Cuba fue la cátedra, si Cuba pudo nosotros podemos, dijimos. Nos fue mal, pero bueno, Cuba está ahí y sigue estando, hay que defenderla a muerte, es urgente defenderla.
Por Graciela Ramírez Cruz y Yaimi Ravelo / Resumen Latinoamericano Corresponsalía Cuba.
La génesis del hilo rojo de la vida de la escritora, dramaturga, pintora, escultora y fotógrafa argentina Sara Rosenberg comienza con la emigración de sus abuelos. Salieron siendo niños en un barco de carga en 1905 desde Odesa -de la actual Ucrania- y llegaron a Buenos Aires.
En Tucumán, al norte de Argentina, nació una rebelde con cabellos de oro de gran sensibilidad para las artes. Apasionada a la pintura un día enrolló sus lienzos y encontró en la literatura su frente de lucha, aquella hermosa joven nacida, crecida y exiliada en dictadura.
Estuvo presa tres años y medio, salió de la cárcel para vivir en la clandestinidad, con el alto riesgo de convertirse en uno de los miles de desaparecidos de esa triste época de la historia argentina. Partió al exilio –gracias a que sus padres, también acosados por la dictadura, pudieron pagarle el pasaje- hacia Canadá, tres años después llegó a México donde estudio antropología y en 1982 se instaló en España, donde vivía su hermano.
Sara Rosenberg escribe un tipo de teatro en el que trabaja sobre la actualidad y la historia, y que es un teatro de honda tradición política, -si se pudiera decir así- brechtiano.
“Esto no es una caja de pandora” -por ejemplo- escrita durante la guerra contra Libia, narra la fabricación “humanitaria” de supuestas cajas de “ayuda” , que en realidad están vacías o transportan armas.
La obra es una crítica a la estructura oculta del sistema militarista y guerrerista del imperialismo, de difícil producción o poco interés para los teatros comerciales, con un reparto de 13 actores, una gran obra.
“Mis obras no son eso que llaman comerciales, escribo porque lo necesito, porque quiero decir cosas, lo que puedo lo saco y lo que no lo guardo en el cajón hasta que salgan o se impriman algún día”.
En esta frase habita la esencia de Sara Rosenberg, una escritora de vasta obra, que lleva su primera novela Un hilo rojo como parte de su alma.
El encuentro se produce en la oficina de la corresponsalía de Resumen Latinoamericano. Me une a Sara una historia común como compatriotas, amigos entrañables, compañeros de militancia y su hermano Ernesto, médico-compañero de luchas. No la veía desde hace más de 25 años. Ha pasado el tiempo para ambas, seguimos siendo insumisas y rebeldes, es la misma Sara de hermosos ojos azules que nos sorprendía siempre con su inmenso talento, creatividad y humildad. Agradezco a la querida Ariana López de la Secretaría de la Red en Defensa de la Humanidad –REDH- la posibilidad de este encuentro.
Nuestra oficina no es muy grande, pero suficiente para albergar a quienes como los chilenos que nos visitaron ese mismo día, vienen a la isla sitiada y bloqueada por amor y solidaridad. Como tantas veces ha venido Sara.
En el instante llega el joven poeta y escritor José Ernesto Nováez, coordinador del capítulo cubano de la REDH y miembro de la Secretaría Ejecutiva. Acaba de regresar de Bruselas, donde el capítulo belga tuvo una gran participación en la Cumbre de los Pueblos. Nos preocupa el avance de la derecha, la ultraderecha y el fascismo escalando posiciones en Europa. La necesidad de crear nuevos nodos de la REDH se hace cada vez más vital. Evocamos el Congreso de Escritores Antifascistas de 1937 realizado en Valencia. Conversamos sobre ello y queda en pie la propuesta.
Sara Rosemberg, una intelectual comprometida con su tiempo y la memoria
–Cuando llegas a España en los ´80 se vivía el esplendor de la apertura hacia la libertad política, intelectual, cultural, cercenada por Franco durante 40 años de dictadura. Cómo se produce tu obra en estos años difíciles donde tantas cosas han cambiado de aquel esplendor, esta España que acaba de conformar un nuevo gobierno raspando los votos prácticamente con la derecha. Cómo una intelectual de izquierda comprometida con América Latina, -con el tercer mundo, con Cuba, Venezuela y los países de la región- se ubica en un contexto tan difícil y contradictorio como el que hay ahora en Europa y en España para seguir creando.
-A mi me ha salvado ser coherente con lo que creo, con lo que pienso y escribir desde mi trinchera, es decir, yo nunca he pasado por el proceso de ese “liberalismo “ al uso, en lugar de la libertad humana profunda. He sido muy crítica con el proceso español pero de alguna manera cuando uno vive en un país termina amándolo, y amando a su pueblo.
Uno de los últimos libros que escribí justamente es sobre Antonio Machado. De alguna manera yo no me ubico en la España que te hiela el corazón (la franquista-fascista) , sino que me ubico en la memoria y en la actualidad de la España Roja.
Creo que la literatura y la vida han sido mi protección, todas mis novelas suceden en América Latina, curiosamente mis temas son muy argentinos. Yo me he mantenido ahí.
En una de las últimas novelas ya aparece España, aparece Madrid pero la temática son los juicios contra los genocidas y un secuestro en Madrid de un testigo, basándome en algunos hechos reales.
Yo asistí como cronista al juicio contra un genocida, Scillingo, que participó en los vuelos de la muerte y que fue juzgado en Madrid, si bien ahora anda por ahí…
Luego también está el ensayo. Yo voy mucho a Rusia, mi último libro es un libro documental sobre la situación de la Rusia pos-soviética donde me dedico a entrevistar a la gente para entender lo que significó aquello. Es un viaje para comprender cómo fue posible el desastre de la caída de la URSS y cómo mucha gente lo vivió y piensa y reacciona luchando por el retorno de lo que ellos llaman la URSS 2.0
–Recuerdas cuando veíamos en el Paseo del Prado (Madrid) al lado del Museo del Prado a la gente vendiendo las insignias, los carnets del partido y las chaquetas del ejército? Te juro que lloraba, y lloré cuando vi envuelto en un papel de celofán una supuesta piedra del Muro de Berlín con el letrero “Nunca Más”, el Nunca Más nuestro, el Nunca Más de Argentina.
-Eso fue una gran debacle, el 89.
-¿Cómo transitas en medio de todo eso?
-Bueno, ahora estamos haciendo justamente todo lo contrario. Marchamos por Madrid con el regimiento inmortal, marchamos con las fotos de todos los españoles y soviéticos que lucharon contra los nazis.
Estos dos últimos años desde el comienzo de la Operación Especial en Rusia ha sido complicado porque tenemos a los ucro-nazis alrededor con toda su violencia, pero igual marchamos.
Este año marchamos por toda la calle Atocha con todos los rusos que viven en Madrid y cada uno lleva foto de su familiar al igual que en Argentina. Esa, las marchas del Regimiento Inmortal en todo el mundo, fue una consigna de Putin que realmente dio muy buen resultado.
Fue difícil al inicio cuando comenzó la Operación Especial, se puso jodida la cosa, antes venía muchísima más gente, ahora va menos gente porque hay más miedo, porque hay muchos fascistas, pero lo seguimos haciendo. Lo hicimos este 9 de mayo nuevamente el Día de la Victoria contra el fascismo y salió muy bien. Es un modo de luchar contra el olvido, la censura y la tergiversación de la historia.
Yo siempre me he manejado en campo minado.
-¿Cuántas novelas has logrado publicar?
-Tengo publicadas 4 novelas, un libro documental, cuentos, una pequeña novela infantil, algunas obras de teatro. Están publicadas en italiano, traducidas al alemán y al francés. Las dos primeras novelas las publiqué en el Espasa-Calpe, la siguiente en Destino y las últimas en Siruela. Aquí en Cuba está editada mi primera novela Un hilo rojo en Arte y Literatura. También hay una novela infantil La isla celeste, la publicó la editorial Gente Nueva.
Un hilo rojo fue mi primera novela; es la historia de una desaparecida en Argentina pero contada por distintas voces de los que la conocieron, los que la quisieron, los que la odiaron y por qué. Se podría decir que es una novela coral, un debate sobre aquella época.
-Las tramas de tus novelas reflejan hechos históricos reales, háblanos de ello
-Las novelas siempre están tejidas sobre hechos reales. La literatura tiene el gran poder de narrar la historia, una literatura sin historia social es muy difícil. Mira los clásicos, Chéjov y sus cuentos, Dostoyevski, Cervantes.
Lo que está contando el Quijote es la vida real y terrible de ese siglo XVII en España, su miseria, en un viaje en el que mira, observa y actúa desde un loco porque no lo podía contar de otra manera, pero no está nada loco porque ve y entiende mucho. Cuenta sobre su sociedad, su vida es un viaje en el que se va encontrando con la condición humana y social de ese momento. La literatura y la novela son eso, la primera gran novela es el Quijote, y lo que cuenta es su sociedad y es maravilloso. Toda gran literatura hace eso, Carpentier hace lo mismo, cuenta lo que vive y se cuenta desde una óptica. Al final, la escritura depende de tu visión del mundo, si quieres transformarlo o quieres que la gente siga viviendo en el sometimiento y el lamento. La rebeldía es un don, y eso nos cuenta el Quijote.
Si quieres transformar el mundo tienes una óptica y si quieres mantener el sistema de explotación tienes otra óptica. La literatura es maravillosa en eso, es como una gran lupa.
-¿Qué pasa con el teatro en España?
-Yo ahora no voy mucho al teatro en España, porque es un teatro, una literatura y un cine que propone la evasión “con muchas luces y gastos”, y a veces siento que es perder el tiempo.
Es una gran estupidez, parece que todo el concepto de “libertad” pasa por lo genital, pero hay un mundo entero más allá de la genitalidad. El amor es una cosa mucho más amplia y hermosa que eso. En la cultura se venden demasiadas baratijas, que no son útiles porque la gente está muy desesperada y la sociedad de consumo no es ningún paraíso, aunque la cultura del mercado lo venda en tecnicolor. Es cultura de la barbarie. Y tal como sucede con la economía y la política, también la cultura esta subordinada al modelo yanqui. Los grandes medios, la propaganda, la distribución de los productos culturales no están fuera del modelo único impuesto por el mercado hegemónico. Y digamos que es un modelo bárbaro que vende y reproduce barbarie. La realidad social, la vida humana no tiene cabida. Pensemos que tenemos una tasa de suicidio juvenil altísima, pero en España no se cuenta, de eso no se habla. Tenemos una tasa altísima de drogadicción y alcoholismo, tenemos una tasa altísima de gente viviendo gracias a los antidepresivos, tenemos miles de personas expulsadas de sus casas porque no pueden pagar el alquiler y las distracciones “culturales” sirven a la evasión y a la confusión, mientras la gente está muy jodida y sin capacidad de respuesta, sin horizonte social ni político.
-¿Será la desesperanza?
-Es la desesperanza, la falta de proyecto humano, humanista, de futuro.
¿El bienestar qué es? ¿Poder ir al supermercado? Te llenas el carro para 20 días, 30 días, por 3 años, vale.
¿Pero más allá qué hay? No hay espíritu, no hay un objetivo humano. Y el individualismo, el “yo me salvo a mi mismo” produce mucho sufrimiento, no solo porque es imposible sino porque es un concepto de la vida completamente deshumanizador, bárbaro.
España consiguió llegar a un nivel de consumo que llamaron “Estado de Bienestar”, que se construyó en toda Europa para evitar justamente el avance del comunismo y la simpatía por la Unión Soviética. Desde el final de la Guerra en 1945 comienzan a implantar los Estados de Bienestar en Europa, hacen algunas concesiones sociales, tratando de frenar la revolución comunista que en la Unión Soviética ya era un ejemplo de bienestar real, de avance y de desarrollo humano. Ese mismo “estado de bienestar” que hoy se ha desmontado, porque ya no lo necesitan, desde los 90 se suceden los recortes y las privatizaciones a escala internacional. Podríamos hablar de los 90 como la “década infame”, que priva al ciudadano europeo de los derechos humanos básicos (vivienda, salud, educación).
-Desaparece la Unión Soviética, tras ello también los Estados de Bienestar en Europa
-Claro, porque ya no tienen miedo de que avancen las ideas comunistas. Pero esos anestésicos culturales empiezan hacer aguas y a quebrarse, ya no aguantan al sistema. Por eso el fascismo se volvió otra vez necesario. Porque el fascismo no es más que el capitalismo llevado a su fase violenta, represiva.
¿Por qué surgen estas fuerzas? Porque para controlar a la gente sólo queda la represión y la violencia, el bombardeo ideológico y cultural que consigue hasta que el esclavo vote por sus cadenas. Sin embargo la gente está reventando, miren los acontecimientos de Francia, por ejemplo. En este momento hay una inflación impresionante; después del Covid, y hay que decir que el encierro también fue un experimento de control de masas brutal, se dispararon los precios y además se hicieron grandes negocios con las vacunas que no son tales (Me refiero a los laboratorios como Pfizer, entre otros). ¿Por qué Europa no dejó entrar las vacunas cubanas, sabiendo que son excelentes? ¿Podemos hablar también en este sentido de guerra biológica y de sistemas de control y bloqueo? Es un tema largo, pero ojalá hubiéramos podido contar con la Soberana.
Lo que hay que entender es que en Europa entera ya no hay países soberanos, están sojuzgados por una entidad que es la Unión Europea. Lo que es el ejercicio de soberanía -y pensamiento independiente- no existe en ningún país de Europa, y la Unión Europea está sometida a los designios y las ordenes de los Estados Unidos.
Mira lo que pasó con el Nord Stream, había energía barata que llegaba desde los gasoductos rusos y nutría a Alemania y a toda Europa. Bombardearon en un acto terrorista el Nord Stream, y está comprobado que fue un acto de guerra que solo beneficia a la OTAN (es decir a USA y la industria financiero-militar) .
Ahora qué está comprando Europa?, están comprando gas licuado norteamericano cuatro y cinco veces más caro. Esto ha hecho que todos los productos suban. Quién está ganando: los Estados Unidos, la gran empresa armamentística, la gran empresa militar.
Cuando tú tienes un pueblo con un desempleo brutal, sueldos malísimos y todo sube, la gente busca soluciones y una protección de sus derechos, pero dentro de este sistema –capitalismo salvaje y terminal- ningún partido puede oponerse al mandato del FMI y de sus instituciones , ni el PSOE, ni el PP, ninguno. Llegan al gobierno con todo pactado y a obedecer el mandato.
Este año la orden de la Unión Europea es privatizar la salud pública, privatizar lo que quedaba en pie de la educación pública, congelar y bajar las jubilaciones y seguir aumentando el gasto militar para apoyar a los nazis ucranianos en contra de Rusia.
Un ejemplo de cómo poco a poco se despoja y se privatiza todo lo público. En la sanidad pública vas al hospital y dentro hay empresas privadas que hacen los análisis. El médico te manda a hacer veinte análisis, por qué tantos, porque es lo que cobra la privada al Estado y lo que controla la empresa privada dentro de los edificios de los hospitales públicos. Están utilizando la infraestructura pública y privatizando por dentro, es impresionante. Todo lo que se construyó con el esfuerzo del pueblo (impuestos, etc) pasa así a manos de los grandes fondos buitres privados.
Otro ejemplo de lo que sucedió en Madrid con el Covid: murieron 7 mil ancianos en las residencias -que son responsabilidad del gobierno autonómico- pero la responsable, a la presidenta de la comunidad de Madrid no se le juzgó, ni se dijo nada. Al contrario, ganó las elecciones municipales hace dos meses. Lo cierto y trágico: mató a 7 mil ancianos, te en cuenta, son 7 mil pensiones menos.
Christine Lagarde -quien dirigía el Fondo Monetario Internacional- llegó a decir antes de la pandemia que había demasiados viejos en Europa y había que acabar con ellos, pero a nadie se le cayó la cara de vergüenza. Es la naturalización de la barbarie, de la deshumanización.
Un sueldo completo en España alcanza para pagar el alquiler de un apartamento de 30-40 m2 (entre 800- 1200 €) sin nada de lujo. Para un trabajador es imposible adquirir una vivienda propia, el salario mínimo oscila entre 800 y 950 al mes, pero es muy difícil encontrar un alquiler por menos de 500 €, en general es mucho más alto y además tienes que tener un empleo fijo para que te hagan el contrato. Entonces la gente se desespera porque ahora lo más frecuente son los trabajos temporales, los contratos basura. Es un sistema absurdo que hace que los hijos con 30 años no tengan muchas posibilidades de irse de la casa de los padres. ¿Cómo se independiza un joven que comienza a trabajar y que no tiene un contrato a tiempo completo?
-¿Alguna de tus novelas habla de la situación actual en Europa?
-En mis Artículos si, escribo muchísimo sobre esto.
En las novelas mi cabeza funciona como si yo estuviera en América Latina. Pero tengo que meterme en una novela que hable de todo esto, buscar el tiempo.
Estoy centrada en el análisis político, la escritura política me apasiona, tengo que estudiar mucho y se tarda en la elaboración. Siento que para mi este tipo de escritura ahora es cada vez más urgente.
Sin embargo, las problemáticas de las que hablo están en mi último libro, que paradójicamente es un libro de viaje y de poesía. Es un libro sobre Antonio Machado y es un viaje que hice siguiendo sus huellas y dialogando con él. No quería hacer una biografía porque hay muchas y muy buenas. Entonces decidí conversar con él desde nuestro tiempo actual. Recorrí todo el camino del exilio español, salí de Valencia, crucé los Pirineos, llegué a Colliure donde el muere y donde está su tumba y después fui a todos los campos de concentración en los que Francia encarceló y maltrató al millón de exiliados que huyo del fascismo franquista. Y a partir de ahí entablo un diálogo con Machado. Este recorrido lo hice en el 2019 justo antes de la pandemia y lo escribí en pandemia.
El libro se titula Costa Bermeja, porque ese es el nombre en el mapa de la zona geográfica que yo recorro. Y que cruzaron un millón de personas en medio del frio de la derrota, muertos de hambre, desde la cumbre de los Pirineos hasta las playas heladas de Francia…
"Esto también es parte de la memoria que aquí se oculta y se sigue ocultando."
Estamos viviendo las consecuencias de 40 años de franquismo, porque el franquismo no fue removido del poder, la Constitución del 78 fue la Ley del Olvido, no se juzgó a nadie.
Claro que faltan novelas por escribir sobre esta historia. Pero hay una novela muy buena sobre la posguerra y que me gustó mucho: Los girasoles ciegos, de Méndez.
Hay como un miedo o una alergia a los temas histórico-políticos. No son “comerciales” si huelen a rojo. Culturalmente hay poco interés en la política, el posmodernismo ha calado hondo y ha generado una especie de cultura blanda, del divertimento, de hablar por los costados o no hablar de las causas y menos de la historia, salvo algunos escritores de la década del 60 que fueron del partido comunista, hoy poco leídos. En general lo que ves en masa en las librerías son temas que no tratan la historia, ni los problemas sociales, son lo que llamamos bestsellers, mucha subjetividad atormentada, mucha violencia y mucha sin salida. Ya dije que el mercado no se va a pegar un tiro en el pié. Pero hay que seguir intentando otra escritura y otro lector.
-¿Cómo está la poesía en España, han surgido poetas nuevos?
-Sí hay, han surgido nuevos poetas, hay una camada de poetas destacados, interesantes. Tampoco es un grupo significativo como fue el movimiento poético del 27 ni el de los 50-60, nada que ver con la potencia que podían tener un Cernuda, o un Hernández o un Goytisolo …
-¿Se siente añoranza por la poesía militante?
-No lo se, no se si se trata de esto, pero lo cierto es que hay otro tipo de lector, o se está leyendo de otra manera, no lo tengo claro.
La literatura ahora tiene que luchar por su espacio también contra las redes, el teléfono, la falta de lectores. Por eso es tan importante llevar/guionizar la buena literatura al cine y las series. Hay generaciones que sí leen, pero no como leíamos nosotros. Leer es un acto solitario y mucho más lento, que requiere ser activo, recrear, reescribir y hacer buenas preguntas. Las redes son fantásticas pero muy inmediatas y a veces excesivas, es como vivir en un tiempo acelerado que a veces impide la reflexión. Mucho no es más.
Volviendo a los buenos guiones, el cine ruso lo hace de maravilla, no solo por el enfoque de la historia sino por destacar qué tipos de conflictos son propiamente humanos, cómo se enfrentan, cómo se desarrollan , incluso cuando trata temas como los conflictos de la pareja o la familia, insiste en el por qué, en qué se inscribe, por qué tomamos modelos que parecen únicos y no lo son, qué está pasando con el amor, qué concepto del amor tenemos, porque el amor también es un concepto histórico. Son preguntas importantes a la hora de escribir, qué es el amor, cómo lo planteo en una novela, conflictos profundos, humanos, eternos pero que tienen su tiempo-su historia. Por ejemplo la soledad, o la locura, puede ser un valor o una condena, todo depende del enfoque. Ya ves, siempre vuelvo al Quijote.
-¿Como es tu vínculo con Cuba?
-Uf, mi amor. Para mi generación Cuba ha sido la luz siempre. Nacimos con el Che Guevara clavado aquí -dice señalando la frente- y con la Revolución Cubana.
Cuba es el faro de lo que queríamos para nuestro país, lo que nosotros deseábamos, nuestras guerrillas, nuestras luchas estaban estrechamente relacionadas con Cuba, era el deseo más grande salir del horror que vivíamos con la dictadura y luchar para tener algo como Cuba.
Era de las más jóvenes cuando caí presa, pero sabíamos todo sobre Cuba, leíamos las noticias de Cuba clandestinamente, no podíamos tener un póster del Che, ni usar camisetas, sabíamos y estudiábamos clandestinamente. Yo nací en dictadura, crecí en dictadura y me exilié en dictadura, lo que sabemos de Cuba no lo aprendimos de manera folclórica, sino estudiando y conociendo a fondo.
Cuba fue la cátedra, si Cuba pudo nosotros podemos, dijimos. Nos fue mal, pero bueno, Cuba está ahí y sigue estando, hay que defenderla a muerte, es urgente defenderla.
Obras de Sara Rosenberg:
Novelas
Un hilo rojo. Espasa Minor, 1998
Cuaderno de invierno. Espasa Calpe, 2000
La edad del barro. Destino, 2003
Contraluz. Siruela, 2008
Relatos- Libros de viaje
Durmientes – Ediciones Cartoneras- Tucumán- 2005
La voz de las luciérnagas- Editorial Akal- 2018
Poesía
Costa Bermeja, 2023, Editorial Calambur
Teatro
Esto no es una caja de Pandora, 2014. Esta obra fue escrita en residencia en la Maison des écrivains (“Casa de los escritores”) de Saint Nazaire (Meet) Francia, en 2011.
El Tripalio- 2006- Premio la escritura de la diferencia-Italia. Editorial Il manifesto.
Inmigrantes- Ed. Fundamentos-RESAD- España, 2002
Literatura infantil
La isla celeste . Siruela, 2010
Su obra cuenta con traducciones al inglés, francés y alemán.
Fotos: Cortesía de la entrevistada.