n país africano con costas en el Atlántico oriental decidió donar a Cuba 3 mil toneladas de jurel, el delicioso pescado azul que se mueve en cardumen desde las Islas Canarias y Senegal hasta el golfo de Guinea y Baía dos Tigres, en Angola. Iniciaba 2024 y como la isla no tiene buques mercantes, la nación que hizo el donativo solicitó a una empresa local que se encargara del procesamiento y el traslado de la carga.
Ninguna naviera estuvo dispuesta a hacer el viaje directo hasta el puerto del Mariel, en Cuba, por temor a las sanciones estadunidenses, de acuerdo con un reportaje publicado por el diario Granma que abordó ejemplos concretos del bloqueo de Estados Unidos a la isla (https://acortar.link/4hxPnE). Se envió un contenedor de prueba para evaluar los costos, a través de un itinerario mucho más largo, que incluyó varias paradas en puertos de China. La travesía comenzó el 18 de febrero de 2024 y concluyó el 3 de mayo, 75 días después. De acuerdo con lo estimado, transportar la carga completa costaría por esta ruta 9.7 millones de dólares.
El país africano solidario, que no podía pagar semejante suma, decidió entonces vender las 3 mil toneladas de jurel y, con ese dinero, comprar pescado congelado en un puerto próximo a Cuba. El dinero recaudado sólo alcanzó para comprar 386 toneladas en aguas próximas
, afirma Granma.
La sofisticación del bloqueo ha llegado a niveles indescriptibles, con medidas para atemorizar a las navieras y hacer cada vez más difícil la llegada de cargas por vía marítima a Cuba que, isla al fin, no tiene otro modo de comercio regular para los grandes contenedores de alimentos y combustible. Lo que antes se le impedía con barcos de guerra patrullando aguas territoriales, hoy se le imposibilita con sanciones, regulaciones y amenazas legales que convierten cada puerto cubano en una zona de riesgo para cualquier naviera.
En 2024, una enmienda a la Ley de Autorización de Defensa Nacional de EU estableció que cualquier puerto bajo la jurisdicción de un gobierno considerado Estado patrocinador del terrorismo, como es el caso de Cuba según las acusaciones infundadas de Washington, será evaluado como un surgidero con medidas de seguridad insuficientes. Por tanto, se endurecieron los controles aduanales en EU, que ya eran muy severos (cualquier barco que llegara a la isla debía esperar seis meses para viajar a EU). La normativa de 2024 se aplica a todos los buques comerciales que llegan a territorio estadunidense tras haber visitado puertos cubanos, con la excepción de aquellos que hayan atracado en la Base Naval de Guantánamo.
La semana pasada otra bomba pasó por debajo del radar de los medios, práctica habitual de la administración estadunidense, que tiene al mundo virado al revés con la guerra de aranceles, mientras las guerritas del Departamento de Estado se llevan con igual perfidia pero mayor sigilo. Así establecieron condiciones especiales para todos los buques comerciales que hayan visitado puertos cubanos en sus últimas cinco escalas antes de llegar a territorio estadunidense (https://acortar.link/Zxz13p). Aun los que cumplan con esta exigencia serán sometidos a vigilancias especiales, serán custodiados por guardacostas y los guardias deben tener visibilidad total del exterior del buque, tanto en el lado terrestre como el marítimo.
Aparte del nuevo golpe dirigido a navieras que se atrevían a comerciar con la isla y llevar un contenedor de prueba con jurel, la nueva medida corta de raíz el transporte desde EU de alimentos, equipos electrodomésticos y automóviles que fueron permitidos durante la administración Biden, bajo condiciones leoninas y operados por el sector privado en Cuba. Las medidas están orientadas a deteriorar aún más los lazos de cooperación en cuestiones de seguridad y aumentar la extraterritorialidad del bloqueo.
La diferencia entre el bloqueo naval directo y éste es puramente formal: si antes bastaba un buque militar para impedir el comercio, hoy es suficiente con la amenaza inducida a través de un sistema de sanciones que asfixia igual o más, sin necesidad de una sola cañonera.
Esta semana el enviado especial de la Casa Blanca para América Latina, Mauricio Claver-Carone, reconoció en Miami que el gobierno de Trump aplica un enfoque más quirúrgico
contra el gobierno de Miguel Díaz-Canel, con el propósito de estrangular la economía cubana. Lo que no dice es que este ensañamiento impacta directamente en la población civil y deja imágenes insoportables ligadas a una vida cotidiana cada vez más precaria en Cuba, donde ni el jurel escapa.
Fuente: La Jornada