A través de su cuenta en Facebook, el filósofo Enrique Dussel respondió a intelectuales y pensadores de países europeos y latinoamericanos, quienes recientemente emitieron un comunicado denominado “Llamado Internacional Urgente a Detener la Escalada de Violencia en Venezuela”, haciendo fuertes críticas públicas al gobierno venezolano y señalando al Estado de ser el principal responsable de la situación que se vive en el país. Dussel los llamó a reflexionar a través de un video de seis minutos, recordando la delicada situación que se vive en Venezuela, el papel de la mediocracia internacional contra el país que tiene la más grande reserva de petróleo del mundo, y los intentos de asestar “un golpe pacífico” de nuevo tipo” contra el país.
Texto: Alba Ciudad
Dussel, nacido en 1934, es un académico, filósofo, historiador y teólogo de origen argentino, naturalizado mexicano, reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo de la Ética, la Filosofía Política, la Filosofía latinoamericana y por ser uno de los fundadores de la Filosofía de la liberación e iniciador de la Teología de la liberación.
Su vasto conocimiento en Filosofía, Política, Historia y Religión, plasmado en más de 50 libros y más de 400 artículos, lo convierte en uno de los más prestigiados pensadores filosóficos del siglo XX, que ha contribuido en la construcción de una filosofía comprometida.
A continuación, la declaración completa de Dussel.
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“Yo creo que en este caso habría que tener mucho cuidado, porque efectivamente nuestros grandes gobiernos que han asumido posiciones populares pueden también, como todo partido político y toda opción, cometer ciertos errores. Pero criticar en esta coyuntura estratégica a Venezuela y su gobierno supone inevitablemente un apoyo a los grupos opositores“.
“En cualquier país es normal y se justifica una oposición, pero no cuando está siendo orquestada, como en el caso de Venezuela en este momento, por el Imperio por una campaña internacional que oculta los frutos de un proceso político que, claro, con la presencia de Hugo Chávez, hubiera sido mucho más importante porque tenía un liderazgo muy fuerte con respecto a su pueblo. Su ausencia causa efectos en un gobierno que también debe ir aprendiendo”.
“Pero también hay que tener cuidado de una crítica si no se conoce en complejidad la situación, porque va a ser responsable al que critique ese gobierno, de la subida posible de un gobierno de derecha, que sería desastroso para Venezuela como se probó en el golpe contra Hugo Chávez, que el nuevo presidente, en las primeras horas, privatizó el petróleo venezolano y entregó el país a disposición de Estados Unidos, lo que mostró la intención de ese golpe de Estado contra Hugo Chávez, que gracias a ello, a esa tan evidente posición de la derecha, recuperó el poder y fue investido de una gran autoridad ante el pueblo”.
Explicó que “una cierta izquierda podría dar motivo a que, en el futuro, sea acusada de haber apoyado a un gobierno nefasto del tipo de Macri en Argentina, o de Temer en Brasil, lo que sería muy triste para intelectuales de gran importancia”.
“Yo creo que, en último caso, deberíamos guardar una cierta distancia de juicio. No pido tampoco que algunos aprueben la revolución y den todos los argumentos a su favor, como la hecho, por ejemplo, Atilio Borón. Pero no puedo estar de acuerdo con alguien que, desde afuera, hace un juicio negativo a un proceso que está siendo en este momento completamente instrumentalizado por la mediocracia dirigida desde Estados Unidos contra un país que tiene la más grande reserva de petróleo del mundo, debajo del Orinoco, y por lo tanto es muy apetecida por el Imperio, y está moviendo todos los hilos para hacer algo así como un ‘golpe pacífico’ de nuevo tipo. No como lo ha hecho en Siria, en Irak o en Libia, sino a una manera más latinoamericana o norteamericana, pero que estamos viendo que está muy orquestado.
“Quiero llamar la atención de guardar respeto por el proceso venezolano y dejar que ese gobierno joven pueda también ir creciendo, aunque claro, está en este momento bloqueado, como fue bloqueada durante más de 50 años la experiencia cubana. La izquierda debe estar muy atenta a los acontecimientos históricos y no dividirse artificialmente por una cierta inclinación a una definición de ‘democracia’, como los medios de comunicación están imponiendo o proponiendo”.