La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) -adscrita a la OEA- desconociendo los resultados del proceso judicial realizado en ocasión de los hechos, emitió un informe donde, sin aportar una sola evidencia, determinan que, agentes del gobierno cubano provocaron el accidente automovilístico en el que murieron los «disidentes» cubanos Oswaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero Escalante en la provincia de Granma.
Por otro lado, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, durante su intervención en la tercera sesión plenaria de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos en Washington, se sumó a la “farsa” sobre las causas del fallecimiento de ambos individuos, al apoyar el documento de la CIDH.
Cómo bien señaló desde la red social Twitter, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla “sobran las evidencias sobre las causas de la muerte de Oswaldo Payá, dictaminadas por tribunales de Cuba y España”.
En julio de 2012, Ángel Carromero, ciudadano español, vicesecretario general de la organización Nuevas Generaciones, del movimiento juvenil del conservador Partido Popular (PP) español, y asesor del Ayuntamiento de Madrid, y el ciudadano sueco Jens Aron Modig, líder de la Liga de la Juventud Demócrata Cristiana (KDU), vinculada a la derecha sueca, viajaron a Cuba con visados de turistas.
La misión encomendada consistía en buscar y financiar a miembros de la disidencia interna y elaborar planes contra el Gobierno cubano.
El 22 de julio, los dos políticos europeos viajaban en un coche con los contrarrevolucionarios cubanos, Oswaldo Payá y Harold Cepero Escalante, cuando sufrieron un accidente de tránsito cerca de la ciudad de Bayamo, los dos cubanos fallecieron en el suceso.
Según los especialistas, el vehículo iba a una velocidad superior a los 120 kilómetros por hora violando el límite de velocidad de 60 kilómetros establecido en ese tramo y frenó repentinamente en una carretera resbaladiza sin asfalto.
Tras un juicio de varias semanas, el Tribunal condenó a cuatro años de cárcel a Ángel Carromero por homicidio imprudente en octubre de 2012 y en diciembre de 2012, tras cuatro meses de prisión, se autorizó al político español a cumplir el resto de su condena en su país de origen por un acuerdo entre Madrid y La Habana.
El entonces cónsul general de España en Cuba, Tomás Rodríguez Pantoja, calificó el juicio celebrado en la ciudad de Bayamo como un proceso «correcto, limpio y procesalmente impecable»
La Justicia española asumió el criterio de la Fiscalía cubana, además la pena fue aceptada por Carromero de primera instancia sin apelar, al igual que el Gobierno español cuando aplicó el convenio entre Cuba y España sobre ejecución de sentencias penales.
¿A qué viene ahora el apoyo de Blinken a la falacia presentada en el informe de la CIDH?
Con apenas dos semanas de diferencia, el señor secretario de Estado de Estados Unidos, intenta culpar a Cuba y presentarla ante el mundo y la opinión interna de su país, como un país capaz de cometer ejecuciones extrajudiciales y constituir una amenaza para la seguridad hemisférica, al afirmar que es real la presencia de un centro de espionaje chino en la isla.
Las creaciones imaginativas de los actuales políticos estadounidenses deberían inscribirse entre los récords más notables del género de ficción, globos espías chinos, hombrecitos verdes en la frontera de Ucrania con Rusia, bases chinas en Cuba y ahora, desconociendo todas las pruebas, reinventan un crimen que jamás ocurrió.
Que vendrá ahora, una base militar de una civilización extraterrestre que planea conquistar la Tierra, Ming el Despiadado, de incognito en Cuba armado de armas sónicas, listo para enfrentar a Flash Gordon.
Todo se vale con tal de justificar el criminal asedio al pueblo cubano, esa es la real causa, no motivada porque sientan vergüenza por el sufrimiento que causan y quieran esconder sus “errores”, sino por el malévolo plan de apretar el cerco sin que les condenen dentro y fuera de EEUU.
(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.
Fuente: Cuba en Resumen