¡Adiós Cuba, cuenta siempre conmigo mientras respire –
y siempre te amaré y te serviré!

La fecha 18 de noviembre de 1836 marca el nacimiento de un hombre grande de Cuba, Santo Domingo y América.

Sobre este acontecimiento individual, Gómez confesó en una autobiografía, publicada como Notas autobiográficas en Monte-Cristy. Rep. Dominicana, el 20 de Octubre de 1894, lo siguiente:

“No puedo precisar la fecha en que nací, pues por más que busqué personalmente la partida de bautismo en los libros de mi Parroquia, no pude dar con ella; eso quiere decir que desde la cuna empecé a resentirme del descuido de otros con que somos víctimas los hombres a nuestro paso por este planeta. Pero por la edad precisada en la fecha de nacimiento de contemporáneos míos, y por la tradición conservada en la memoria de mis buenos padres, pude averiguar sin más datos que esos, que nací allá por el año 36. En cuanto al mes, día y hora, siempre he lamentado ignorar tan preciosos datos para mí, que señalan los primeros instantes en que aparecemos casualmente, a ser miembros de la gran familia humana. Vine al mundo, y fue mi cuna un pueblecito ribereño del Banilejo (entonces sería un caserío), que le da su nombre: Baní, (Santo Domingo, República Dominicana), tierra de los hombres honrados y de las mujeres bonitas y juiciosas”.

En una obra en proceso editorial he tratado de recopilar contenidos del ideario extenso del Mayor General Máximo Gómez a fin de contribuir a una mejor y más amplia divulgación y profundización de su pensamiento y del papel protagónico desempeñado como político y militar a todo lo largo de la lucha independentista cubana y, posteriormente, durante los primeros años de la República. Quiso el destino que su trayectoria fuera excepcional y ligado estrechamente, en un periodo turbulento como la guerra, a los líderes principales de ella: Carlos Manuel de Céspedes y José Martí, y compartiendo, con Antonio Maceo y los principales líderes militares independentistas, todas las penalidades y las hazañas durante los 30 años de lucha. En Gómez asombra la altura y profundidad de sus ideas. Este héroe que, si bien en su época supo dar lecciones de consagración y ética revolucionaria, hoy, a través de su ejemplo e ideario puede transmitir valores, enseñanzas y apreciaciones útiles para la realidad concreta que viven los cubanos y los latinoamericanos. No hay en Cuba, América y el mundo un ejemplo mayor de internacionalismo ligado a la liberación de un pueblo como el de Gómez. Y todo eso necesariamente se reflejó en su tiempo y se reflejará en el futuro. Siempre será bienvenido el tributo a quien no se cansó de procurar la felicidad de Cuba y luchar por eso hasta los mismos días de su muerte. Así que esperemos que todos podamos descubrirle y atesorarlo hoy y mañana durante su siemprevida.

Apreciemos en su magnitud sublime frases como éstas:

“¡La guerra de Cuba! ¡Qué guerra aquella tan llena de grandes pequeñeces y de pequeñeces asombrosas por sus grandezas!”

“Nadie es capaz de apreciar el trabajo y la fatiga que cuesta enseñar a los hombres a ser libres”.

 Fidel hubo de valorar la figura excelsa del cubano-dominicano. Sus juicios son esclarecedores sobre su personalidad y la magnitud de sus proezas.

 «Máximo Gómez, desgraciadamente, tuvo toda su vida el complejo de ser extranjero, el complejo de no haber nacido aquí, cuando debió considerarse cubano, ciento por ciento, mil por mil, desde el primer día en que empuñó las armas en favor de la independencia de Cuba. Y luchó 10 años, y fue el más brillante jefe y maestro de jefes cubanos. Sin embargo, cuando el Zanjón se consideraba dominicano, creía que no tenía derecho a inmiscuirse en los asuntos de los cubanos y que los cubanos eran los que tenían que decidir aquello. No solo eso, todavía en 1895, y cuando por fin triunfa, o nace lo que pudiéramos llamar la república mediatizada, y se pudo enarbolar la bandera y decir que éramos un país independiente —que todos sabemos hoy que no lo éramos—, hasta en esas circunstancias todavía Máximo Gómez seguía sintiendo el complejo de ser extranjero. ¿Y qué hombre hizo tanto por nuestra patria como Máximo Gómez? Y junto a Máximo Gómez, pasaron por la amargura del Zanjón decenas, cientos, miles de combatientes que después se caracterizaron extraordinariamente en la guerra de 1895 para llevar adelante la lucha por la independencia… «Máximo Gómez puede decirse que fue maestro de magníficos combatientes cubanos».  Referencia al texto original: Discurso pronunciado en el acto de conmemoración del centenario de la Protesta de Baraguá, Municipio «Julio Antonio Mella», 15 de marzo de 1978

“Máximo Gómez, una de las figuras internacionalistas más prestigiosa de la historia de América Latina”. Referencia al texto original: Discurso el acto central por el trigésimo segundo aniversario del asalto al Cuartel Moncada, 26 de julio de 1985

“Máximo Gómez.  Hijo humilde de este pueblo, supo convertirse en hijo insigne y entrañable del pueblo cubano por derecho ganado en su lucha por la independencia de Cuba, a la que aportó su brazo y su machete, su genio militar y su coraje, un notable talento político y un profundo pensamiento revolucionario.  Su diario de campaña, sus arengas y sus conmovedores relatos desafortunadamente escasos, dada su azarosa vida de combatiente infatigable por la libertad, sugieren que de aquel humilde campesino pudo surgir también un genio de las letras”. Referencia al texto original: Discurso pronunciado al recibir la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella en el grado Gran Cruz Placa de Oro, 22 de agosto de 1998.

AUTOBIOGRAFÍA

1. NACIMIENTO: / Máximo Gómez. NOTAS AUTOBIOGRÁFICAS. Monte-Cristy. Rep. Dominicana, Octubre 20 de 1894

Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas. Doctor Honoris Causa. Profesor Titular, Consultante y Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Premio al Mérito Científico por la obra de toda la vida.

Por REDH-Cuba

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