Estados Unidos ha convertido la “diplomacia” en un “cebo” para llevar a cabo un ataque brutal contra un país independiente, miembro de la ONU: la República Islámica de Irán. La decisión de guerra de Estados Unidos viola todos los principios y el espíritu de la Carta de las Naciones Unidas.
Hoy, 22/06/2025, a las 02:00 a.m. hora de Grecia, EE.UU. atacó con tres “mega bombas”, de un peso total de 30 toneladas, las tres instalaciones nucleares de la República Islámica.
Aunque en los últimos días EE.UU., con declaraciones del presidente Trump, había dejado “abierta” una ventana de diálogo de dos semanas con el liderazgo iraní, los ministros de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Francia y Alemania, junto con la jefa de política exterior de la UE, se reunieron con el canciller iraní en Suiza y abrieron la puerta a la diplomacia. Pese a estas y otras iniciativas diplomáticas —algunas incluso entre bastidores— EE.UU. ya había decidido entrar en una guerra generalizada, con el beneplácito de la dirigencia política y militar de Israel, que se encuentra bajo proceso judicial.
Históricamente incuestionable es que la destrucción de entidades estatales como Irak, Libia, Siria (y otras más), fue realizada y sustentada por campañas mediáticas globales basadas en mentiras absolutas. “Arsenales químicos” y “programas nucleares secretos” resultaron ser mentiras baratas y excusas fabricadas para iniciar guerras de exterminio contra pueblos y países, con el objetivo del control geopolítico y energético.
El imperialismo estadounidense, como en otras épocas recientes, elige el engaño y la propaganda digital. La mentira cruda se difunde en los medios griegos del sistema a través de “loros” que repiten las mismas frases, las mismas “noticias reveladoras”, a veces de forma torpe y burda, lo que lleva al público griego a apagar cada vez más las pantallas, los receptores, etc.
Verdades y mentiras:
- Israel posee armas nucleares.
- Encarceló durante 18 años (10 de ellos en aislamiento) al principal científico nuclear israelí Mordejái Vanunu, quien reveló el programa nuclear secreto de Israel.
- Israel no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear.
- Israel, a través de su presidente, ha declarado su intención de asesinar al líder de Irán (como ha hecho con decenas de otros líderes políticos).
- La diplomacia institucional está totalmente ausente tanto en EE.UU. como en Israel.
Occidente euroatlántico acusa a Irán de ser un régimen teocrático, mientras que Israel ha cambiado oficialmente su nombre a “Estado Judío de Israel”. Los dos millones de palestinos que viven en su territorio no pueden invocar su origen y se les denomina “Árabes israelíes”. El apartheid en Israel se ha estructurado lingüística, cultural, social y políticamente. La colonización, el robo de tierras, campos y hogares palestinos se ejecuta por la fuerza con colonos armados, con el respaldo absoluto de Occidente y el arsenal “legal” de Israel.
Israel intensifica la limpieza étnica, provoca hambrunas y lleva a cabo un genocidio metódico contra el pueblo palestino. Este crimen es un hecho evidente, denunciado oficialmente por la ONU y organismos internacionales. Sin embargo, sigue impune, siendo un crimen contra la humanidad. El gobierno griego y varios partidos políticos del sistema insisten en una “asociación estratégica” con Israel, actuando con hipocresía y culpable silencio.
Ahora, la dirigencia israelí procesada habla de la posibilidad de ofrecer “seguridad” a minorías dentro de Irán (azeríes, árabes, kurdos, etc.), lo cual delata el deseo oculto de dividir el país.
La expansión de la guerra ofensiva de EE.UU., con Israel como protagonista principal en nuestra región más amplia, es una estrategia decidida. La UE participará como “figurante oportunista”. Los derechos soberanos de Grecia —mar, espacio aéreo y tierra— se han transformado en un “Airbnb geopolítico” del euroatlanticismo, con inquilinos principales a EE.UU., la OTAN e Israel, lo que pone en máximo riesgo la seguridad del país y del pueblo. El gobierno actual de Grecia y los “eufemismos” de los partidos sistémicos y pro-OTAN comparten la misma estrategia, el mismo lenguaje político y no cuestionan el dogma de que “pertenecemos a Occidente”.
Irán ha aceptado durante años la inspección regular del Organismo Internacional de Energía Atómica. Ha firmado el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares. Ha dejado claro que busca una solución diplomática, bajo una condición inquebrantable: que cesen los ataques de Israel en su territorio, para que haya una oportunidad real para la paz y la diplomacia.
Cada ciudadano tiene el derecho de discrepar políticamente con cualquier país, incluido Irán. Pero nadie debe equiparar realidades diferentes, ni llamar “imperialista” a todos por igual, ni dejar de ejercer pensamiento crítico, ni dejarse convertir en una conciencia manipulada por la propaganda imperialista de guerra y exterminio.
La memoria histórica, la diplomacia popular solidaria, las brigadas de paz, y las misiones de solidaridad —como la reciente “Marcha a Gaza” contra el genocidio en Gaza y Palestina— pueden ser utilizadas como un escudo eficaz. Porque los pueblos que han sufrido ocupaciones, hambre, crímenes de guerra, persecuciones, ejecuciones, encarcelamientos, saben luchar por la necesidad de las luchas antiimperialistas, por la paz y por los valores universales de la humanidad.
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