Palabras de Arnold August, de Canadá, tras recibir la Medalla de Amistad concedida por el Consejo de Estado a propuesta del ICAP. La Habana, 4 de julio de 2017

Muchas gracias, Fernando, por sus amables palabras. Muchas gracias Gerardo por hacerme entrega de esta Medalla. Me siento honrado de estar hoy aquí en presencia de ustedes dos, por dos razones en particular.

En primer lugar, ustedes son dos de los Cinco Héroes de la República de Cuba condecorados como tal por el Estado por su largo y tortuoso encarcelamiento. A pesar de las crueles condiciones, lejos de sus familias, los cinco héroes mantuvieron la bandera cubana en sus corazones y la dignidad y la soberanía de Cuba en sus fértiles mentes en constante crecimiento. Irónicamente, la presión de Estados Unidos en contra de su forma de pensar y sus valores, tan sólo ha servido para fortalecer su madurez política y su determinación, como lo evidencia el hecho de que todos ustedes han regresado a sus familias y a su país para servir a su pueblo, una vez más, en sus respectivos papeles y posiciones. El imperialismo estadounidense no logró convertirlos en traidores, ni utilizando la agresión por los largos periodos de confinamiento solitario y negándoles las visitas familiares, ni a través de la seducción. Ni por una fracción de segundo, ninguno de ustedes contempló intercambiar la gloriosa bandera cubana por la estadounidense. Esta es una importante lección para la nación cubana, que sigue enfrentando los intentos de Estados Unidos de subvertir la revolución, tanto a través de la agresión como de la seducción.

La segunda razón, Gerardo, es que usted es el Vicerrector del ISRI. Estoy seguro de que, junto a mi colega, la Rectora Isabel Allende, el colectivo del ISRI y especialmente las muchachas y muchachos del ISRI siguen aún más el camino trazado por el arquitecto de las relaciones exteriores de Cuba, Fidel Castro y otros como Raúl Rao García.

En su caso Fernando, la segunda razón es que usted es ahora el Presidente del prestigioso Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP). Estoy seguro de que está ayudando a llevar aún más lejos el apoyo de los pueblos del mundo a Cuba y en contra el bloqueo genocida de Estados Unidos. No obstante, fiel a la tradición de renombre mundial de la solidaridad internacional cubana, la causa de Cuba es inseparable de la defensa de otros países –particularmente en este momento, cuando América Latina y el Caribe se encuentran en una encrucijada– con la República Bolivariana de Venezuela.

Agradezco al ICAP y al Consejo de Estado por concederme este gran honor en reconocimiento a mi amistad con el pueblo y el gobierno de Cuba. Debo confesar, sin embargo, que nunca ha sido mi intención buscar dicho reconocimiento mediante los artículos o libros que he escrito, o las conferencias que he dado. Por el contrario, siempre he escrito y hablado a partir de mis propias investigaciones y opiniones documentadas, incluso aún si éstas no siempre coinciden con las principales preocupaciones o enfoques de Cuba en un momento dado. Y sé que gran parte de mi trabajo genera controversia en Cuba. No obstante, me siento orgulloso de ello, en la medida que creo que no tiene sentido escribir si el resultado no constituye una contribución a la batalla de las ideas.

Busco además escribir artículos polémicos en defensa de la resistencia cubana contra la guerra cultural dirigida por Estados Unidos, aun cuando algunos piensen que los extranjeros no deberían involucrarse en esto.

Sin embargo, a pesar de, o incluso quizá como resultado de esta polémica trayectoria como escritor, hoy el Consejo de Estado reconoce mi trabajo, razón por la cual éste adquiere un significado especial para mí. Esto demuestra una vez más lo que siempre he dicho y escrito, en cuanto a que no se debe subestimar la conciencia política de la inmensa mayoría del pueblo cubano, especialmente por parte del Presidente del Consejo de Estado y de Ministros, Raúl Castro, hasta la base en los barrios. Cuba cuenta con su propia versión de pluralismo, no basada en el pensamiento único estadounidense.

Quisiera concluir declarando que dedico esta medalla a la obra –siempre vigente– de Fidel Castro Ruz, histórico líder de la Revolución Cubana, fuente de inspiración para el mundo en la lucha por la justicia social, la soberanía y la paz.

Muchas gracias.

Por REDH-Cuba

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