Un grupo de políticos y dueños de medios son también líderes de la propaganda negra en las redes sociales en Venezuela.
Fuente: Red58
La oposición venezolana ha utilizado los medios digitales para difundir propaganda negra sobre supuestos abusos, en jornadas que comenzaron en abril y todavía perduran, de acuerdo con una investigación de Red58.org.
Twitter, Facebook, Youtube, Instagram y las aplicaciones gratuitas de chat, como WhatsApp, son los canales fundamentales para la difusión de llamados a la violencia, noticias falsas –fake news– y mensajes de odio. Hay evidencias, además, del uso de las plataformas de publicidad de Twitter, Google, Youtube y Facebook para la difusión de esta narrativa desde abril hasta la fecha.
En todos los casos, tanto en la publicidad pagada como la difusión orgánica -aquella que fluye de manera espontánea en la red en forma de post, comentarios, páginas de marcas y aplicaciones-, se ha privilegiado la espectacularización del morbo y la culpabilización de las víctimas, que en el caso venezolano se refuerza desde voces mediáticas legitimadas por la derecha nacional e internacional.
Un grupo de políticos y directivos de medios venezolanos están involucrados en estas campañas de desestabilización del país y actúan como nodos bien conectados con el apoyo de organizaciones e individuos en Estados Unidos, y en algunos casos con soporte publicitario y empleo de robots.
En el análisis de contenido de los mensajes de personas influyentes (influencers) venezolanos estudiados por Red58.org, se han detectado patrones comunes en los que se fortalecen prejuicios contra el grupo político conformado por los chavistas, con argumentos e imágenes plagados de mentiras, insultos, promoción de la violencia y términos racistas.
De acuerdo con Clemente Panalva, del Grupo de Estudios de Paz y Desarrollo, de la Universidad de Alicante, la violencia simbólica, aún cuando carezca de expresión material,
“no es inocua, todo lo contrario, a través de su acción los seres humanos vencen las resistencias a las acciones violentas, adquieren hábitos violentos, apoyan las acciones violentas de las instituciones especializadas o simplemente no reaccionan ante las acciones violentas llevadas a cabo por ‘otros’.”
Estas características del discurso y las actitudes se perciben en la campaña en las redes contra el gobierno de Venezuela. En cierto modo es excepcional. No hay antecedes de un volumen y toxicidad similares en la expresión de la violencia en las plataformas sociales. Basta un ejemplo: cuando se comparan dos imágenes similares -una de las protestas en Londres 2011 y otra de Venezuela en el 2017-, Google Images lista 1 270 000 resultados para la fotografía donde aparece un encapuchado en la capital británica en medio del fuego y sus similares de los disturbios en el Reino Unido. Sin embargo, las búsquedas para el país sudamericano ascienden a 25 270 000 resultados.
Es decir, en un mismo período de tiempo -cinco meses- la imagen del fuego en las calles venezolanas aparece 20 veces más que una similar en Londres, como se puede apreciar a continuación:
Caso de estudio
Venezuela es uno de los países de mayor penetración de Internet en América Latina, con el 68% de usuarios conectados a la red y con móviles en el 94% de los hogares, según datos de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL).
El 78% de los usuarios de Internet en este país reconocen que han utilizado alguna modalidad de comercio electrónico, de acuerdo con un estudio de Tendencias Digitales. Este crecimiento es impulsado por un uso más intensivo de la publicidad en línea, la difusión en redes sociales, la automatización de procesos de recolección de datos (que permite la comparación de precios), la adopción de teléfonos inteligentes por una creciente parte de la población y la mayor oferta de plataformas de este medio con alcance global o de carácter nacional.
Como ocurre en otras sociedades hiperconectadas, el despliegue de la política en el ámbito digital ha pasado a ser en Venezuela el principal escenario de disputa electoral y la movilización en el país.
Para identificar la influencia de las campañas antigubernamentales en el escenario digital, Red58.org estudió un lote de 1 901 131 mensajes compartidos del 1 al 31 de julio en la plataforma social Twitter.
La data la obtuvimos a partir de filtrar todos los mensajes emitidos y replicados por usuarios que, en algún momento del mes, utilizaron los hashtags (etiquetas) asociados a campañas de la oposición. Los anuncios tenían como característica común haber sido elaborados para operar en las redes sociales más populares del país (Facebook, Twitter, Instagram y Youtube).
Para seleccionar las etiquetas sometimos a observación ocho cuentas con más de mil seguidores en esas cuatro plataformas de redes sociales. Al concluir el monitoreo realizado el pasado 10 de julio durante 24 horas, obtuvimos seis etiquetas que aparecían con mayor asiduidad en las campañas de la oposición, activas en Twitter, Facebook, Youtube e Instagram:
#teamhdp, #16J, #resistenciavzla, #consultapopular16j, #parociviconacional y #secaeladictadura
Fue de gran ayuda el servicio de publicidad de Facebook, que permite encontrar temas y preferencias de los usuarios, en función de datos demográficos, comportamientos, intereses o información de contacto. Por ejemplo, nótese cómo para impactar con mensajes en un grupo de jóvenes residentes en Altamira, en edades comprendidas entre 13 y 20 años, y con intereses muy particulares, se necesita un presupuesto de 70 dólares diarios como mínimo. La efectividad de esta técnica es máxima, como ha sido demostrado en otros contextos.
Utilizando estrategias de big data, al filtrar los casi dos millones de mensajes resultantes de las seis etiquetas, se revela que el hahstag más utilizado en Twitter fue #teamhdp. Apareció asociado a 9746 mensajes (el 54% de todas las etiquetas mencionadas), mientras #maduro fue el segundo término más repetido, que coincide con el objetivo fundamentalmente de la narrativa opositora: la salida del Presidente constitucional del país.
En esta nube de palabras, obtenida con Wordle, se puede observar la enorme desproporción entre esas dos etiquetas y el resto de las palabras contenidas en el universo de más 2 millones de tweets generados del 1 al 31 de julio de 2017:
Los que utilizan estas seis etiquetas, que previamente seleccionamos para este estudio de caso porque aparecen en campañas de la oposición, jamás aclaran los fines propagandísticos con que se han utilizado en otras redes sociales. Esos hashtags se interrelacionan a su vez con otras 51 etiquetas populares en Twitter durante julio, y que al parecer surgieron de manera orgánica.
Aquí se pueden observar más claramente esas 51 etiquetas, después de eliminar las sobredimensionadas #teamhdp y #maduro:
La cuenta más activa en los casi dos millones de mensajes filtrados es la de @dolartoday, del sitio que desde Estados Unidos se dedica a fijar, de manera especulativa, el precio del dólar en el mercado paralelo venezolano, y que hemos denunciado aquí. Esta cuenta emitió 30378 tuits, que fueron mencionados a su vez 959 699 veces.
@dolartoday tuiteó un promedio de 980 tweets por día en julio, lo que corrobora otras investigaciones que han denunciado que los administradores de esta cuenta utilizan robots para imponer matrices contra el gobierno de Venezuela en esa red social, sin que los filtros anti-spam de Twitter lo hayan impedido. Junto a @dolartoday, los troles más activos son @anonymousvene10, @cybernetvzla y @yosoyjustin_.
Entre los que más postean, también encabezan la lista dirigentes de la oposición y activistas venezolanos con una larga participación en campañas mediáticas y políticas contra el gobierno de Nicolás Maduro:
- Marcel Granier, ex dueño Radio Caracas TV (RCTV).
- Oscar García Mendoza, ex Presidente del Banco Venezolano de Crédito y Primer-vicepresidente de Cedice.
- Ricardo Hausmann, radicado en Estados Unidos y actual director del Centro para el Desarrollo Internacional.
- Esteban Gerbasi, dirigente opositor y miembro de Venezuela de Primera.
- Julio “Coco” Jiménez Gédler, asesor de campaña de los candidatos de la Mesa de Unidad Democrática.
- Pedro Mario Borelli, radicado en Estados Unidos y ex director externo de Petróleos de Venezuela (PDVSA).
- Thor Halvorsen Mendoza, radicado en Estados Unidos y presidente de la Human Rights Foundation.
- Nitu Pérez Osuna, periodista venezolana.
- Hector Antolínez, periodista venezolano.
Estos usuarios, además, suelen interactuar bastante entre sí a través de mensajes. La nube de palabras muestra quiénes son los que más sostienen conversaciones con otros usuarios dentro del grupo estudiado:
Resulta interesante las reiteradas menciones por estos usuarios a dos compañías tecnológicas locales, que parecen tener una relación cercana a las campañas de la oposición: Cisco Venezuela y Advatel. Algunas de las imágenes tomadas de las protestas violentas, que fueron intercambiadas por los usuarios, provienen del Centro Benaven, en Chuao, donde se encuentra la oficina de Cisco System de Venezuela.
Las cuentas más retuiteadas en la muestra total, fueron los siguientes:
La Ley del Tweet incorrecto
“La información inicial inexacta será retuiteada más que cualquier corrección subsecuente”, escribió Craig Silverman, periodista y fundador del blog Regret the Error, en una conferencia para el Poynter Institute donde demostró la Ley del Tweet Incorrecto. Prueba que es infinitamente mayor la difusión de la mentira en esta red social, que la verdad, y para ello utilizó el siguiente gráfico:
Silverman reveló los peligros, a menudo ignorados, acerca de las redes sociales como fuente de noticias y como herramienta para la movilización política. Concluyó que cuanto más sensacionalista es una historia, más probabilidad tiene de viajar lejos, por dos causas fundamentales: la información incorrecta está destinada a ser más provocativa e interesante que un desmentido; se presta poca atención a hacer correcciones en Twitter.
En esta selección de los 20 tweets más retuiteados por el grupo estudiado, se puede observar cómo lo más compartido han sido noticias falsas y mensajes de odio, entre ellos la “renuncia” del Presidente Nicolás Maduro y su “exilio” en Cuba, la “inclusión” de criminales en la lista de candidatos a la Constituyente, la “prohibición” de la venta de petróleo a Estados Unidos, el “anuncio oficial” de un gobierno de transición en el país dictado por la CIA y muchos más.
En el timeline de los usuarios que divulgaron estos mensajes -hemos seleccionado los 20 más retuiteados-, no aparece desmentido o rectificación de las falsedades emitidas:
Estados Unidos con el oído en Venezuela
La ofensiva contra Venezuela en los medios de comunicación social no es el resultado de unas cuantas “manzanas podridas” ni de jóvenes manipulados que participan en las protestas de la oposición. Estas técnicas de propaganda son utilizadas por figuras de la oposición de alto perfil, como vimos en la lista de los más activos, en operaciones de guerra psicológica. El entrenamiento y los recursos para utilizar las redes sociales contra Venezuela fue un objetivo explícito de la administración de Barack Obama, que ha continuado con Donald Trump.
Judith McHale, ex subsecretaria de Diplomacia Pública y Asuntos Públicos del Departamento de Estado, informó claramente cómo Washington utilizaba estas nuevas tecnologías contra países como Venezuela, Cuba y México, en un foro organizado por la Universidad Johns Hopkins en marzo de 2011.
“Los nuevos medios de comunicación y las tecnologías de conexión mejoran nuestra capacidad de escuchar… Las redes sociales proporcionan nuevas maneras de mantener nuestro oído al suelo”.
Y añadió:
“Por supuesto, no estamos interesados en desarrollar plataformas de medios sociales por el bien de tenerlas. Estamos interesados en la aplicación de los medios de comunicación social para promover nuestros objetivos estratégicos en las Américas.”
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=QdoSnCuq3wo]
Ese mismo año el Comité de Relaciones Exteriores del Senado financió una investigación acerca del uso, fortalezas y debilidades de las redes sociales en América Latina, y recomendó una estrategia conocida como la “doctrina de la conectividad efectiva” para expandir el uso de estas plataformas bajo control norteamericano y alineadas con la promoción de los intereses de EEUU en la región.
En junio de 2011, la Secretaria de Estado Adjunta para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson, aseguró en una audiencia en el Senado que el Departamento de Estado
“tiene programas que apoyan la formación de los medios de comunicación en Bolivia, Nicaragua, Venezuela y Ecuador; estos programas abordan el uso y el impacto de los medios sociales …”.
Bajo la administración de Donald Trump, el Departamento de Estado ha mantenido estos objetivos. Una de las metas en el presupuesto fiscal de 2018 presentado en mayo de este año, según la Justificación Presupuestaria del Congreso (Congressional Budget Justification o CBJ, en inglés), es la de financiar medios “tradicionales y digitales” fuera de Estados Unidos:
“Los profesionales del Departamento de Estado emplean una amplia gama de tácticas y herramientas para involucrar e influir en audiencias extranjeras, incluyendo intercambios (que se financian por separado), programas educativos, American Spaces (lugares para promover los valores que promueve el gobierno de EEUU) y campañas de información usando medios tradicionales y digitales.”
La desproporcionada expresión de la violencia simbólica en las redes venezolana, parece seguir al pie de la letra estas directivas. Nuestra investigación prueba que el 68% de los mensajes emitidos en julio con #hashtags asociados a campañas publicitarias de la oposición, incluyen el dato de geolocalización. De estos, el 47,2% de los tweets provienen de Estados Unidos.
Los usuarios más activos en el grupo, que reconocen explícitamente en su cuenta que residen en territorio estadounidense, son: @estebangerbasi, @pburelli, @ogarciamendoza, @delvastomundo y @thorhalvorssen.
Coda final
El binomio espectacularidad más dramatización de la violencia no solo incrementa los ingresos de las plataformas sociales, sino que ha ayudado a imponer la narrativa opositora en Internet contra el gobierno de Nicolás Maduro.
La mala noticia para los usuarios de estas redes es que los intoxican sin siquiera advertirle que alguien está ganando plata con propaganda de la peor factura y como la viralidad es el valor supremo de la red, cualquier cosa se acepta en el juego de satanizar a Venezuela. La buena noticia es que no hay como las redes sociales para ver el rostro descarnado de la violencia y para conservar la memoria de las bestialidades ajenas, que aparecen siempre que alguien busque la verdad. Y en estos casos, como ocurre en la calle con las turbas que queman personas vivas y lanzan cócteles molotov, es imposible disfrazar de pacifista a un guarimbero de Twitter.
Ejemplos de mensajes de odio y publicidad opositora replicada en Twitter y en Facebook, en el mes de julio.