Las naciones africanas figuran entre las primeras en el mundo en reclamar que Cuba sea excluida de una vez por todas de la unilateral lista de EEUU de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.
Así lo demandaron en el 37 periodo de sesiones de la Asamblea de la Unión Africana (UA) celebrado en febrero pasado en Addis Abeba, sede de esa organización política continental.
Y muchas razones tienen los pueblos y las autoridades de esa área geográfica para exigir que la mayor de las Antillas no figure en relación alguna que la catalogue como promotora de hechos terroristas.
Para los africanos Cuba es un país solidario y hermano que siempre los ha ayudado desde las luchas por su independencia, y lo continúa haciendo en la actualidad en diversos sectores, como la salud, la educación, la formación de profesionales, y el deporte, entre otros.
Miles de trabajadores de la medicina cubanos, galenos, licenciados y técnicos, han curado y salvado millones de vidas en ese continente, incluso durante la pandemia de la Covid-19 con numerosas brigadas, y no lo han dejado de hacer pese a las limitaciones que enfrenta la isla caribeña por el bloqueo que le impone Washington desde hace más de 60 años.
Ese cerco económico, comercial y financiero se recrudeció aun más tras el presidente de turno de EEUU Donald Trump incluir al decano archipiélago antillano en la lista de países patrocinadores del terrorismo, pocos días antes de abandonar la Casa Blanca.
Su predecesor, el mandatario Barack Obama (2009-2017) había suprimido a Cuba de ese listado unilateral, lo que no ha hecho la actual administración demócrata de Joe Biden, que se empeña en estrangularla.
EEUU mantiene a su vecina isla del Caribe en el referido espurio papel para intentar justificar el bloqueo que le impone, repudiado por la comunidad internacional.
La UA, también en febrero pasado, respaldó por decimoquinta ocasión consecutiva la condena al prolongado e ilegal cerco de Washington a La Habana.
Sin embargo, a juicio de políticos africanos, para acabar con el bloqueo es necesario hoy emprender una campaña internacional que obligue a EEUU a descartar a Cuba como estado patrocinador del terrorismo.