Porque yo no hilo lana / porque yo estoy amenazado cada día / por órdenes de arresto / y mi casa está expuesta a las visitas policiacas / a las pesquisas / a las “operaciones de limpieza” / porque me encuentro en las imposibilidad / de comprar papel / grabaré todo lo que me sucede / grabaré todos mis secretos / en un olivo / del patio de mi casa / yo grabaré mi historia / y el retablo de mi drama / y mis suspiros / en mi jardín / … Versos del poema Escrito en el tronco de un olivo. Autor el gran poeta Palestino Tawfiq Zi-Yad.

En noviembre de 2020 un juez sionazi empleó la Ley Básica de la Nación Judía para prohibir que en Karmel los y las palestinas tuviesen una escuela de idiomas, y prohibió además el transporte Palestino hasta allí. ¿Cómo justificó semejante acto de racismo y apartheid? Dio la siguiente explicación: la presencia de los palestinos dañaría el carácter de la ciudad, alterando así el equilibrio demográfico”. Y a continuación sacó a relucir el artículo 7 de semejante Ley del Estado Judío.

A la reclamación de una familia palestina por impedir que sus hijos puedan estudiar en la ciudad, respondió dicho juez con una multa de 2000 shekels y la condena recogió otra imposición, el pago de las costas por la reclamación.

En 2020, 375 palestinos han sido deportados de Jerusalén. En el mes de mayo el régimen sionazi suspendió la asistencia médica con el seguro al menos a otros 15, que eran prisioneros liberados, también de Jerusalén, incumpliendo el derecho de éstos reconocido en las Leyes Internacionales. ¿Es acaso el racismo, el apartheid, la segregación, un juez racista, una norma que se han dado los racistas, superior al Derecho Internacional? ¿Quién tiene que tomar cartas en el asunto?

El 13 de abril, en la defensa de la Puerta de Damasco, la fuerza de ocupación hizo prisioneros a 550 palestinos.

En el barrio de Jerusalén Sheikh Jarrah, solo en los primeros días de la lucha de la Resistencia junto los habitantes amenazados de expulsión de sus casas, el ejército invasor detuvo a 18 periodistas tratando de impedir que se difundiese la información de los acontecimientos provocados por el ente sionazi, ese que se hace llamar Estado Judío. Solo permiten noticias falsas, y a la población palestina intentar cerrarle todos los pasos y amedrentarlo para que no se acercasen al centro de la lucha en esos días, la Gran Mezquita de Jerusalén. ¿La Ley del Estado Judío, el racismo, el apartheid, la segregación, la violencia de las tropas ocupantes de una nación y la persecución del pueblo de esa nación, entra en los valores democráticos?

2142 palestinos detenidos por la policía de la dictadura del ejército recolonial en los enfrentamientos con el  pueblo palestino que protestaba contra los bombardeos sionazis a Gaza.

Las cifras ofrecidas de prisioneros tan solo en esos días son una parte de todos aquellos que la Ley del Estado Judío señala para expulsar de Palestina, lo que los organismos internacionales denuncian como limpieza étnica. Bajo eso que llaman Ley, que tanto tiene en común con la que instrumentalizó el nazismo para perseguir a todos los que no eran nazis, los responsables de tantos atropellos han dispuesto otras 65 leyes racistas que amenazan con expulsión al pueblo palestino, pérdida de residencia y eliminación del permiso de ciudadanía a los palestinos que disponen de ella. En 2018 el régimen del ente israelí sacó una ley por la que su ministerio de interior puede quitar la residencia a quien acuse de falta de lealtad. ¿Falta de lealtad al racismo, al invasor recolonial?

Una de las leyes racistas es la que prohíbe el reagrupamiento familiar de la población palestina, es una ley que vienen empleando desde 2003, con ella pretenden garantizar que la población natural, nativa de Jerusalén, disminuya o se mantenga bajo mínimos. Con esa ley pretenden los sionazis prohibir que los palestinos de Jerusalén Oriental y los que viven en otros puntos del territorio bajo ocupación, casados con palestinos de Gaza o Cisjordania, puedan vivir en familia en las zonas bajo su dominaciónEn esa misma ley se prohíbe la convivencia familiar a quienes tengan lazos con personas de Siria, Líbano, Irak e Irán, para impedir la presencia árabe en Jerusalén y en el territorio que los sionazis denominan Israel, es lo que se denomina guerra demográfica. En estos momentos la que denominan Ley de Separación de Familias, ¿qué les parece solo el nombre?, se encuentra en trámite parlamentario para su ampliación. ¿Por qué callan y ocultan los regímenes que se autoproclaman democráticos ante un invasor colonial que además incumple todas las leyes internacionales y practica como eje principal de su acción el apartheid y el racismo?

Parece que eso que se llaman parlamentos democráticos son grupos de apoyo del nuevo nazismo, el sionismo. Si no es así, demuéstrenlo, que llevan toda la historia de lo que llaman israel acompañándolo en su implantación y renovación de aquel nazismo que dicen han dejado atrás.

Por REDH-Cuba

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