FERNANDO MARTÍNEZ HEREDIA, LA CORDURA DE LA LOCURA. LUIS HERNÁNDEZ NAVARRO

“Lo imposible es posible. Los locos somos cuerdos”, decía José Martí, y con él Fernando Martínez Heredia. Martiano hasta la médula, Fernando aprendió del autor de Nuestra América que la rebeldía debe ser lúcida y tajante, y la convirtió en emblema de vida.

Intelectual sin poses de diva, sabio sencillo y modesto, querido por los jóvenes, Martínez Heredia produjo una obra interdiciplinaria imposible de encasillar, que se convirtió, por su propio peso, en referencia para el pensamiento de la izquierda en América Latina. Sus ensayos y libros son, a un tiempo, deslumbrantes trabajos de historia, economía, derecho, ciencia política y filosofía.

Marxista confeso, creyó, con el joven Marx, “que los comunistas se diferencian de otros revolucionarios en que nunca dejan de ver el movimiento en su conjunto, y no solo algunas partes de él”. Por ello, se empeñó en tratar de alcanzar una comprensión totalizadora del conjunto de la lucha revolucionaria.

Además de convertirse en un formidable analista y divulgador del pensamiento del Ché y de Antonio Gramsci, Fernando escribió y debatió brillantemente sobre el pasado, el presente y el futuro de Cuba y Latinoamérica; reflexionó sobre la naturaleza y alcance de las luchas anticapitalistas en el siglo pasado, y teorizó sobre la capacidad del capitalismo de regenerarse y mantener la hegemonía.

Martínez Heredia estaba convencido de que el pensamiento latinoamericano había sufrido mucho en la última mitad del siglo XX ante los golpes de la hidra capitalista, y de que, entre las víctimas del descalabro, estaba el idioma de la emancipación. Persuadido de que se necesitaba remontar esta adversidad y recuperar el lenguaje de la liberación, convocó a “apoderarnos del lenguaje, liberarlo de sus prisiones y fronteras, quitarnos el temor a ser dueños de él y que nos sirva para pensar”,

Rebelde lúcido y tajante, convencido de la cordura de la locura, Fernando reivindicó, como un hecho básico para nuestro tiempo, la idea de que el socialismo es la conversión de cosas imposibles en cosas posibles y en realidades mediante la actuación de los revolucionarios. A eso dedicó su vida. Y hoy, que se adelantó al paraíso de los comunistas, esa su esclarecida locura nos va a hacer mucha falta.

Luis Hernández Navarro
Escritor y periodista mexicano

Por REDH-Cuba

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