Era marzo de 1982 y el año 24 de la Revolución en Cuba estaba en curso. Para ese entonces, la isla ya tenía 2 mil trabajadores de la salud –más de la mitad médicos– colaborando en 26 países. La hazaña era increíble si recordamos que tras el triunfo de la revolución en 1959 apenas quedaban 3 mil médicos en la mayor de las Antillas. Fue entonces cuando, de la mano de Fidel Castro, vieron que Cuba podía convertirse en una potencia médica del orbe. No los movía el interés económico, sino el deseo de ayudar a otros países empobrecidos del tercer mundo. En cierto sentido, dos de los varios pilares del socialismo cubano son precisamente la solidaridad y el avance en materia de salud, que hasta algunos de sus acérrimos rivales han aprendido a reconocer.

El sueño de convertirse en potencia médica mundial los llevó a crear el Destacamento de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay el 12 de marzo de 1982, con el objetivo seleccionar a los mejores estudiantes para desarrollar todas las ramas de la medicina, mejorar los servicios de salud, la docencia universitaria y en posgrados, la formación de especialistas, la superación, y, desde luego, la solidaridad internacional. Es precisamente nuestra conciencia patriótica, nuestra conciencia socialista, nuestra conciencia comunista y nuestra conciencia internacionalista, lo que demanda el esfuerzo que estamos realizando, dijo Fidel aquel día, y continuó: Pero aquí no se trata, ni mucho menos, de una vanidad humana, de una vanidad nacional, para eso no valdría la pena hacer ningún esfuerzo, sino del contenido de ese propósito, que permitiría a nuestro pueblo, en primer lugar, tener uno de los mejores servicios de salud del mundo; en segundo lugar, brindar una extraordinaria colaboración a otros pueblos. O, si ustedes quieren, lo ponen en otro orden: brindar una extraordinaria colaboración en el campo de la salud al mundo, y a la vez disponer de uno de los mejores servicios de salud del mundo para nuestro pueblo.

Luego de las etapas de integración y consolidación del Sistema Nacional de Salud Único, se inició una fase de desarrollo tecnológico, de investigación y de atención primaria mediante policlínicos integrales y comunitarios, enfocados en acciones preventivas y curativas, así como en la promoción de salud a la totalidad de la población.

De acuerdo con el Anuario Estadístico del Ministerio de Salud Pública 2020, Cuba cuenta con 497 mil 593 trabajadores de la salud, que representan 6.8 por ciento de la población en edad laboral. 70.3 por ciento son mujeres. Existen entre 108 y 92.7 médicos por cada 10 mil habitantes. Si revisamos los datos del Banco Mundial en este rubro, Cuba es el país con más médicos por habitante en el planeta.

Siguiendo el mismo anuario, la formación de recursos humanos de la salud en Cuba ocurre en 13 universidades y 29 facultades de ciencias médicas, cuatro de estomatología, una de enfermería, una de tecnología de la salud, tres de tecnología y enfermería, 12 filiales de ciencias médicas, la Escuela Latinoamericana de Medicina y la Nacional de Salud Pública. Sólo en 2020 la colaboración internacional en salud estuvo presente en 66 países y se crearon 56 Brigadas Henry Reeve para ayudar en 40 países.

En materia de salud sexual Cuba también tiene debates y prácticas avanzadas. El aborto está despenalizado, es gratuito y asistido desde 1965, gracias a la lucha de las mujeres cubanas. En mayo de 1988, Cuba realizó la primera operación de adecuación genital a una persona transexual. En 2008, al crearse la Comisión Nacional de Atención Integral a Personas Transexuales, dirigido por el Centro Nacional de Educación Sexual, se diseña un plan de atención integral a transexuales, incluida la operación de adecuación genital de manera gratuita.

Muchas otras cosas habría que destacar de la medicina cubana, sus tratamientos contra el cáncer, la eliminación de la transmisión del VIH de madre a hijo, la respuesta ante la pandemia. Al observar todo esto, vale preguntarnos: ¿cuánto más podría desarrollar la isla si no padeciera el criminal bloqueo?

Los avances en materia de salud en Cuba, así como en otras áreas, han sido ampliamente reconocidos. El carácter estatal y social de la medicina, la lógica preventiva, comunitaria e internacionalista, la accesibilidad y gratuidad de los servicios, así como la investigación científica y tecnológica, hacen del sistema de salud cubano uno de los mejores del mundo. De concretarse la contratación de personal médico cubano en México, nuestro país se verá beneficiado de su experiencia y saberes. No caigamos en falsos dilemas y chauvinismos, hay que exigir más empleos y mejores condiciones para el personal médico local y fomentar, aquí sí, la colaboración internacional.

Fuente: La Jornada

Por REDH-Cuba

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