Los cubanos rinden especial tributo por estos días al líder histórico de su Revolución, Fidel Castro, de quien hablan con una mezcla de admiración, respeto y añoranza,  pero siempre lo hacen en presente, pese a su partida física el 25 de noviembre del pasado año.

Para los millones de admiradores en la mayor de las Antillas del Comandante en Jefe, como le seguirán  llamando eternamente, Fidel  vive en cada uno  de sus compatriotas, y está allí, en cualquier punto de la Isla, donde apareció una y otra vez para sembrar  ideas y esperanzas, y escuchar a su pueblo.

La mayoría de los cubanos tiene una anécdota que narrar de su máximo dirigente y guía, y por estas jornadas cercanas al primer aniversario de  su desaparición física, lo hacen en diferentes actividades con marcado orgullo.

Muchos manifiestan que aún conversan con Fidel, que le piden consejos y ayuda en la toma de sus decisiones personales, y es muy frecuente escucharlos  expresar  entre lágrimas que le echan mucho de menos, como al familiar más cercano y querido.

Es que el hombre que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) intentó asesinar  con más de 600 intentos de atentados y los regímenes de turno de Estados Unidos pretendieron derrocar, sin nunca conseguirlo, está presente en cada alegría y triunfo de los cubanos, y también ante cada adversidad y tristeza.

El invicto líder de la Revolución del 1 de enero de 1959 en la mayor de las Antillas acompaña en cada momento a su pueblo, y para todas las generaciones, incluidas aquellas que menos lo conocieron,  los más jóvenes y  niños, es un ángel protector, y el ídolo de la bien merecida llamada Isla de la Dignidad.

El pasado viernes tuve la oportunidad de participar en La Habana en un conversatorio ofrecido por la periodista y biógrafa de Fidel, Katiuska Blanco Castiñeira, una entrañable y modesta mujer que le conoció de muy cerca, y se ha dedicado a investigar y escribir sobre la vida y obra del Comandante en Jefe.

La autora de varios libros, entre ellos “Fidel Castro Ruz, Guerrillero del Tiempo”, “Todo el tiempo de los cedros” y  “Ángel,  la raíz gallega de Fidel”,  conmovió con sus palabras a colegas, historiadores, economistas y diversas personalidades que se dieron cita en la sede de Asociación Cubana de las Naciones Unidas (ACNU).

En su dialogo, Katiuska aseguró que “Fidel es un Océano”, y claro lo dijo en presente, una frase que sinceramente nunca antes había escuchado decir sobre él, pero que lo define muy bien por su inmensa profundidad de pensamiento e ideas, y su incansable batallar frente a fuertes vientos del Norte en su contra.

Luego, en un aparte, su sencilla biógrafa cubana me lo esclareció aún más con un símil cuando expresó: Si miras hacia cualquier Océano,  por ejemplo al Pacífico, verás que la mar se te perderá en el horizonte y además no sabrás nunca cuan profundo puede ser. Lo mismo ocurre  con Fidel, de quien habrá que estudiar, descubrir, conocer y escribir siempre, afirmó.

Por REDH-Cuba

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