El Moncada, la puerta a Cuba. Por Ramón Pedregal Casanova

La ciudad, Santiago, en carnestolendas, en carnaval, ¿cuántos petardos se tiraron ansiando burlarse del aplastamiento yanqui y de su hp en la isla?, hp como los dictadores yanquis llaman a sus virreyes, ¿cuántos petardos, cohetes, y tiros con el deseo de acabar con el tirano?

Era el 26 de julio de 1953, fiesta como se ha dicho, y un grupo de Fideles asaltaba el Moncada, cuartel-cárcel, abriendo el libro de la Historia por una nueva página. Cualquiera habría dicho, tras unas horas de combate que parecía detenerse, que el libro se había vuelto a cerrar, no era cierto, se vivió un temblor, un sístole y un diástole que dudaron cuál de los dos intervenía antes, y es que en su emoción lanzaron el anuncio del 1 de enero de 1959.

Ahora, hoy, 70 años después celebramos el 26 con nueva lucha. La derrota del tirano trajo la ira de su amo y sin perder tiempo empezó un bloqueo criminal, genocida, absolutamente contrario a la Ley Internacional y absolutamente contraria a la Humanidad.

Ahora que el imperio se resquebraja, ahora que parece avanzar la multipolaridad, es el mayor deseo que se sumen los gobiernos a la solidaridad de los pueblos con Cuba, los gobiernos que aspiran a la paz, al respeto, a la independencia y la soberanía, y manden sus barcos a surcar los mares y los océanos, que los gobiernos con humanidad como escudo envíen sus aviones por los cielos del mundo cargados con lo que Cuba necesita. Todos los que se dicen amar la paz deberían llevar a Cuba la ayuda que se merece. Cuba ha dado al mundo vacunas, ha acabado con el analfabetismo en numerosos países de habla castellana, ha formado enseñantes, médicos, ha abierto sus universidades a los pueblos necesitados, sus profesionales han dado la vista a millones de personas, ha liberado la cultura de tantos pueblos que cualquier ser humano que haya conocido la gesta cubana de llevar lo mejor al mundo tiene que celebrar el 26 de julio. Celebrar el 26 de julio, el asalto al Moncada, es poner la vista en el 1 de enero de 1959.

Los Fideles nos han dejado la esperanza de un mundo mejor, un mundo sin imperialismo, un mundo solidario, rompan el bloqueo, sístole y diástole, el 26 de julio abrió la puerta a Cuba.

 

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