Los trozos sueltos de la nación palestina tienen vínculos, brazos, órganos invisibles que responden a la misma sangre y la misma aspiración, pues cada trozo sabe qué ocurre y por qué. Ahora viene el criminal Netanyahu a subir más peldaños, continuadores de lo que empezó en la división decidida en la ONU.


Por REDH-Cuba

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