La foto no fue posada, no fue premeditada. Después de subir la empinada Loma del Joaquín (agarrándose de lo que podían), mientras ayudaban a los periodistas estadounidenses a trasladar los equipos de filmación que pesaban 250 libras. Luego, bajar por la otra falda, casi vertical, conocida como El Paso de los Monos. Y ver durante esas horas, que Celia y Haydée con los pies sangrantes no se separaban del grupo, y que el Che, ahogado por el asma, no se detenía; cuando divisaron el busto de José Martí en la cumbre del Turquino, todo el agotamiento que traían lo convirtieron en fervor revolucionario, enarbolaron la bandera cubana, empuñaron sus rifles y cantaron el Himno Nacional y la Marcha del 26 de Julio.
“Wendell, el camarógrafo, tiene un cojear espantoso” (describe el Che en su diario). Sin embargo, continúa su andanza de aquí para allá filmando con entusiasmo las escenas de la marcha de la tropa. Fue así como grabó el fotograma de Fidel, Raúl y otros rebeldes en la Sierra Maestra.
Webdell era el camarógrafo de Bob Taber en el ascenso a la Sierra Mestra. Taber fue el segundo periodista en subir y coincidió con el recorrido de Fidel al Este de la Sierra explorando nuevos territorios. Es en ese contexto que Fidel sube al Turquino.
No solo se conservan estas fotos, sino también un video que Wendell filmó.
Abel Aguilera Vega. Historiador e investigador del Centro Fidel Castro Ruz.