Ponencia presentada por el DrC. José Ramón Cabañas Rodríguez en el Seminario Internacional sobre Diplomacia Cultural, convocado por el Instituto Superior de Relaciones Internacionales «Raúl Roa García», ISRI, La Habana 25 al 27 de marzo, 2025.

Fuente: CIPI

Introducción

La denominada diplomacia cultural es otro término convencional que se utiliza dentro del marco de las relaciones internacionales y esencialmente se refiere a la promoción y desarrollo de vínculos culturales entre actores, para el crecimiento de las relaciones oficiales mutuas, o incluso en el ámbito multilateral.

Si bien se pueden citar innumerables antecedentes del uso de tal instrumento para lograr dichos objetivos, solo en las últimas dos décadas es que un grupo de cancillerías han incorporado en sus estructuras y presupuestos, la atención y asociación con actores no estatales de sus respectivas sociedades de manera estructurada y holística, para satisfacer proyecciones de política exterior. De este ejercicio han surgido otras denominaciones como diplomacia científica, religiosa, o deportiva.

La organización frecuente de grandes festivales de artes, la promoción de concursos literarios, foros de cine, el intercambio de becas para nuevos talentos, la relación entre portadores culturales comunitarios y muchos otros proyectos, sirven hoy para trasladar mensajes y concretar acciones que acerquen a las naciones, creen nuevos espacios de interés común, influyan en la opinión pública.

En algunos casos el esfuerzo principal se ha dirigido a contrapartes que tienen un perfil nacional, pero hay países que han logrado delinear objetivos hacia regiones e incluso hacia comunidades específicas de aquella contraparte donde se pretenden abrir nuevos espacios o expandir la relación ya existente.

Dentro de lo que asumimos como diplomacia cultural existen al menos dos componentes que no se pueden desconocer a la hora de proponerse las metas: los vínculos históricos preexistentes entre las partes y el intercambio humano que haya podido tener lugar en los años precedentes.

En el caso específico de lo que podría entenderse como esfuerzos de diplomacia cultural entre Cuba y los Estados Unidos sería útil profundizar en el establecimiento de los vínculos más tempranos entre la Isla y el Sur de aquel país, los cuales crearon nexos que fundamentaron una expresión política que se sustenta hasta el presente.

Desarrollo

Si se pregunta a cualquier interlocutor dónde se encuentra la mayor presencia cultural cubana en los Estados Unidos, una buena cantidad de respuestas apuntaría hacia el sureste de la Florida y, en especial, hacia la ciudad de Miami (reconocida solo en 1896 con 300 habitantes). Sin embargo, ese criterio excluye la descripción sobre cuáles fueron las primeras áreas sureñas de presencia cubana en aquel país, mucho antes de la segunda mitad del siglo XIX.

Un primer hecho a tener en cuenta en dicha reconstrucción histórica es el pasado colonial de ciertos territorios como la propia Florida, bajo dominio español y Luisiana, bajo soberanía francesa.

En el primero de los casos, el movimiento humano entre la Isla caribeña y la península no se producía entre dos naciones distintas sino entre territorios coloniales sometidos a la misma corona, hasta la adquisición de la Florida por las autoridades estadounidenses, mediante una compra simbólica en 1819.

Es esa migración temprana, en buena medida originada entre cubanos que luchaban por la independencia de su país, la que explica que al elegirse el primer alcalde de Cayo Hueso (Key West) en 1876, fuera proclamado Carlos Manuel de Céspedes (hijo). Cinco años antes se había creado en esa pequeña Isla el Instituto Patriótico y Docente San Carlos, como espacio para la promoción de la cultura y el saber cubanos.

Emigrados cubanos retornados a La Habana desde el Cayo, sobre todo después de la llamada Gran Depresión, se asentaron mayoritariamente en la zona de lo que hoy se conoce como Municipio Centro Habana, en la capital del país, en un área que se le nombra localmente como El Cayo. Incluso, como parte de su arquitectura reprodujeron la fachada de la sede del Instituto San Carlos en Key West, construida en 1922.

A Cayo Hueso llegó un José Martí enfermo a finales de 1991, para hablar ante la mayoría de sus 18 000 pobladores, que escucharon en total silencio un discurso en el que explicaba las razones del independentismo, como preludio a la creación del Partido Revolucionario Cubano pocas semanas después.

Martí subió al balcón de un restaurante bar conocido como La Te Da, desde donde pronunció sus palabras de agradecimiento y respeto. Ese fue el mismo lugar desde el que la alcaldesa local Teri Johnston declarara a Cuba y Key West como Islas hermanas en el 2019, condición que fuera ratificada en el 2021.

También en Cayo Hueso permanecen otros vínculos raigales cubanos, como el cementerio mambí, donde yacen y se honran los restos de varios independentistas, así como la casa original donde residió por muchos años el consulado cubano que ofrecía servicios a los connacionales.

Viajando más al norte por el occidente ( y no el oriente ) de la Florida, llegaron cubanos desde la Isla y desde el Cayo para asentarse a partir de 1830 en el área que más tarde se conocería como el Condado de Pinellas, donde crecerían dos importantes centros urbanos:  St Petersburg y Tampa.

Hacia finales del siglo XIX, la llegada y establecimiento allí del empresario de origen español, naturalizado cubano, Vicente Martínez Ybor, fue un factor adicional de atracción de fuerza de trabajo cubana para la industria tabacalera y centro político para el enfrentamiento a las autoridades españolas.

En lo que con el tiempo se denominó Ybor City, y que fuera incorporada al área metropolitana de Tampa, todavía se atesoran las vivencias de las reuniones de José Martí con los tabaqueros. Se preserva allí un parque que lleva su nombre, en el lugar donde radicaba la casa de huéspedes que administraban los cubanos Ruperto y Paulina Pedroso, quienes vigilaron el sueño del prócer cubano durante su estancia.

José Martí llegó a Tampa por primera vez el 25 de noviembre de 1891 invitado por Néstor Carbonell, quien había sido un patriota que participó en la Guerra de los 10 Años y que vivía en esa ciudad desde 1889. El 26 fue presentado en el Club Ignacio Agramonte, donde hizo su primer discurso. El 27 en la Liga Patriótica Cubana también habló y ese mismo día fundó la Liga de Instrucción para contribuir a la educación y a la enseñanza entre cubanos, semejante a la que existía en esos momentos en New York. (Rodríguez 2003)

Sorprendente es la huella cubana allí en murales que aún se conservan como el del general Antonio Maceo y Grajales, venerado por los cubanos, pero sin ningún vínculo directo con el lugar, o en nombres de calles que coinciden con provincias cubanas como Matanzas.

Los cubanos que trabajaban en las empresas del señor Martínez Ybor imaginaron un sistema comunitario para la atención medica de las familias, según el cual cada asalariado contribuía con una porción mínima de sus ingresos para un fondo común que garantizaba la atención primaria de salud. Finalmente fue conformado en 1886 bajo el nombre de Sociedad Benéfica. Este fue uno de los antecedentes de lo que después se conoció en la Cuba socialista como el servicio del médico y la enfermera de la familia.

La primera escuela que existió en Ybor City fue establecida y dirigida por el cubano Carlos Zequeira, quien había emigrado de Cuba años atrás y se había asentado en Baltimore. Para finales de 1886 otra cubana, Inez Sainz de la Pena inauguró una segunda escuela en su propia casa. Durante varios años estas fueron las dos únicas escuelas que se dedicaban a enseñar fundamentalmente a los hijos de los tabaqueros cubanos. (Rodríguez 2003)

En 1922 un lector de tabaquería, Victoriano Mateiga, fundó un semanario nombrado La Gaceta, única publicación trilingue (inglés-español-italiano) en Estados Unidos, que además se publica hasta el presente. En sus publicaciones y en sus archivos, La Gaceta atesora historias y datos clave de la presencia de los cubanos en aquella zona de la Florida. Cubanos residentes en Tampa formaron en el 2001 la Fundación para una Política Responsable hacia Cuba que ha auspiciado más de un centenar de viajes grupales de personalidades locales a la capital cubana.

Citando los temas compartidos entre Sr Petersburg y La Habana, como la preservación de la vida costera y la cultura, el entonces alcalde de la ciudad floridana Rick Kriseman visitó Cuba en 2016 y 2019 desplegando una intensa campaña dirigida a mostrar  disposición para acoger en su área un consulado cubano, con vista a ofrecer servicios a una comunidad de 90 000 personas de dicho origen que viven allí.

Más al norte, en el parque Cooper Riverside en Mobile, Alabama, se encuentra desde el 2002 una estatua de bronce del fundador de la ciudad, el francés Perre Le Moyne d´Iberville, que mira en dirección a la ciudad de La Habana. Es una reproducción de otra que existe en el malecón de la capital cubana, muy cerca de donde yacen los restos de d´Iberville.

Los intentos españoles de colonización de la bahía de Mobile se reiteraron desde La Habana hasta que finalmente Juan de Jordán Reina fundó Pensacola en 1698. Como reacción al avance español en la zona, Luis XIV envió a d´Iberville quien estableció residencia y fundó la ciudad de Mobile en 1702, como capital de la Luisiana francesa. Cuatro años después el alto oficial francés viajó a La Habana en busca de apoyo para enfrentar la presencia británica en las Carolinas, pero contrajo fiebre amarilla y falleció allí. Sus restos permanecen justo frente a la Plaza de Armas habanera, que tiene una réplica casi exacta en el corazón de New Orleans.

Desde entonces comenzó un intenso intercambio de productos entre ambas partes, que llevó al puerto de Mobile a constituirse en el primer socio comercial de Cuba en el Sur de Estados Unidos durante la época prerrevolucionaria. Desde Mobile llegaba el algodón, la madera, el papel y el arroz, mientras Cuba enviaba cobre, sal, níquel, azúcar y tabaco, en muchos casos en la modalidad de barter, sin mediar el uso del dinero. Mobile también fue el puerto de tránsito hacia el sur de gran cantidad de ganado en pie de origen estadounidense.

Pero esta no sería ni con mucho la principal importación llegada a Cuba desde Mobile. En el Spring Hill College los cubanos Nemesio y Ernesto Guillo más el amigo de ambos Enrique Porto comenzaron a familiarizarse con el juego de las pelotas y bates. Nemesio llevó primero el nuevo deporte al barrio habanero del Vedado y después fundó el Habana Baseball Club. (Schrubbe, 2013)

Hacia finales del propio siglo el combate a la fiebre amarilla acercó a científicos de ambas partes. El Dr William Crawford Gorgas viajó a La Habana para trabajar con el eminente Carlos J. Finlay, quienes ayudaron a erradicar la enfermedad en las dos ciudades. Desde los inicios del siglo XX La Habana se convirtió en destino turístico preferido para muchos habitantes de la porción sureña del estado de Alabama, especialmente para la concertación de bodas y el disfrute de la llamada luna de miel.

Estos son apenas algunos de los antecedentes que justificaron que funcionarios electos de Mobile y ciudadanos de la localidad fueran los primeros estadounidenses en proponer un acuerdo de “ciudades hermanas” con La Habana. A partir de dicha acción en 1993 fue creada la Sociedad Mobile-Habana que promueve hasta el presente las relaciones entre ambas localidades.

Aún bajo las restricciones impuestas a Cuba por el gobierno de George W. Bush, en el Centro de Convenciones de Mobile se celebró la Cuarta Cumbre Nacional sobre Cuba, en el 2005.

El alcalde de la ciudad Sandy Stimpson visitó La Habana en mayo del 2016, junto a una delegación de personalidades locales para explorar oportunidades de negocios en agricultura, comercio, relaciones portuarias y otros.

A pesar de que tanto en Mobile (Alabama) como en New Orleans (Luisiana) existe casi la misma pasión por el Mardi Gras, esta expresión carnavalesca ha tenido una mayor presencia en el desarrollo de los vínculos entre Luisiana y Cuba.

Los orígenes del Mardi Gras y del carnaval cubano son completamente distintos, aunque tienen puntos de conexión que tiene que ver con creencias religiosas, pero sobre todo con la presencia cultural afrodescendiente.

En cuanto al tema religioso, al menos en lo que tiene que ver con el cristianismo, con el cambio de soberanía sobre Luisiana de Francia a España (1763) también se produjo un cambio de jurisdicción eclesiática y la provincia pasó a ser supervisada por el obispo de Santiago de Cuba, reverendo James José de Echevarría. Con posterioridad, en 1787 Luisiana pasó a formar parte de la diócesis de La Habana. En 1793 cuando se decidió la creación de la diócesis de San Luis de New Orleans, su primer obispo fue Luis Peñalver y Cárdenas, quien había nacido y fue ordenado en La Habana. (Points, 1911).

Las celebraciones de carnavales tanto en New Orleans como en Cuba se establecieron durante años a partir del aporte de comunidades, sociedades y cofradías que decidieron sus propios ritmos, vestimentas, procesiones y símbolos. En la ciudad estadounidense estos grupos se denominan en la actualidad krewes.

Al menos uno de ellos de ascendencia africana y denominado Zulu Krewe, organiza su procesión y escoge una sonoridad muy cercana a lo que se puede escuchar de comparsas cubanas, en particular la Conga de los Hoyos, de Santiago de Cuba.

Estos y otros detalles fueron tenidos en mente por los organizadores del Festival de Jazz de New Orleans del 2017, el más concurrido de los Estados Unidos, cuando recibieron una delegación de 150 artistas de Cuba en calidad de país invitado, entre ellos los mencionados músicos santiagueros. Fue impresionante ver entonces la reacción identitaria de los presentes ante una sonoridad supuestamente “extranjera”, pero al mismo tiempo muy cercana a los timbres locales.

Es infinita la bibliografía que ha estudiado la relación jazzística entre Cuba, el Sur de Estados Unidos y New York. El hilo conductor de la mayoría de las investigaciones sitúa los orígenes del género en New Orleans a finales del siglo XIX, con una expresión en Cuba (Banda Hermanos Castro) en la segunda década del XX, al mismo momento que hacía su aparición en la industria cultural de New York. De forma paralela se explica el surgimiento del Latin Jazz, como reexportación hacia EE UU, o como transformación desde su interior en centros urbanos o rurales con mayor presencia de población latina.

No obstante, ciudadanos de origen cubano residentes en New Orleans perteneciente a la organización INCUBASO han investigado durante años la posible  influencia que haya podido tener en las raíces del surgimiento del Jazz  la presencia del llamado 9no Regimiento de los Inmunes[1] de dicha ciudad, compuesto casi totalmente por afrodescendientes, como parte de las tropas que participaron en la guerra hispano-cubana-norteamericana y que permanecieron en las inmediaciones de Santiago de Cuba desde el 22 de agosto de 1898 hasta el 26 de abril del año siguiente (Cunningham 2001) . Se cree que dichos soldados, entre los que hubo varios músicos profesionales, recibieron una fuerte influencia de las sonoridades locales que a su regreso habría influido en el producto final denominado Jazz.

En cualquier caso, músicos de unas y otras ciudades han sostenido un intercambio permanente durante años, que ha enriquecido el género y que se han producido tanto en el Preservation Hall del Barrio Francés de New Orleans, como en los Festivales Jazz Plaza en La Habana y otros escenarios. Artistas de origen cubano residentes en Estados Unidos como Arturo O´Farrill (New York), Nachito Herrera (Minneapolis), o Yosvany Terry (Harvard University) protagonizan intercambios frecuentes de estudiantes jóvenes del género entre ambos países.

El Jazz acompañó la reanudación de los vuelos directos entre New Orleans y La Habana el 14 de marzo del 2015, también las celebraciones por la firma de un MOU entre la autoridad portuaria de dicha ciudad y el Puerto del Mariel en Cuba en octubre del 2016, así como la conmemoración por los 300 años de fundación de la ciudad a la que Cuba fue país invitado.

Por muchas razones culturales e históricas New Orleans fue la única ciudad extranjera que firmó un acuerdo de hermanamiento con la Ciudad de La Habana, durante los actos por los 500 años de la fundación de esta última en noviembre del 2019.

A diferencia de Key West, Tampa, St Petersburg, o Mobile, en el caso de New Orleans se suma al intercambio cultural con Cuba el flujo que ha sostenido durante años la Universidad de Tulane con similares cubanos, que ha permitido que estudiantes y profesores de una diversidad de orígenes se hayan formado su propia opinión de las dinámicas de la Isla.

Conclusiones

Teniendo en cuenta la complejidad del sistema político estadounidense las acciones de diplomacia cultural que se imaginen deben tener en cuenta una pluralidad de actores que se manifiestan a nivel estadual y local, que en ocasiones tienen la capacidad de llevar adelante proyectos de manera más sostenibles que instituciones federales.

En varias localidades del Sur del país existen vínculos históricos con Cuba que van desde las propias manifestaciones culturales, comerciales, deportivas y la presencia de ciudadanos cubanos, que constituyen un sustento insustituible para desarrollar acciones que permitan un mayor acercamiento entre ambos pueblos.

En todos los casos a los que se refiere el presente artículo (Key West, St Petersburg, Tampa, Mobile, New Orleans) dichos antecedentes han influido en la posición que han asumido a lo largo de los años personalidades locales y líderes políticos en los temas cubanos.

Están creadas las condiciones para articular en el mediano y largo plazo proyectos culturales que solidifiquen y expandan las relaciones con dichas contrapartes de manera sostenible en el tiempo de forma sustentable económicamente, con independencia de los cambios en el signo político de los gobiernos que se elijan a nivel nacional.

Bibliografía

Cunningham, Roger D.; The Black “Immune” Regiments in the Spanish-American War, The Army Historical Foundation (2001) https://armyhistory.org/the-black-immune-regiments-in-the-spanish-american-war/

Points, Marie Louise (1911), New Orleans, The Catholic Enyclopedia, Vol. 11, New York, Robert Appleton Company, transcrito por New Advent, http://www.newadvent.org/cathen/11005b.htm; consultado enero 2025.

Rodríguez, Miriam; Los cubanos en Tampa: cultura y costumbres; Biblioteca Virtual CLACSO; abril 20003; http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Cuba/cemi-uh/20120821042349/tampa.pdf; consultado en diciembre del 2024.

Schrubbe, Georgia; Our Cuban Connection; Mobile Bay; Mayo 17, 2013; https://mobilebaymag.com/our-cuban-connection/; consultado enero 2025.


[1] Se les llamó Inmunes a los regimientos formados básicamente por afrodescendientes para participar en el enfrentamiento a las tropas españolas y posterior ocupación de Cuba en 1898, bajo el supuesto de que aquellos tendrían menos posibilidades de contagiarse con enfermedades tropicales. No obstante, la mayoría de los cargos más altos eran ocupados por oficiales blancos.

Por REDH-Cuba

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