Las continuas agresiones contra Cuba de EE.UU. y sus mercenarios tienen hoy en las redes sociales uno de sus principales flancos de ataques, como parte de la guerra que Washington le impone a la mayor de la Antillas para destruir su revolución.
No hay una sola información oficial de las autoridades de la isla caribeña que no sea manipulada o tergiversada en las plataformas digitales, que mienten a diario y llaman a la desobediencia civil, y la violencia.
La ofensiva desesperada hacia Cuba en los diferentes medios sociales, entre ellos Facebook y X (antiguo Twitter), tiene su principal cuartel en la ciudad estadounidense de Miami, un viejo enclave terrorista, además de en varias capitales europeas, entre ellas Madrid, España.
Mercenarios de origen cubano reclutados y financiados por Washington son los principales protagonistas de esas acciones subversivas dirigidas a desestabilizar y crear el caos en el decano archipiélago antillano.
Tras el regreso del mandatario Donald Trump a la Casa Blanca y el nombramiento del rancio anticubano Marco Rubio como su Secretario de Estado, las embestidas en las redes se han intensificado, aprovechando la compleja situación económica que vive la nación caribeña por causa del bloqueo que le arrecia Washington.
Tan es así que a esas agresiones se ha sumado el encargado de negocios de la embajada de EE.UU. en La Habana, Mike Hammer, violando la Convención de Viena sobre las Relaciones Internacionales.
Hammer y su legación han incitado a ciudadanos de la isla a cometer actos delictivos de marcada gravedad, atentar contra el orden constitucional o estimularlos a enfrentarse a las autoridades, entre otras conductas provocadoras.
Por ese comportamiento injerencista, el citado diplomático de Washington, cercano colaborador de Rubio (dime con quién andas y te diré quién eres), fue convocado este 30 de mayo por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba en protesta por su proceder irrespetuoso.
Ante esa actitud hostil, la mayoría del pueblo cubano es partidario de que el jefe de la legación de EE.UU. sea expulsado de La Habana de continuar con su cólera.
Por cierto, reportes trascendidos en los últimos días refirieron que Hammer, durante su etapa de embajador en África y luego enviado especial del Departamento de Estado para el cuerno africano, estuvo vinculado a grupos terroristas.