En sus más de seis décadas la Revolución Cubana ha contado con la amistad sincera de innumerables amigos de todos los continentes, pero al decir del Comandante en Jefe Fidel Castro, fue Hugo Chávez «el mejor amigo que tuvo el pueblo cubano a lo largo de su historia.» (Castro F., 2013)

Hoy recordamos el 31 aniversario del primer abrazo de dos de los principales líderes antimperialistas de la historia latinoamericana. Pero la visita de Chávez a Cuba en diciembre de 1994 no fue un mero viaje protocolar, fue un acto de trascendental valentía que no puede comprenderse fuera de su contexto histórico.

Hugo Chávez cerca de Cuba y de Fidel Castro

Cuando Hugo Chávez vino al mundo el 28 de julio de 1954 ya Fidel Castro era un curtido líder revolucionario. Las luchas universitarias, la expedición de Cayo Confites en 1947, su presencia en Colombia 1948, durante los sucesos del Bogotazo y las acciones del Moncada en 1953 dan cuenta de ello. Para ese entonces el líder cubano se encontraba recluido en la prisión de Isla de Pinos.

Varias décadas y acontecimientos tendrían que pasar para que los caminos de Fidel Castro y Hugo Chávez se cruzaran. Para 1954 el triunfo revolucionario en Cuba todavía era una utopía y los caminos del recién nacido aún estaban muy lejos de definir sus pasos.

No obstante, Fidel Castro siempre estaría presente desde los primeros años del joven Hugo Chávez, ese hombre del que tanto le hablaba su hermano Adán y su primo Asdrúbal, el primer hombre que le vino a la mente cuando con 13 años escuchó en la radio de su natal Barinas que el Che se encontraba en Bolivia y que su vida peligraba.

Sería tras el golpe fascista en Chile que fortuitamente el cadete Hugo Chávez escucharía desde las montañas de Charallave en Caracas, por primera vez la voz del Comandante Jefe durante su discurso del 28 de septiembre de 1973.

(…) y estábamos un grupo de nosotros poniendo ahí, buscando el dial, era un radio que había que calibrarlo, (…) eso a espaldas de los tenientes (…) Entonces oímos de repente una voz, éramos un grupo de tres o cuatro alféreces, cadetes de cuarto año pues, la voz, primera vez que yo oí la voz de Fidel, y al final fue que oímos: Radio Habana Cuba transmitiendo, no se qué ¡Discurso de Fidel! Eso fue con ocasión del golpe contra Allende. (Chávez, H., 2010)

El verbo encendido del líder cubano y la fuerza de sus argumentos cautivaron al joven venezolano de 19 años, en especial la exposición de uno de los pilares fundamentales del ideario y la praxis del Comandante en Jefe: el papel protagónico e imprescindible del pueblo en las transformaciones políticas y sociales en el Tercer Mundo. De ello dejaría constancia décadas después:

(…) y la frase a mí se me grabó y a varios compañeros se nos grabó la frase, hasta el tono de la voz. «Porque si cada trabajador, si cada obrero hubiera tenido un fusil en sus manos, el golpe fascista chileno no se da» decía Fidel, y eso sigue siendo una gran verdad. (Chávez, H., 2010)

El 2 de febrero de 1989 el entonces mayor Hugo Chávez vio por primera vez al líder cubano durante una ceremonia en el teatro Teresa Carreño de Caracas, cuando asistió a la toma de posesión de Carlos Andrés Pérez (Chávez, H., 2004). Aunque en esa ocasión no pudo saludarlo, el militar venezolano ya seguía los pasos revolucionarios de Bolívar, pues para esa fecha ya tenía estructurado el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 (MBR-200).

Sería con el pueblo con el que Chávez pretendió dar el tiro de gracia al gobierno neoliberal el 4 de febrero de 1992, cuando condujo un alzamiento militar que contó con la participación de más de 2000 hombres. Aunque la acción fue un fracaso militar, sería una victoria política con connotaciones más allá de las fronteras venezolanas. El hasta entonces anónimo teniente coronel Hugo Chávez se daría a conocer como un líder de proyección latinoamericana y expondría los ideales bolivarianos que guiaban al movimiento revolucionario.

Para Fidel, siempre atento a los acontecimientos en América Latina estos hechos no pasaron desapercibidos:

(…) nosotros, cuando llegamos a conocer con precisión los hechos, era imposible que no viésemos con simpatía y con admiración lo que habían hecho y, sobre todo, valorábamos de manera extraordinaria esas ideas bolivarianas que se habían recogido y que constituían las banderas esenciales de ese movimiento. (Castro, F., 2006)

La prisión para Chávez fue un periodo difícil; desarticulado el Movimiento, se pretendió aislarlo y silenciarlo, la prensa apenas lo mencionaba o lo hacía para destacarlo como un militar golpista. En esta etapa se acercaría a la vida intelectual del Comandante en Jefe Fidel Castro, leería La historia me absorberá y la entrevista de Tomás Borges: Un grano de maíz. De ellas tomaría lecciones importantes: «(…) una de ellas fue que hay que mantener la bandera de la dignidad y los principios en alto, aun a riesgo de quedarse solo». (Rosa M. y Báez, L., 2005: 18) Años después reconocería que se había convertido en una «referencia obligada» y que en sus plegarias suplicaba conocerlo: «¿Saben qué le pedí a Dios en la cárcel?: “Dios mío, quiero conocer a Fidel, cuando salga y tenga la libertad para hablar, para decir quién soy y qué pienso”. Pensaba mucho en eso: en salir para conocernos». (Rosa M. y Báez, L., 2004: 365)

El 26 de marzo de 1994 Chávez saldría de su régimen carcelario. Durante los dos años que pasó tras las rejas su popularidad creció y ese día una multitud lo recibió a las afueras de Fuerte Tiuna. Al día siguiente todos los medios de prensa nacionales reflejaban el acontecimiento.

Dos días después, el 28 de marzo, el entonces embajador cubano Norberto Hernández Curbelo informaba a La Habana: «El fenómeno Chávez hay que seguirlo con atención los próximos meses». (Rosa M. y Báez, L., 2005: 57)

La ruta hacia La Habana

La excarcelación de Hugo Chávez en 1994 no supuso un camino libre de obstáculos. Lograr la unidad de las desarticuladas fuerzas revolucionarias y un aparato propagandístico efectivo constituían grandes retos. Por su parte, los principales medios, en manos de la oligarquía nacional se encargarían de silenciarlo, a lo que se sumaba la estrecha vigilancia de la DISIP y la CIA.

Para la mañana del 30 de julio, después de finalizar su gira por Venezuela y Colombia, Chávez convocó a una rueda de prensa en el Ateneo de Caracas. Aunque no tuvo el impacto deseado, pues apenas asistieron periodistas y los medios nada publicaron, el azar jugaría a su favor, pues ese día conocería al historiador de La Habana Eusebio Leal, que en el mismo lugar impartía una conferencia sobre El Libertador Simón Bolívar y quien finalmente sería su enlace con el hombre que ansiaba conocer: Fidel Castro.

Dos acontecimientos acercarían aún más a Hugo Chávez con Cuba. El 1 de septiembre el funcionario del Departamento de América del Comité Central del Partido Comunista de Cuba Eduardo Fuentes informaba en una breve nota a La Habana de su encuentro con Chávez, quien trasladaba un cordial saludo al presidente cubano Fidel Castro. El otro sería la entrevista con el recién nombrado embajador Germán Sánchez, el 12 de septiembre en la sede del MBR-200, ocasión en la que también expresó su admiración hacia Fidel Castro y respaldo al proceso revolucionario a pesar de los difíciles momentos que pasaba.

Ese propio día informaba Germán a La Habana:

La personalidad de Chávez es a simple vista carismática, alegre, de rápidos movimientos, de ideas diáfanas, precisas y de agudos reflejos mentales. Se le nota su formación militar, la capacidad para ordenar las ideas de la conversación, los objetivos y temas que persigue. A la vez, resulta muy modesto, distendido, ameno en el diálogo. (…) Su conducta parece sincera y en todo momento nos trató con el mismo respeto y admiración que dice sentir por Cuba. Es un hombre en franca evolución, que pasó repentinamente a ser una personalidad nacional y no por ello se ha envanecido. Escucha y pregunta, da la sensación de alguien abierto que busca respuestas y ayuda. (Rosa M. y Báez, L., 2005: 60)

Ese día se concertó el viaje de Hugo Chávez a La Habana, previsto inicialmente para enero de 1995, en el contexto de su gira por el Caribe para organizar el II Congreso Anfictiónico a celebrarse en Panamá en 1996. Días después, desde el gobierno cubano se decidió dar curso formal a la invitación de Hugo Chávez a la Isla.

Paralelo a estos acontecimientos, en la Isla se vivía tiempos muy difíciles. El desmoronamiento de la Unión soviética arrastró a Cuba a una de sus peores crisis económicas, el socialismo como proyecto social y alternativa al imperialismo estaba siendo impugnado todos los días y algunos «amigos» de la Revolución aconsejaba tomar el rumbo neoliberal; mientras Francis Fukuyama y los voceros del imperialismo propugnaba la absurda teoría del Fin de la Historia. Pretendiendo dar el tiro de gracia, sobre Cuba se reforzó el bloqueo económico financiero y comercial por parte de los Estados Unidos, lo que provocó una depreciación drástica del nivel de vida de la población. Cuba vivía el llamado Periodo Especial en tiempos de Paz.

Cuatro meses antes de la visita de Chávez, la capital de la Isla había sufrido uno de los mayores hechos vandálicos en la historia de la Revolución, detonante para un nuevo éxodo masivo de cubanos hacia los Estados Unidos y el lógico aumento de las tensiones con la potencia imperialista.

Tanto el imperio como sus aliados habían virado el reloj de arena en espera de la caída de la Revolución Cubana. Solo para citar el ejemplo venezolano, en noviembre el presidente Rafael Caldera recibió en el Palacio de Miraflores a los connotados contrarrevolucionarios, vinculados con la CIA Jorge Mas Canosa y Armando Valladares, mostrándoles su respaldo en contra de Cuba. Días más tardes, el 25 de noviembre recibió al ministro cubano de Cultura Armando Hart al que de manera irrespetuosa manifestó que la crisis cubana era “terminal” y que abordaría el tema en la I Cumbre de las Américas. (Rosa M. y Báez, L., 2005: 61)

Ambos hechos se produjeron semanas previas a la inauguración de la mencionada Cumbre celebrada en Miami -de la cual Cuba fue arbitrariamente excluida-, lo que constituyó un evidente guiño político al imperialismo.

Pero la Revolución Cubana no se quedó de brazos cruzados. En 1992 presentó ante las Naciones Unidas por primera vez el Proyecto de Resolución para denunciar ante la comunidad internacional el fin del genocida bloqueo económico impuesto por Estados Unidos desde la década del 60. En septiembre de 1994 las circunstancias obligarían a los Estados Unidos a sentarse en la mesa de negociaciones para poner fin a la crisis migratoria entre ambas naciones y en noviembre se reuniría en La Habana a más de 3000 invitados del mundo en un gigantesco evento de solidaridad con la Revolución. A ellos se suma que a pesar de la llegada del Periodo Especial el país no dejó de prestar su ayuda solidaria a otros pueblos, como a las víctimas de los accidentes nucleares de Chernóbil y Goiânia.

Es en este complejo escenario que se produce la visita de Hugo Chávez a Cuba en la noche del 13 de diciembre de 1994. Apenas 48 horas antes había cerrado sus cortinas la I Cumbre de las Américas, donde el presidente Calderas, como había anunciado fue uno de los principales abanderados de la causa contrarrevolucionaria.

La visita de Chávez a Cuba y sus encuentros públicos con el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz no puede verse como un viaje intrascendente ni desconectado de su contexto histórico. Fue ante todo un acto de valentía y un posicionamiento de principios ante las complejidades que vivía el movimiento comunista internacional, la izquierda mundial y la incertidumbre con la que se veía fuera de nuestras fronteras el futuro de la Revolución Cubana.

Bibliografía

Castro Ruz, Fidel (2006). Venezuela y Chávez. Ocean Sur, Colombia, pág. 95.

______________ (marzo 11, 2013). Reflexión: Perdimos nuestro mejor amigo. Granma, pág. 1.

Chávez Frías, Hugo (diciembre 14, 2004). Acto Conmemorativo del Décimo Aniversario de la primera visita del Comandante Presidente Hugo Chávez a la República de Cuba. Todo Chávez. Consultado el 12 de diciembre de 2025 de: http://todochavez.gob.ve/todochavez/2091-acto-conmemorativo-del-decimo-aniversario-de-la-primera-visita-del-comandante-presidente-hugo-chavez-a-la-republica-de-cuba

_________________ (febrero 25, 2010). Intervención del Comandante Presidente Hugo Chávez durante acto de lanzamiento de la Radio del Sur. Todo Chávez. Consultado el 12 de diciembre de 2025 de: http://todochavez.gob.ve/todochavez/517-intervencion-del-comandante-presidente-hugo-chavez-durante-acto-de-lanzamiento-de-la-radio-del-sur

Elizalde, Rosa Miriam y Luis Báez (2004). Chávez nuestro, Casa Editora Abril, La Habana, pág. 365.

__________________________ (2005). El Encuentro. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana, pág.18.

Por REDH-Cuba

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Shares