Desde los tiempos de Martí hasta la actualidad, no pocos son los que han ocupado la trinchera de las ideas en defensa de las causas nacionales y populares más legítimas. Algunos han  pagado con su vida el gesto heroico y generoso pero sus ideas han prevalecido y se han agigantado; no ha habido “proa que las taje”, como afirmara Martí.


Fuente: Portal SCJM

“Trincheras de ideas, valen más que trincheras de piedras”, suscribió José Martí al cerrar el primer párrafo del ensayo Nuestra América, para añadir inmediatamente después: “No hay proa que teje un rumbo de ideas. Una idea enérgica, flameada a tiempo ante el mundo, para, como la bandera mística de juicio final, a un escuadrón de acorazados…”

La historia, la vida y la lucha lo convirtieron en uno de los conceptos más conocidos y referidos del pensamiento martiano por su significado profundo y por el momento del decursar de la humanidad, – particularmente de América,- en que  fue pronunciada esta sentencia  y sembrada para siempre.

Ascendió al primer plano por su contenido y carácter revolucionario en el momento en que se que expresó, por ser novedosa y múltiple y por sintetizar genialmente. -en menos de diez palabras,- una proyección que es progresista y mira hacia adelante, aplicable a todo pensamiento que reúna  esas características. Es, por tanto, universal.

Por eso la seleccionamos como rubro generalizador de este espacio que hoy comenzamos y donde intentaremos, -desde la cosmovisión martiana,- abordar los temas históricos, políticos, sociales y de opinión en general que se correspondan con estos principios y así lo merezcan.

Desde los tiempos de Martí hasta la actualidad, no pocos son los que han ocupado la trinchera de las ideas en defensa de las causas nacionales y populares más legítimas. Algunos han  pagado con su vida el gesto heroico y generoso pero sus ideas han prevalecido y se han agigantado; no ha habido “proa que las taje”, como afirmara Martí.

En América Latina y el Caribe se libra en estos momentos una dura batalla de ideas donde los pueblos y sus vanguardias se han atrincherado y combaten con denuedo, esfuerzos y sacrificios frente al enemigo imperialista inescrupuloso y desesperado, ante las sucesivas derrotas que considera como comienzo irreversible del declive en el otrora “patio trasero” de sus dominios.

Un discípulo aventajado y seguidor de las ideas del Héroe Nacional de Cuba fue sin dudas Fidel Castro, quien durante una visita a Suiza con motivo del aniversario 50 de la OMS, durante la Conferencia de prensa allí ofrecida respondió así: …Hoy hay que pensar en una lucha de carácter universal, hoy las masas van a desempeñar un papel importantísimo, la conciencia va a desempeñar un papel importantísimo. Se abre paso, a pesar del dominio avasallador de los medios de comunicación por algunas potencias (…) Fíjate como nació y crece el movimiento ambientalista. Que fuerza tiene, cómo crece otros movimientos sociales: la conciencia de los problemas de aquí y de allá de los hombres sin tierra. ¿Qué hacen en Brasil, por ejemplo, los hombres sin tierra?. Ocupan tierras. ¿Qué están empezando a hacer las familias sin casa?.  Ocupan casas que están esperando por un cliente que tenga dinero para pagarles y ocupan casas…?.

En esa misma exposición, el líder de la Revolución Cubana expuso: “Las masas se organizan, hacen huelgas hacen manifestaciones hacen resistencia- a medida que se desarrolle la conciencia en el mundo del futuro, que no es este mundo idealizado que nos pintan, las masas son las que van a desempeñar el papel decisivo y la conciencia va a ser el elemento decisivo y no las armas. Estamos pasando una etapa en que las armas podían resolver a otra etapa en que la conciencia de las masas, las necesidades de la historia, y las ideas son las que van a hacer cambiar el mundo…”

En una histórica alocución desde la Universidad Central, en Caracas, ya  había señalado: “Toda revolución es hija de la cultura y de las ideas…”, y en la clausura de la Conferencia Internacional martiana de 2003, en La Habana, llamó a “sembrar ideas y sembrar ideas; sembrar conciencia y sembrar conciencia…”.

Atrincherarse en las ideas propias, cuando son legítimas y justas, está muy lejos de ser dogmatismo, como algunos vacilantes u oportunistas quieren hacer creer para justificar sus cobardías y dobleces.  Martí y Fidel, artífices de dos guerras de liberación, fueron forjadores, -a su vez,- de las mas puras ideas de independencia, soberanía, igualdad social, antimperalismo, antidiscriminación, progreso, desarrollo y paz.

Ellos nos acompañan en esta trinchera de ideas que hoy cavamos , recordando las Glosas al pensamiento de José Martí de diciembre de 1926, publicadas en la revista habanera América Libre de abril de 1927, donde Julio Antonio Mella afirmó: “…!Serían mejor ambas trincheras a la vez!”.

Por REDH-Cuba

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