El desliz del FMI parece inclinar la opinión a una “mesa servida”, más que a un desastre económico, del cual a diario se forjan opiniones apasionadas.


 

Fuente: El Telégrafo

Un informe del Banco Mundial (Taking on inequality. Poverty and shared prosperity, 2016) destaca a Ecuador como el país de América Latina con mayor reducción de la brecha entre ricos y pobres, y mayor aumento del ingreso de este sector.

Otra nota del mismo BM (abril 2017, http://bit.ly/1GoUbEr), sostiene que entre 2006 y 2014 el PIB del Ecuador creció, en promedio al 4.3%, lo que permitió un mayor gasto público y sobre todo social y de inversiones. Gracias a ello, “la pobreza disminuyó del 37,6% al 22,5% y el coeficiente de desigualdad de Gini se redujo de 0,54 a 0,47 debido a que los ingresos de los segmentos más pobres de la población crecieron más rápido que el ingreso promedio”.

El BM reconoce que esos logros cayeron bajo riesgo por la baja de precios del petróleo, la apreciación del dólar y el terremoto de abril de 2016 en la Costa norte, de modo que entre 2014 y 2016 “el desempleo urbano aumentó de 4,5% a 6,5% y el subempleo urbano aumentó de 11,7% a 18,8%. En este mismo periodo, la pobreza y el coeficiente de Gini de desigualdad permanecieron básicamente estancados”. Pero también reconoce que las medidas que se tomaron por entonces lograron “moderar temporalmente” los efectos recesivos; aunque en el futuro se requerirá fortalecer al sector privado.

En su visita a Ecuador el pasado 29 de noviembre, Alejandro Werner, Director Departamento del Ministerio Occidental del FMI afirmó, en declaraciones públicas (http://bit.ly/2jy7lHF), que la situación de la economía ecuatoriana “nos ha sorprendido en el año 2017 de manera favorable, con un crecimiento mayor al que habíamos anticipado”.

También una comunicación del FMI (http://bit.ly/2iGVINF) aclaró que Werner sostuvo: “Es evidente que la economía está recuperándose a buen ritmo tras la recesión de 2016 y que la actividad ha sido más vigorosa de lo que habíamos previsto en nuestras proyecciones más recientes de octubre”.

El desliz del FMI parece inclinar la opinión a una “mesa servida”, más que a un desastre económico, del cual a diario se forjan opiniones apasionadas.

Por REDH-Cuba

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