Al grito de Solo hay una decisión, no a la extradición «There is only one decision, no extradition», centenares de personas recorrieron desde la sede de la embajada de Australia hasta la Plaza del Parlamento de Londres para exigir la libertad de Julian Assange.
 
El mítico Roger Waters, líder del grupo de rock Pink Floyd acompañó al padre de Assange, John Shipton, también periodista australiano, el cantante Brian Eno, la diseñadora de modas Vivienne Westwood, Lindsey German, fundadora de la Coalición Stop the War, el actual director de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, intelectuales y centenares de activistas enarbolando pancartas con el rostro de Assange y una mordaza en la boca con la bandera de EE.UU.
 
Periodistas, escritores e intelectuales como Noam Chomsky, Edgar Morin, Slavoj Zizek, Ken Loach, Yanis Varoufakis, Emir Sader, Evgeny Morozov, Ignacio Ramonet, Fernando Morais, Atilio Borón, Tariq Ali, la Red en Defensa de la Humanidad, movimientos sociales y juristas de todo el mundo exigen la libertad de Julian Assange.
 
Junto a ellos nos preguntamos ¿por qué no se enjuicia a los criminales de guerra que quedaron al descubierto gracias a la información divulgada por Wikileaks? ¿Por qué no se ha juzgado a uno solo de los criminales de guerra mientras que Assange ha sido sometido a distintos tipo de tortura, maltrato físico y psicológico?
 
Assange enfrenta 18 cargos infundados, desde «conspiración para cometer espionaje» hasta «piratería informática», podrían darle una condena de vida en prisión o lo que es lo mismo 175 años de cárcel en EE.UU, sin la menor garantía para su defensa.
 
Denunciamos las deplorables condiciones en que se encuentra en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh, contigua al Juzgado de Woolwich, en el sureste de Londres, donde se está celebrando el juicio.
 
Desde su arresto en la embajada de Ecuador en abril del pasado año, cuando el presidente ecuatoriano Lenin Moreno pactó con el gobierno de Trump violar el derecho de asilo del que gozaba Assange y entregarlo a las autoridades británicas con el claro objetivo de que fuera extraditado a los Estados Unidos, Assange ha sufrido aislamiento y maltrato. El pacto entre los despreciables gobiernos de Ecuador y EE.UU queda en evidencia ahora ante la servil actitud del conservador gobierno británico.
 
Gareth Peirce, abogado de Assange ha denunciado la violación al derecho a preparar su defensa: «Julian Assange no ha recibido el tiempo que necesita con su equipo legal para discutir cómo enfrentar la petición de extradición de Estados Unidos, ya que le fueron negados los documentos de la acusación, esta demora en el cronograma es extremadamente preocupante».
 
«Fue esposado once veces ayer y retenido en cinco celdas diferentes, fue desnudado dos veces y le confiscaron los archivos de su caso» denunció Edward Fitzgerald, principal abogado de la defensa de Assange.
 
Los abogados sostienen que la Administración Trump está apuntando al fundador de WikiLeaks por razones políticas, lo que es contrario al tratado entre Reino Unido y EE.UU., y que no tendría un juicio justo si se llega a aprobar la extradición.
 
El Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU, dictaminó que Julian Assange se encontraba «detenido arbitrariamente». Llamaron la atención al Reino Unido y también a Suecia cuya falsa acusación expiró a «poner fin a su detención» y «respetar su derecho a recibir una justa compensación».
 
Además de la enorme injusticia contra Julian Assange, un periodista de 48 años que no cometió delito alguno y de forma altruista marcó un antes y un después en la comunicación, al publicar medio millón de informes secretos relativos a los abusos cometidos por militares estadounidenses en las guerras de ocupación de Afganistán e Irak, y 250.000 cables que delatan la perversa injerencia de EE.UU. en el mundo, si Assange fuera extraditado Washington se sentiría con derecho a encerrar a cualquier comunicador que le moleste. Sentaría un precedente terrible para la libertad de expresión y el periodismo en el mundo.
 
Lo que se discute realmente en la corte de la corona de Woolwich, cercana a la cárcel de Belmarsh, es el derecho de la humanidad a la información.
 
¡Libertad para Julian Assange! No a la Extradición!!
 
25/02/2020

Por REDH-Cuba

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