Polémico saludo de Elon Musk en la asunción de Donald Trump. (Captura de video)

El fascismo también es ideología y la característica central de todo sistema ideológico es su recuperabilidad (Paola Tabet, “La piel correcta”, Cuerpos marcados: sexo, raza y clase, Madreselva, 2024). Un nuevo detentor de poder la recupera de otro anterior como instrumento de dominio, legitimación y ejercicio político. Esa ideología ha sido recuperada en la Argentina bajo el disfraz de “la libertad” y en Estados Unidos con la consigna “Make America Great Again”, sinónimo de imperialismo. La vertiente nuclear que se recupera hoy del fascismo arqueológico es la estatalidad, el poder público, colonizada por una capa poderosa del poder privado. Franklin Delano Roosevelt, presidente de los Estados Unidos entre 1933 y 1945 se refirió así al poder que nos concierne: “La primera verdad es que la libertad de una democracia no está a salvo si la gente tolera el crecimiento del poder en manos privadas hasta el punto de que se convierte en algo más fuerte que el propio Estado democrático. Eso, en esencia, es el fascismo, la propiedad del Estado por parte de un individuo, de un grupo, o de cualquier otro que controle el poder privado” (“Message to Congress on Curbing Monopolies”, 29 de abril de 1939, www.presidency.ucsb.edu/documents/message-congress-curbing-monopolies#axzz1wwNvGrkI).

Fuente: La Tecl@ EÑE

 

Por REDH-Cuba

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