La conducta fascista del presidente de EE.UU., Donald Trump, en política exterior y doméstica es cada vez más rechazada por millones de sus compatriotas y de ciudadanos de todo el mundo que le exigen el fin de su actuar hostil contra la humanidad.

Una clara evidencia de ello fueron las multitudinarias manifestaciones que bajo el lema “manos fuera” se escenificaron el pasado fin de semana en los 50 estados norteamericanos y en numerosos países de Europa, y de otros continentes.

Los protagonistas de esas demostraciones refutaron los atropellos a la Democracia y a los Derechos Humanos que promueve la plutocracia de la actual administración de la Casa Blanca, y que tiene al planeta tierra al borde del caos total.

Se pronunciaron contra la postura antimigrantes de Trump, su guerra arancelaria y económica sin precedentes, su respaldo al genocidio de Israel en Palestina, sus sanciones y bloqueos impuestos a numerosas naciones, y a las medidas internas que ha aplicado en detrimento de los sectores más desfavorecidos de EE.UU., que no son pocos.

A juicio de analistas, tales demostraciones son solo el inicio de un nuevo despertar de los estadounidenses, particularmente, y de los ciudadanos de todo el mundo, en general, frente a la agresividad sin límites de Washington.

Coinciden además en que los reproches en esas protestas son legítimos ante los nuevos peligros que hoy vive la humanidad, y al mismo tiempo una seria alerta roja para los ocupantes de la Casa Blanca.

En ese sentido, concuerdan, en que las manifestaciones anti-Trump acaban de comenzar, y auguran se convertirán en una bola de nieve que puede arrastrarlo hasta el fin de su permanencia en el Despacho Oval.

Mientras los pueblos se lanzan a las calles, la mayoría de los gobiernos de los cinco continentes, incluidos conocidos aliados de EE.UU., rechazan la conducta desmesurada de la Casa Blanca, lo que certifica su claro aislamiento internacional.

A lo anterior hay que sumarle las luchas de poderes, que, aunque tratan de minimizarse, son notorias entre los integrantes de la administración de turno de Washington.

La política fascista de Trump no tiene otra salida que el destierro de su principal protagonista y sus pocos cercanos colaboradores, pronostican expertos internacionales.

 

Por REDH-Cuba

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