoy, ese que después de 29 años de transición pactada que administrara el modelo neoliberal heredado de la dictadura y que aún no recupera el derecho a su libre determinación, pues se sigue rigiendo bajo la Constitución del 80; es el Chile que se moviliza y reclama de nuestra reflexión y práctica comprometidas. Ese Chile que antes aparecía como guía de sojuzgamiento para la imposición del neoliberalismo en otros territorios del mundo, es el Chile que grita en las calles para retomar una posición modelar, pero de rechazo y denuncia de la injusticia y la desigualdad. Este país que, una vez más, está siendo víctima de generalizadas y sistemáticas violaciones a los derechos humanos, es el que nos exige denuncia y defensa. Ése es el Chile que hoy nos interpela a constituir un espacio en red capaz de defender a toda prueba y contra toda opresión los grandes valores de la humanidad como imperativos éticos para el avance de las sociedades hacia una vida digna.

La paz, como fundamento esencial de la convivencia nacional e internacional, el respeto irrestricto a los derechos humanos, la garantía de libre autodeterminación de los pueblos, el respeto a la equidad y diversidad de género, el rechazo del extractivismo brutal y el derecho a un medio ambiente limpio frente a la catástrofe climática, son algunos de los derroteros que la REDH Chile buscará incluir en las calles, en los foros, en las asambleas y en las obras de arte de este nuevo Chile en ciernes. La recuperación de la soberanía popular de nuestro pueblo a través de una Nueva Constitución debatida en una Asamblea Constituyente soberana y construida en conjunto al movimiento social y la ciudadanía, será condición sine qua non para el proceso venidero. Para lo cual, la REDH Chile se traza un quehacer de acciones concretas, como la creación de una red de redes de información, acción artística, política y cultural, buscando coordinar y movilizar a intelectuales, artistas y movimientos sociales.

REDH surge en un momento único para Chile y muy particular para la región. Es un momento complejo para América Latina, donde se reedita con fuerza la política injerencista del gobierno de los Estados Unidos en Colombia, Venezuela, Cuba, Bolivia, Chile. Por ello resulta imperativo denunciar y rechazar los intentos de intervención y muchas veces de claro signo golpista, clasista y anti indigenista. Hoy dichas fuerzas, de motivación exógena y endógena, parecen desatarse más que nunca en Bolivia, pero tienen sus réplicas en cada uno de nuestros países, a través de prácticas que atentan contra la democracia y los derechos humanos, como las de los Gobiernos de Jair Bolsonaro en Brasil o de Iván Duque en Colombia, que lleva más de 600 asesinatos de dirigentes sociales e indígenas.

Las tareas son inmensas pero a la vez inspiradoras y el pueblo de Chile parece invitar a no cejar, a fortalecer este pensamiento divergente, crítico y capaz de develar las injusticias que trae aparejadas el neoliberalismo. Construir de manera colectiva, un modelo de desarrollo diferente, una propuesta basada en la justicia y en procesos emancipatorios que permitan la plena realización de la dignidad humana, parece ser el derrotero a seguir.

[1]CaviedesHamuy, S. (2019). Condiciones políticas y disputas ideológicas en la consolidación del “neoliberalismo avanzado” chileno en la postdictadura. Revista Observatorio Latinoamericano

[2] Gaudichaud, Franck. (2016). La vía chilena al Neoliberalismo. Miradas cruzadas sobre un país laboratorio. Revista Divergencia N° 6 · Año 5 · Enero – Julio 2016. p. 13-28.

[3] Garretón, M. y Garretón, R. (2010). La democracia incompleta en Chile: La realidad tras los rankings internacionales. Revista de ciencia política (Santiago).VOLUMEN 30 / N° 1 / 2010 / 115 -148. En: https://scielo.conicyt.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-090X2010000100007

[4] Ferrer, A. (1997). Hechos y Ficciones de la Globalización.Argentina y el Mercosur en el sistema internacional. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

[5] Camejo, A. (2008). Globalización, Tecnología de la Información y Flexibilización Laboral. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. N°19. Nómadas.

Por REDH-Cuba

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