No nos alcanzan las palabras para honrar tanta vida, tanto amor, tanta lucha que nos deja Hebe de Bonafini. Nuestra madre, la Madre de Plaza de Mayo, nave insignia de la rebelión de los pueblos en el mundo entero.
¡Qué alta la vara de justicia, dignidad y audacia que nos lega Hebe! Qué inmensa responsabilidad nos queda en mantener y encender cada día mas ese fuego del coraje y la verdad para la liberación nacional y social, para denunciar hasta el hueso cada injusticia que perpetra el capitalismo asesino, para combatir a cada minuto al imperialismo genocida de ayer y de hoy, para fortalecer al débil, para denunciar la traición, para dotar de fuerza inquebrantable al que combate.
De tu mano, Hebe, seguiremos enfrentando a las elites que antes y ahora nos desprecian para poder seguir explotándonos. Con vos Hebe, aprendimos a luchar con el amor y la vida en la palma de la mano y a corazón abierto, siempre la frente en alto, contra los que siguen en la política de la muerte. Aprendimos con vos a sufrir por los condenadxs de la tierra; a sentir, con el Che, cada injusticia como si fuera en el cuero propio; a construir la felicidad sólo si es pensada y sentida por y para el pueblo, con la pancita llena, como decías siempre, con los libros, con la radio, con los pies en las calles, siempre en las calles.
Hebe, ese pañuelo blanco que con tus compañeras nos sembraste en el alma, es, como la celeste y blanca, nuestra bandera argentina, trascendida a bandera de lucha de todos los pueblos oprimidos y liberados, de todas las revoluciones que resisten y las que vendrán. Ese pañuelo blanco lo levantaremos cada vez mas alto, porque nos toca que tu nombre, como el de todas las madres y lxs 30.000, nos sigan iluminando siempre el camino del combate sincero y certero, por la revolución y por la Patria Grande emancipada.
Allí te estarán esperando tus amigos Néstor, Fidel y Chavez, y en la Red de intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad siempre te llevaremos para brillar mas en cada trinchera.
Gracias por tanto, te vamos a extrañar y necesitar. Escribiste, empapada de pueblo, una parte inmensa de nuestra historia.
Transformaremos el dolor en más y más lucha como siempre nos enseñaste.
Hasta la victoria siempre Hebe!