Se cumplen 65 años de Revolución en el poder. Esto es muy importante que se recuerde, porque en Cuba ha existido una sola Revolución, y viene desde el 10 de octubre de 1868 hasta hoy. Por tanto, tiene 155 años cumplidos y dos meses (teniendo en cuenta la fecha en que escribo el artículo). Los 65 años de Revolución, los contamos desde el 1 de enero de 1959, cuando al fin, el pueblo revolucionario y patriota, con sus nuevos y jóvenes líderes, alcanzaron el poder político y comenzó una nueva etapa en la vida y en la historia de la nación cubana.
Cuando se cumplen años, hay tres tradiciones que no se soslayan en cualquier cultura: celebrar, reflexionar sobre el camino recorrido y preparar el próximo camino a recorrer.
Nosotros tenemos muchos motivos que celebrar. Tenemos Patria, tenemos invicta a la Revolución, tenemos Socialismo, abandonado por unos, por otros traicionado, ingratamente maldecido por otros tanto, pero, en nuestro caso con independencia, autodeterminación, libertad y soberanía.
Tenemos Derechos Humanos conquistados y consagrados, tenemos la nación con mayor justicia social y dignidad plena para sus hijos e hijas, jamás alcanzadas por país alguno en la historia humana conocida. Tenemos la riqueza de ser solidarios entre nosotros y con el mundo. Nuestra felicidad también pasa por la suerte de los demás seres humanos.
A nuestros compatriotas y amigos del mundo he querido regalarles 65 reflexiones fidelistas. El momento es el más difícil de la historia revolucionaria en el poder, no por las carencias económicas, sino por las vulnerabilidades ideológicas y psicológicas que hay que continuar fortaleciendo. Es mi convicción que, haciendo invulnerables estas últimas, es más fácil resolver cualquier coyuntura y guerra económicas.
El Comandante en Jefe de la Revolución triunfante nos conversa sobre las estrategias, tácticas, concepciones e ideas a tener en cuenta en estas duras circunstancias. Los lectores se asombrarán de las vigencias de sus reflexiones, expresadas en contextos similares, en sus esencias, al actual.
Nuestros compatriotas y amigos confirmarán que su discípulo y continuador, el presidente Díaz-Canel, está centrado con rigurosa fidelidad y lealtad en las lecciones aprendidas bajo su magisterio (que está bajo la lupa y orientación del Fidelista Mayor, el General de Ejército Raúl Castro Ruz) y que no debe asistir preocupación en el desvío en un ápice del rumbo emancipador y socialista de la Revolución.
Es cierto que el enemigo imperialista ha logrado calar hondo en el imaginario del cubano, en su cultura de resistencia y resiliencia, haciendo significativos claros en las filas de no pocos jóvenes, de profesionales y en las fuerzas productivas, al hacerlos emigrar, fundamentalmente hacia el país de donde proviene el odio y las causas fundamentales del destrozo de sus proyectos de vida y de trabajo. Si bien la causa fundamental es económica, también habla de vulnerabilidad ideológica.
Por momentos, el verdugo ha hecho prevalecer sus valores morales sobre sus víctimas. El más mezquino de todos y base de los demás: el egoísmo, junto a su gemelo, el individualismo, han producido estragos en el sistema de relaciones humanas, pero más en el sistema de relaciones financieras, comerciales y productivas, que, a la hora de dar y recibir, si lo que hubiese prevalecido fuera la solidaridad, fuera risible la estrategia de pretender estrangularnos a través de una inflación inducida y sostenida desde una sofisticada, precisa y rigurosa maquinaria especulativa, combinada con las tenazas del bloqueo y la guerra psicológica.
Sabemos de antemano que una revolución no es una tarea fácil. Una revolución no es un acontecimiento sencillo en la historia de un pueblo. Una revolución es un hecho complejo y difícil.[1] Es el resultado de un largo proceso histórico, en el que se ha mantenido la contradicción independencia frente a colonización, proyecto de justicia social y dignidad humana frente al proyecto esclavista y deshumanizador. En esa guerra sin cuartel no se nos ha dejado otra opción que hacer vencer el proyecto nacional.
La situación actual en Cuba la veo como un “II Período Especial”, en el que la tarea fundamental vuelve a ser defender la Patria, la Revolución y las conquistas del Socialismo y para no resultar derrotados, debemos salvar a la Economía del pantano de las distorsiones y errores propios; del impacto del bloqueo y de la guerra económica imperialista.
- Uno de los problemas serios nuestros no es solo producir, es buscar los mercados para nuestras producciones desde el momento en que está cerrado para nosotros el principal mercado del mundo, el mercado a donde exportan cientos de miles de millones de dólares cada año los demás países; pero que no se conforma solo con prohibir para nosotros ese acceso, sino que trata de imponerles a los demás que impidan el acceso de nuestras producciones. Es una lucha no contra una limitada acción, es una lucha contra una acción total que busca destruir, que busca perjudicar nuestra economía, que busca impedir el desarrollo, y nosotros no podemos prescindir de las inversiones extranjeras[2].
- Para lograr lo anterior la herramienta más efectiva, demostrada en el primer Período Especial y validada por la práctica revolucionaria, es el trabajo político-ideológico. Las riquezas (generadas por la Economía), tienen que ser el resultado de la conciencia de las fuerzas productivas, de la conciencia y voluntad del pueblo de hacer, preservar y perfeccionar una economía que ha sostenido la independencia de la patria, su soberanía y las conquistas y derechos alcanzados por la Revolución socialista.
- Las fuerzas productivas y el pueblo, tienen que tener plenitud de conciencia, que es igual a estar esclarecidos de la situación real del país y del mundo. Convencidos de que esa situación está creada por tres factores objetivos: la crisis económica mundial y sistémica del capitalismo hegemónico, por los efectos devastadores de la pandemia de covid-19 y por el recrudecimiento del Bloqueo yanqui.
- Conciencia popular es estar informados, básicamente desde los canales oficiales de la Revolución. Es estar convencidos de la superioridad política, moral y humana del proyecto socio-económico cubano, frente al que primó en el pasado nacional, al que existe en cualquier país del Sur Global y al que nos tiene reservado el imperialismo norteamericano, sus cómplices de clase, sus vasallos imperiales y la contrarrevolución anexionista.
- La conciencia de las fuerzas productivas y de todo el pueblo patriota y revolucionario, es la única que puede, como lo ha demostrado hasta hoy, resistir y vencer cualquier agresión, venga del terreno que venga y traiga al agresor que traiga.
- Decisivo es la conciencia revolucionaria de los cuadros. En Cuba, para ejercer cualquier responsabilidad, al nivel que sea, lo primero que se tiene que ser es revolucionario, patriota, amar a su país, creer en su pueblo y luchar hasta vencer por el bien de su pueblo.
- En el caso cubano, los cuadros, las fuerzas productivas y el pueblo patriota y revolucionario, tienen que saber que, no existe una escuela económica que diga cómo hay que manejar la economía en sus condiciones, con las fuerzas productivas que tiene, amparado en qué leyes de las diferentes teorías y escuelas económicas, siguiendo qué modelo, qué receta, qué fórmula, cuando nuestra economía se define como una «economía de guerra».
- Economía de guerra, la ha llamado así nuestro Presidente, porque debe operar en un escenario de política de máxima asfixia, diseñada y aplicada contra un pequeño país por el más poderoso imperio de la historia.
- A mis estudiantes les digo, que Según el QS World University Rankings by Subject 2020, las mejores universidades del mundo para estudiar economía son Harvard, Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), Stanford, Universidad de California, Berkeley (UCB) y en el puesto cinco la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres (LSE). De las anteriores, solo una no está en Estados Unidos[3]. También les digo que de allí han salido la mayoría de los premios «Nobel» en esas ciencias, pero también los responsables del desastre económico del mundo, que ninguno de ellos ha resuelto, al contrario, junto a los políticos que asesoran, lo hunden cada vez más en sus crisis cíclicas.
- En cambio, Cuba, China, Viet-Nam, Bolivia, Nicaragua, Venezuela, Korea del Norte, entre otros, tenemos que ingeniárnosla para «diseñar, construir y defender» una economía que exista, sobreviva y se desarrolle en un mundo económicamente desastroso.
- Mucho se critica la eficiencia del Gobierno cubano y su gestión económica. Se flagela al actual ministro de Economía. Pero recuerdo que, en el caso cubano, nos ha tocado la complejidad y el «honor» de luchar, en materia económica, diplomática, política e ideológica, contra todo el poderío del imperialismo global, encabezado por los EE.UU.
- Así que, a quien se ponga a la cabeza de ese ministerio (Economía), al frente del País, de una fábrica, de una escuela, de una unidad militar, de una granja, es cierto que tendrá que saber economía, pero lo que definirá su éxito será su voluntad y capacidad revolucionarias de vencer, incluso cuando otros o muchos se rindan o abandonen la pelea.
- No tenemos otra opción que VENCER y como lo veo, no es solo desarrollando la economía, sino, no permitiendo que gane la estrategia de guerra imperial. Eso tenemos que hacérselo ver a nuestros compatriotas. El dilema sigue siendo SALVAR LA PATRIA, LA REVOLUCIÓN Y EL SOCIALISMO y no es exclusivamente por la vía del desarrollo económico, sino por la vía de la conciencia revolucionaria.
- Para tener economía y bienestar económico para el Pueblo, hay que primero tener PATRIA, REVOLUCIÓN y SOCIALISMO, con problemas, pero tenerlo; con dificultades, pero tenerlo. Solo se puede mejorar lo que se tiene. Hay que hacérselo entender a nuestros compatriotas.
- Son bienvenidas las próximas medidas para corregir distorsiones y errores en la gestión económica y reimpulsar la economía, apoyaremos todas las iniciativas que busquen salir del atolladero inflacionario y de sus consecuencias en la calidad de vida de la población.
- Son medidas que no nos gustan, muchas veces difíciles de comprender. Solo se pueden comprender bien si usted tiene el cálculo de todos los recursos con que el país cuenta, sumándolo todo, y de todos los gastos que el país tiene que hacer cada año, en alimentos, en medicinas, en ciertas materias primas y en ciertas cosas que hay que importar[4].
- Si cada cual tuviera en su mente la idea y el balance exacto, comprendería mejor muchas cosas. Hay datos, incluso, que no se pueden andar divulgando, hay que mantenerlos con cierta discreción, porque no se le puede estar dando información al enemigo gratuitamente. ¡Que la averigüe si puede! Pero alguna de estas cosas cuesta trabajo comprenderlas[5].
- Vienen necesidades de racionalización, porque surge, por encima de todo, la imperiosa necesidad de disminuir el circulante. El circulante viene, precisamente, por la medida humana que la Revolución toma cuando faltan materias primas, falta todo, de preservar, en lo posible, el empleo; preservar el ingreso de cada ciudadano, el mínimo ese, ya no para ir a comprar a los mercados nuevos, pero sí para adquirir ciertas cosas indispensables que él recibe de una forma racionada[6].
- La Revolución tomó esa medida, pero también se reducen las exportaciones notablemente, se reducen las importaciones, nos faltan las materias primas[7].
- ¿Qué se nos producía con estas medidas? Se nos producía un excedente de circulante tremendo, ya el excedente circulante estaba llegando a límites que eran intolerables, porque empezaban a faltar trabajadores de servicio en los hospitales, en las escuelas, ya mucha gente iba a buscar otra cosa. Todo eso estaba empezando a afectar la educación, la salud, la producción y todos los servicios fundamentales del país. Claro, había mucha gente —la inmensa mayoría— que permanecía en sus puestos por deber, yendo en una bicicleta o utilizando un transporte público en condiciones muy difíciles, esperando largo tiempo en las paradas y tardando mucho en ir de su casa al trabajo[8].
- Mucha gente, sin embargo, cumplía y cumple todos los días religiosamente su deber social, su deber patriótico y su deber humano, incluso. ¿Qué vamos a hacer con los enfermos en los hospitales, los vamos a dejar sin los servicios y sin la atención que necesitan? Ellos necesitan la atención del médico, de las enfermeras, de los que cocinan, de los que friegan, de los que limpian, de todos[9].
- Sin embargo, si se me permitiera sugerir otra medida, esta sería la que impulsó el Comandante en Jefe en pleno Período Especial, y es la de discutir, debatir, reflexionar y enriquecer el «paquete de reformas económicas», con todo el pueblo, incluyendo a los niños. Lo que se decida, presentarlo a la Asamblea Nacional y luego a aprobación por Consulta Popular. Lo que se apruebe así se sostendrá y no fallará, porque se apoyará mayoritariamente.
- Fidel en 1995 reflexionaba: “En aquel enorme exceso de circulante que se acercaba a los 12 000 millones de pesos, se veían una serie de inconvenientes, porque basta con que una parte no cumpla y ya el daño es muy grande. Era necesario empezar a recoger y ya ustedes ven las medidas cómo se han tomado, cómo se han discutido con la población, cómo se han discutido con todos los trabajadores: dónde tomarlas, cómo empezar a recaudar, y, afortunadamente, estamos empezando a recaudar, se ha ido recaudando un nivel determinado y va reduciendo la masa de dinero, pero llevará tiempo para eso”[10].
- Ahora, si se disminuyen los trabajadores en las fábricas, si no podemos construir rápidamente muchas nuevas fábricas, es necesario buscar empleos, como el trabajo por cuenta propia, y ya ustedes saben lo que es el trabajo por cuenta propia, eso no lo controla nadie, es imposible, y algunos las cosas que venden las venden muy caro, son inaccesibles; pasa un poco con el mercado agropecuario, es precio libre, y si aquí se pone el precio libre de todo, se acaba hasta la libreta, todo el engorro de la libreta y todos los apuntes; pero, ¿qué pasa con aquella gente que tiene un salario modesto en estas condiciones?[11]
- A medida que se introducen elementos de mercado y de capitalismo en nuestra sociedad que nosotros no podemos evitar; en la medida en que se hacen ciertos cambios y ciertas reformas que son imprescindibles para preservar la patria, la independencia, la Revolución y las conquistas del socialismo, que es el objetivo que busca nuestra Revolución en estos momentos y lo busca de una manera heroica, valiente, en medio de circunstancias que no pueden concebirse más difíciles, en medio de un mundo unipolar, en medio de un enorme hegemonismo de nuestros vecinos, que siempre quisieron destruir a esta Revolución y ahora se sienten más alentados con la idea de asfixiarla, de darle un zarpazo, porque no pueden tolerar en su mente la sola existencia de la Revolución y lo que significó en este hemisferio, en su patio trasero, que quieren asegurar ahora más que nunca, aunque ya no tiene ninguna lógica, como lo comprenden muchas personas en el mundo —sin lógica alguna, persisten en su bloqueo, lo agudizan y tratan aun de hacerlo más duro si fuera posible—, en estas condiciones, nosotros tenemos que llevar a cabo esa enorme proeza de preservar esta obra que se empezó a construir desde hace mucho tiempo, en el siglo pasado, en 1868[12].
- Somos, además, una nación del esquilmado Tercer Mundo, territorio en desventaja histórica como herencia del colonialismo, donde más impacta una larga y multifacética crisis mundial que se agrava por conflictos, guerras y desajustes consustanciales a la desigualdad que genera el capitalismo neoliberal y que profundizó la reciente pandemia.[13]
- Realmente no se pueden concebir condiciones más difíciles. Hemos perdido muchas cosas; sin embargo, no hemos perdido la serenidad, no hemos perdido el patriotismo, no hemos perdido el espíritu revolucionario, no hemos perdido la vergüenza, no hemos perdido el decoro, no hemos perdido la dignidad, no hemos perdido el recuerdo de nuestros héroes y de nuestros muertos, no hemos perdido la memoria del 68 y de los 10 años de aquella extraordinaria guerra, no hemos perdido la memoria del 95, no hemos perdido la memoria de la lucha de nuestro pueblo durante casi 100 años después de la pseudo independencia, no hemos perdido los valores, y eso ha sido un factor, no podría explicarse de otra forma que la Revolución haya podido resistir[14].
- Las respuestas a nuestros problemas y a los problemas que genera la agresión imperialista, están en la resistencia creativa popular. Está en nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos.
- Volver al capitalismo nunca será la solución. Lo que hoy lastima, irrita, duele y es incompatible con los sueños nacionales e individuales de la mayoría de nuestro pueblo, son las manifestaciones de los valores y modos de vida burguesa en algunos individuos y familias: la desigualdad, la injusticia, la discriminación, la explotación, el abuso, el privilegio, la corrupción, la insensibilidad, el egoísmo, el enriquecimiento ilícito, la inmoralidad, el abuso de autoridad, el despilfarro ostentoso de unos pocos frente a las carencias de muchos, en fin, el modelo de vida burgués frente a un proyecto proletario de país.
- Nuestra batalla decisiva está en el terreno ideológico, porque los seres humanos reflejamos en nuestras psiquis el mundo material que vivimos. Nos quieren hacer ver que somos incapaces de resistir 60 años más de bloqueo criminal, 100 años más de guerra económica genocida, que no seremos capaces de vencer la estrategia de destrucción imperial.
- La indisciplina es también una tendencia peligrosa que debe empezar a revertirse. El desaliento, la duda, es igualmente una tendencia peligrosa que debe empezar a revertirse[15].
- Nosotros tenemos que ganar esta batalla con ideas, tenemos que ganar esta batalla con las ideas del socialismo, las ideas de nuestro socialismo[16].
- Pero es que lo que se le ofrece al pueblo porque claudique es verdaderamente ignominioso e indigno. “Si alguien tuviera dudas, basta con leer lo dispuesto en el Título II de la Ley Helms-Burton que, entre otros aspectos, plantea la permanencia del bloqueo económico hasta que sea derrocado el Gobierno revolucionario, desaparezcan el Partido Comunista de Cuba, las organizaciones políticas y de masas y sean devueltas las propiedades o haya recibido compensación todo el que alguna vez tuvo una propiedad en Cuba”[17].
- También establece que, durante el período que media entre el derrocamiento del poder revolucionario y la devolución de las propiedades, habrá en Cuba un gobierno de transición seleccionado e impuesto por el Gobierno de Estados Unidos que certificará si las disposiciones de esa perversa ley se han cumplido[18].
- A pesar de esas irrefutables evidencias de absoluta prepotencia imperial, no faltan los dispuestos a reclamar o sugerir que Cuba ofrezca gestos o concesiones para “ayudar” al Gobierno estadounidense a asumir una conducta más benévola y constructiva[19].
- Se cuestiona a una Revolución que lo ha dado todo por su pueblo, que lo ha sacrificado todo por su pueblo y viceversa. Se busca contraponer a Revolución y pueblo, como si no se comprendiera que la Revolución la ha hecho el pueblo, la ha mantenido y la ha defendido[20].
- No hemos conquistado toda la justicia, pero tenemos que salvar toda la justicia conquistada. De eso se trata, pero es difícil, y en cierta forma habrá determinados retrocesos, son inevitables en las circunstancias nuestras. Así que un poco de la justicia conquistada la perdemos inevitablemente, esos niveles de posibilidades y de igualdad que habíamos creado, por los distintos factores de tipo económico; pero todo lo que pueda ser preservado —y es casi todo— debemos preservarlo. Sin embargo, muchas cosas empezarán a conspirar contra toda la justicia conquistada[21].
- También si queremos ser un poco duros con nosotros mismos, podemos decir que nuestro socialismo es nuestro, pero es todavía ineficiente; no voy a decir que seamos ineficientes en todo, pero no hemos sido capaces de ser eficientes en todo y somos deficientes en muchas cosas[22].
- Este país sin la Revolución, sin el socialismo no habría sido nada, estaría como está el resto de los países de Centroamérica, del Caribe y de América Latina. ¡Ni soñar siquiera con la educación universal que trajo la Revolución, la asistencia médica que trajo la Revolución, los niveles de cultura, de recreación y de deportes que trajo la Revolución, los niveles de empleo y de seguridad social que dio la Revolución![23]
- ¿Con el capitalismo qué sería Cuba? Creo que el más grande burdel del mundo, el más grande garito de juego del mundo, el más grande centro de drogas del mundo; eso sería Cuba porque ellos habían realizado durante un montón de años un trabajo de perversión, de deformación y de corrupción de nuestro país por todas las vías. No habríamos podido ver jamás los ejemplos de abnegación, de heroísmo, de virtud y de moral que hoy estamos viendo en condiciones tan difíciles[24].
- No es posible que nuestro pueblo quiera volver jamás al capitalismo. Es lo más horripilante, es el infierno que nuestro pueblo conoció. Los jóvenes no tanto, porque no vivieron en aquella época; hay que hacerles la historia de todo aquello, hay que hacérselo conocer a través de la conciencia y de la explicación. Ven los problemas de hoy, no los de ayer, no conocieron aquel mundo; sin embargo, nuestros jóvenes han demostrado extraordinarias cualidades, extraordinaria capacidad de sacrificio. Cumplieron misiones de solidaridad en el mundo, como no las ha cumplido ningún otro pueblo, con una generosidad infinita[25].
- Antes no se abrían las puertas así de par en par al trabajo por cuenta propia, se han abierto bastante y se seguirán abriendo las puertas, porque ya no hay la situación aquella en que faltaba fuerza de trabajo en algunos lugares en la ciudad; en el campo sigue faltando muchísimo[26].
- La mayor parte de los ingresos del país en divisa convertible hay que invertirlos en combustible, porque si no vienen los apagones inevitablemente; en parte vinieron por el combustible y en parte porque la capacidad productiva disminuyó al no disponer, en un momento determinado, de recursos suficientes para su reparación, un problema que ha ido resolviéndose poco a poco, aumentando la capacidad de producción de las plantas; utilizando nuestro petróleo, que es un petróleo pesado, con mucho azufre, y exige entonces más atención y más reparaciones en la central que si está usando un combustible más ligero, el tradicional que usaba[27].
- Este problema, les vuelvo a reiterar la idea, tiene que ir asociado a la cuestión del trabajo por cuenta propia. Es necesario aumentar el número de actividades del trabajo por cuenta propia, porque si no hay empleo en las fábricas hay que buscar la posibilidad de que la gente tenga algún tipo de empleo. Todo eso con orden, y si ganan mucho que paguen los impuestos, porque es indiscutible, hay que usar el impuesto[28].
- En este país no se tiene ni la menor idea de lo que son los impuestos, no se está acostumbrado a eso, porque en este país nada pagaba impuesto, todo se resolvía en el presupuesto con las ganancias que obtenían las empresas comerciales, las empresas de comercio exterior e interior y las empresas productivas que eran rentables. Es decir, el país tenía recursos para poder mantener el régimen de impuestos mínimo o ninguno.
- Ha habido necesidad, y hace falta todavía, de una educación relativa a los impuestos[29].
- Entonces, son circunstancias nuevas. Se crean desigualdades inevitablemente y se crean privilegios, no les quepa la menor duda: algunos con grandes ingresos y otros con menos ingresos, resulta inevitable. Tiene que aumentar el número de trabajadores por cuenta propia, las posibilidades para el trabajo por cuenta propia y el desarrollo de determinadas producciones artesanales, de producciones en menor escala; eso hay que hacerlo por distintas razones[30].
- Tenemos que analizar bien las perspectivas del desarrollo de la pequeña y la mediana empresa, el papel del Estado y su participación en todo eso; pero deben ustedes comprender que son diferentes las circunstancias en que antes podíamos desenvolver la actividad para rectificar algunas injusticias. Son fenómenos asociados a estos tiempos que hacen más duro y más difícil el trabajo, que nos obligan a luchar, como este caso que estoy mencionando[31].
- Ustedes se han hecho eco aquí, realmente, de viejos y de nuevos problemas: los viejos, aquellos contra los que venimos luchando desde hace mucho rato, y los nuevos, derivados de esta circunstancia del período especial, de las medidas que tomamos, de estos elementos de capitalismo que nos vemos obligados a introducir, de estos elementos de mercado que nos vemos obligados a introducir y que establecen estas diferencias que nos duelen y con las cuales no nos queda más remedio que coexistir, porque preferible es coexistir con algunos de estos problemas que perder la patria, que perder la Revolución, que perder las conquistas que ha alcanzado nuestro país. Algo tenemos que sacrificar. Desde luego, será más meritorio para nosotros, será más meritorio para nuestro pueblo hoy, para esta generación, la lucha contra todos estos fenómenos[32].
- Y yo digo que esta es una de las épocas más difíciles de la historia de nuestro país, más duras, que requiere más espíritu, que requiere más mérito, que requiere más sacrificio. Yo no veo ninguna otra época comparable, aunque nuestro país vivió algunas como la reconcentración de Weyler. Eso es lo que quiere hacer el imperialismo con nosotros hoy: bloqueo, bloqueo y más bloqueo, impedir que nosotros saquemos la cabeza, tratar de asfixiarnos y asfixiarnos por necesidades, por hambre, por enfermedades, por todo[33].
- La Revolución en la manigua tenía que ver con las necesidades de sus fuerzas, porque nosotros mismos en las montañas teníamos que ver con las necesidades de nuestras fuerzas guerrilleras, y los mambises tenían que ver con sus tropas que estaban en los campos, pero no tenían que ver con las necesidades y los problemas de la población entera. Nosotros tenemos que ver con los problemas de la población entera, y no solo de los revolucionarios sino también de los que no lo son, porque las medicinas van para el hospital, la atención de los médicos y la educación y todo son posibilidades que reciben todos los ciudadanos de este país, y los revolucionarios tienen que ocuparse de todo eso y de luchar por todo eso, ya que no puede ser de otra forma[34].
- Lo que hemos hecho muchos lo reconocen. No reconocen lo que hemos hecho en otros campos, pero hemos hecho muchas cosas en otros campos que cuestan más trabajo de entender. Estos mismos fenómenos no los hablan. ¡Ah!, Cuba ha tenido éxito en la educación y en la salud, ¿y no ha tenido éxito en reivindicar a la mujer? ¿Y es que no ha tenido éxito en liquidar la discriminación racial? ¿No ha tenido éxito en liquidar muchos de los vicios que había en nuestra sociedad, en crear valores, en crear una moral, en crear un espíritu como el que ha creado la Revolución en nuestro pueblo, las cualidades que se han desarrollado en el seno de nuestro pueblo, el heroísmo que se ha desarrollado en el seno de las masas de nuestro pueblo? Hay muchos valores que ellos serán incapaces de comprender, pero lo que hemos hecho en infraestructura, en carreteras, en presas, en fábricas, que ahora no están dando lo que tienen que dar por estar sin combustible, materias primas y por todas las cosas que ya he explicado y que nos obligan a este colosal esfuerzo para llegar un día a tener otra vez funcionando todas las fábricas, modernizando la que haya que modernizar[35].
- Tenemos los riesgos de subestimaciones en la gente que, en el desespero de los problemas diarios de hoy, se acuerden menos de todo eso y se baje la guardia. Creo que hay que alertar sobre eso y alertarlas a ustedes de que, a mi juicio, también esos riesgos corremos frente a las fatalidades, frente a todas estas circunstancias objetivas que reducen el papel del Partido y del Estado, cuando ya no puedan andar tomando disposiciones simplemente administrativas, como antes tomábamos, frente a muchos problemas[36].
- Hay que seguir aplicando todas las medidas que tengan vigencia y todas las nuevas que se puedan adoptar en las nuevas circunstancias para no retroceder en el camino que hemos avanzado. Sin embargo, no retroceder en la conciencia de la población y no retroceder en la conciencia de los hombres. Este es un aspecto subjetivo derivado de todas estas circunstancias a que me he referido y que hace más difícil la batalla[37].
- Nosotros no hemos renunciado a ninguna bandera del socialismo, a ningún ideal del socialismo, a ningún principio, deseo, espíritu de lucha, a la cultura que trajo al mundo el marxismo, el leninismo. No nos avergüenza hablar de marxismo ni nos avergüenza hablar de leninismo. Claro está que cada uno de esos principios que ellos elaboraron como grandes revolucionarios hay que adaptarlos al mundo de hoy, a las condiciones del mundo de hoy. No puede ser un acatamiento dogmático, sino que hay que interpretar, hay que ser flexible; pero las esencias, las ideas básicas, las verdades básicas, quién nos las va a decir[38].
- No, estos tiempos no son como para volverse menos revolucionario, sino más revolucionario. Nosotros hemos demostrado, al menos, en estos tiempos tan difíciles, que hemos sido capaces de resistir; hemos demostrado más espíritu, y los revolucionarios, los verdaderos revolucionarios, hemos demostrado nuestra capacidad de ser más revolucionarios[39].
- Serán mucho mejor de lo que tenían que ser los revolucionarios bajo el capitalismo, porque aquí los revolucionarios están en el poder, no son los privilegiados los que están en el poder. No vamos a crear una sociedad capitalista ni se va a establecer aquí un gobierno de burgueses y de ricos, para los burgueses y los ricos. Hemos dicho que somos un gobierno de trabajadores, para los trabajadores, aunque haya capitalistas dentro. Los hubo siempre[40].
- Ahora hay más y necesariamente se introducirán más elementos de propiedad privada, de producción privada, de capitalismo, de mercado. Hay que hacerlo, porque el sentido común más elemental dicta que se haga; pero con la fuerza que tiene la Revolución, no debemos temer a eso[41].
- Los capitalistas, en general, piensan que todo esto nos va a corromper, y, sin duda que todo esto crea tendencias a la corrupción, no hay la menor duda; pero no debemos culpar a los que nos corrompan a nosotros, sino que tendríamos que culparnos a nosotros mismos de dejarnos corromper. El que se proponga que nadie lo corrompa, nadie lo corromperá[42].
- Un pueblo no debe dejarse corromper. No es posible que nuestro pueblo pueda olvidar los principios de la Revolución, los principios del socialismo, los nobles objetivos, toda la justicia que trajo[43].
- Ahora, mucho dependerá de nosotros —como han dicho ustedes en los debates— cómo los eduquemos, cómo les inculquemos los valores esenciales, cómo les trasmitamos el mensaje revolucionario. Tenemos que ser más fuertes que todos estos elementos que tiendan a debilitarnos o a corrompernos. Eso dará una medida de nuestra inteligencia, y el cubano no solo es valiente y heroico; es, por encima de todo, inteligente, y tiene que comprender todas estas cosas: qué se hace, por qué se hace y para qué se hace[44].
- Bien sabemos que en estos tiempos esos valores hacen mucha falta en todos los sentidos, no solo por lo que les decía de los elementos adversos que se introducen, sino porque las dificultades objetivas constituyen un caldo de cultivo para cosas incorrectas y tienen la tendencia a aumentar el delito, aunque esas cosas se producían antes del período especial, las teníamos, las conocíamos. Esa es una tendencia contra la que siempre hay que luchar y hoy más que nunca[45].
- Hoy hay que mantener levantada, de mantener bien alta la moral de la gente. Si no mantenemos alta, si no mantenemos elevada esa moral, no ganamos esta batalla. Y yo diría que en este momento la batalla está en su punto más álgido, estamos como cuando los soldados enemigos avanzaban sobre Radio Rebelde y nos quedaba un territorio más reducido; estamos, realmente, en una lucha desesperada por la supervivencia. Pero tenemos un ejército, porque los revolucionarios constituimos un verdadero ejército, no solo nuestras fuerzas armadas. Cuando hablo de ejército, hablo del pueblo revolucionario, que constituye un ejército capaz de ganar esta batalla si lo sabemos dirigir[46].
- Es fácil ser revolucionario en tiempos fáciles, el mérito verdadero es ser revolucionario en tiempos verdaderamente difíciles[47].
- En realidad, no me asombro de los que se desalientan, no me asombro de los que se desmoralizan, no me asombro de los que desertan, no me asombro de los que traicionan; realmente me asombra el número extraordinario de personas que se mantienen firmes, con la moral alta, con la fe sólida. Eso lo veo en muchos lugares, y eso lo he visto en el día de hoy aquí en muchos de los pronunciamientos que se han hecho, verdaderamente admirables. Lo asombroso es el grado de patriotismo y el grado de espíritu revolucionario que exhibe nuestro pueblo[48].
FELICIDADES A LOS QUE LUCHAN POR LA PATRIA, LA REVOLUCIÓN, EL SOCIALISMO Y POR LAS CAUSAS JUSTAS DE LA HUMANIDAD.
TENGAMOS LA CERTEZA DE QUE VENCEREMOS.
[1]Fidel 24 de febrero de 1960.
[2] http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-clausura-del-vi-congreso-de-la-federacion-de-mujeres-cubanas
[3] https://www.larepublica.co/alta-gerencia/harvard-university-y-mit-las-mejores-universidades-para-estudiar-economia-en-el-mundo-3134617
[4] http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-clausura-del-vi-congreso-de-la-federacion-de-mujeres-cubanas
[5] Ídem
[6] Ídem
[7] ídem
[8] Ídem
[9] Ídem
[10] Ídem
[11] Ídem
[12] http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-clausura-del-vi-congreso-de-la-federacion-de-mujeres-cubanas
[13] https://cubaminrex.cu/es/discurso-pronunciado-por-el-presidente-miguel-mario-diaz-canel-bermudez-en-la-clausura-del-segundo-periodo-ordinario-de-sesiones-de-la-asamblea-nacional-del-poder-popular-en-su-x-legislatura
[14] http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-clausura-del-vi-congreso-de-la-union-de-periodistas-de-cuba
[15] Ídem
[16] Ídem
[17]https://cubaminrex.cu/es/discurso-pronunciado-por-el-presidente-miguel-mario-diaz-canel-bermudez-en-la-clausura-del-segundo-periodo-ordinario-de-sesiones-de-la-asamblea-nacional-del-poder-popular-en-su-x-legislatura
[18] Ídem.
[19] Ídem.
[20] http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-clausura-del-vi-congreso-de-la-federacion-de-mujeres-cubanas
[21] http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-clausura-del-vi-congreso-de-la-federacion-de-mujeres-cubanas
[22] Ídem
[23] Ídem
[24] Ídem
[25] Ídem
[26] Ídem
[27] Ídem
[28] ídem
[29] ídem
[30] ídem
[31] Ídem
[32] Ídem
[33] Ídem
[34] Ídem
[35] Ídem
[36] Ídem
[37] Ídem
[38] Ídem
[39] ídem
[40] Ídem
[41] Ídem
[42] Ídem
[43] Ídem
[44] Ídem
[45] Ídem
[46] http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-clausura-del-vi-congreso-de-la-union-de-periodistas-de-cuba
[47] Ídem
[48] Ídem