Joao Pedro Stédile no solo es una referencia cuando se habla de los Sin Tierra de Brasil sino que actualmente es una de las figuras fundamentales de la resistencia al modelo neoliberal que trata de imponer el golpista Temer.


Por Carlos Aznárez
Son los hombres y mujeres del MST quienes se movilizan a diario en todo el país para protestar por la política económica y su correlato represivo impuesto por el gobierno brasileño. A Joao Pedro, con quien estuvimos en Sao Paulo horas antes de que el Parlamento postergara el tratamiento de la ley previsional hasta febrero, y le pedimos un cuadro de situación de la lucha en que está empeñado el pueblo de Brasil actualmente. Esto fue lo que nos dijo:

«Empecemos por el escenario general. A lo largo del año 2017 hubo mucho enfrentamiento entre nosotros y el gobierno. De nuestra parte, el momento más importante que llegamos fue el 28 de abril cuando realizamos una huelga general jamás vista por la clase obrera en este país. Pero ahí cometimos un error que no estaba bajo nuestro control, que sería de lanzar una huelga sin tiempo determinado. Si en ese momento hubiéramos mantenido la huelga habríamos tumbado el gobierno. Pero, contentos con el suceso, retrocedimos y el gobierno no fue derrotado».

Carlos Aznárez.- ¿Cómo influyó esa situación de retroceso en el movimiento popular?

Joao Pedro Stédile.- Se generó una correlación de fuerzas de equilibrio, nosotros no logramos tumbar al gobierno, nosotros seguimos sosteniendo que no hay solución sin tumbar al gobierno, y el gobierno a la vez no logró conquistar la adhesión popular. Es un gobierno que tiene 3% de adhesión popular. Entonces, eso generó una correlación de fuerzas de equilibrio.

Carlos Aznárez.- ¿Cómo llegan las fuerzas de oposición que ustedes integran a este difícil fin de año?

Joao Pedro Stédile.- Ahora llegamos al final del año, en que el gobierno acelera la reforma de ley provisional pero no tiene los votos. Entonces, la huelga que el movimiento obrero iba a realizar dos semanas atrás estaba encaminada a ser una advertencia. Era una huelga trabajada con todas las centrales y lamentablemente parte de la centrales se fueron para atrás con la ilusión de que el gobierno no seguiría adelante con la reforma jubilatoria. Sí, el gobierno retrocedió pero sólo una semana, pero siguió con su idea de sacar la ley.  Entonces, nosotros desde los movimientos populares, comprendiendo esa situación particular de las centrales, mantuvimos las manifestaciones como protesta y el sector campesino empezó una huelga de hambre simbólica para advertir e intentar burlar el bloqueo de la prensa. En eso estamos.

Carlos Aznárez.- ¿Desde tu punto de vista, es inevitable que salga la ley?

Joao Pedro Stédile.- No creo que el gobierno tenga votos para aprobar la ley provisional porque la forma como está puesta ahora no es la voluntad total del capital, entonces, ni tampoco es su proyecto inicial. Lo importante es que ya llegamos al final del año en esa situación de equilibrio, ninguno de los dos derrotó al otro y entraremos al 2018 donde la centralidad de la lucha de clases será la campaña electoral.

Carlos Aznárez.- ¿Con Lula como candidato y subiendo en los niveles de adhesión popular?

Joao Pedro Stédile.- Después del carnaval, aquí todo empieza en esa fecha, ya entraremos de lleno en la campaña electoral. Desde el lado de los movimientos populares, hay una unidad muy grande en que la candidatura de Lula se transformó en el símbolo de la clase trabajadora. Pero más que eso, por primera vez en la historia de Brasil tendremos una elección que será lucha de clases en el sentido más neto de la lucha ideológica, de un lado algún candidato del capital y del lado nuestro, Lula. El embate que va a haber en la campaña será tremendo, será una verdadera guerra ideológica. Entonces, nosotros en el mes de enero vamos a hacer varias reuniones de articulación para prepararnos para esa guerra ideológica que pasará por la necesidad de elegir a Lula en octubre del año que viene.

Carlos Aznárez.- ¿El mismo Lula de la anterior presidencia o Lula con un programa en el cual la lucha de clases quede expresada claramente para el lado de los oprimidos?

Joao Pedro Stédile.- Como ocurre en todas partes, pero aún más con Lula, porque Lula es un líder obrero, un líder de masas, no es un cuadro partidario que se formó en escuelas de cuadros ideológicos. Entonces, él siempre es resultado de la correlación de fuerzas. Ahora el sector de la burguesía nacional necesariamente está adoptando el discurso de la clase obrera, del movimiento popular. Entonces, Lula se volvió expresión del actual momento de la lucha de clases y de la voluntad de los movimientos populares.

Carlos Aznárez.- ¿Cómo crees que puede encajar una victoria de Lula en el marco latinoamericano actual de ofensiva imperialista y neoliberal?

Joao Pedro Stédile.- Los organismos norteamericanos se están moviendo por el Poder Judicial en Brasil. Pero están muy desmoralizados porque varios funcionarios corruptos de la derecha no hicieron nada a nivel investigación de actos de corrupción ni siquiera con Temer, con Aécio que es el líder de la derecha. Entonces, el Poder Judicial no tiene moral para querer perjudicar a Lula sin ninguna prueba y en este momento intentara inviabilizar su candidatura. Perdieron tiempo porque deberían haberlo hecho el año pasado cuando ahí si la derecha estaba en la calle y ellos tenían la hegemonía para ponerlo en la cárcel. Pero no lo lograron, entonces ahora, que Lula cuenta con el apoyo del 42% de los votantes, que es mayor que la suma de todos los demás, cualquier tentativa de impedir su candidatura se verá como un fraude y podrían lanzar a las masas a una batalla campal.

Carlos Aznárez.- ¿Qué representa Lula para la izquierda brasileña actual, qué esperan de él?

Joao Pedro Stédile.- Nosotros, desde la izquierda hemos dicho que Lula es candidato así o en la cárcel, para nosotros no importan las condiciones, claro que en la cárcel él tendrá su sacrificio personal, pero en la lucha de clases eso poco va a afectar. Lo importante es transformar la batalla electoral en una acción de lucha de clases ideológica para que haya durante la campaña una elevación del nivel político y cultural de las masas en Brasil. Eso no hay duda ninguna que ya está probado por ese método de las caravanas que Lula está haciendo por el país. En cada sitio que habla reúne 10, 20, 50.000 personas que van a verlo para debatir política.

Carlos Aznárez.- Hablabas recién de fraude. Honduras marca un camino en ese aspecto, en el sentido de que la gente va a votar, le roban la elección y sale a la calle a defender su victoria.

Joao Pedro Stédile.- Buen ejemplo. Creo que Honduras nos ayuda porque eso deja al pueblo brasileño más atento y ojalá el pueblo hondureño logre una victoria, que sería un triunfo para todo el pueblo latinoamericano. Aprovecho para enviar la solidaridad de todo el movimiento popular brasileño para el pueblo de Honduras. De una manera jocosa hemos dicho que ya que la diplomacia brasileña ha sido, por lo menos en los tiempos de Lula, solidaria con Honduras, ahora queremos también ofrecer asilo a este señor JOH, que venga a Brasil que le vamos a dar una parcela de tierra para que pueda sacar el sustento con sus propios brazos.

Carlos Aznárez.- Un dirigente del MST acaba de sufrir en Minas Gerais un atentado ¿Está esto repitiéndose? ¿En el campo hay paramilitarismo? ¿Las llamadas guardias blancas de terratenientes están otra vez en operaciones?

Joao Pedro Stédile.- En la lucha de clases en el campo siempre hay conflictos y siempre hay violencia. Nosotros en el MST en verdad nos hemos protegido con nuestra organización, entonces, hemos sufrido menos bajas porque la misma organización protege a los líderes, todo lo que hacemos es de forma masiva y esa es la protección que tenemos para la vida de los compañeros. Sin embargo, aquí y ahora siempre sucede algo, pero los latifundistas no han logrado una ofensiva para resolver los conflictos sociales con las armas. Los problemas que tuvieron más repercusión, incluso en la prensa internacional, fueron en la frontera agrícola donde los latifundistas quieren apropiarse de tierras públicas donde vive gente y esa gente no está politizada, organizada, entonces resuelven esos problemas a balazos. En la frontera agrícola siempre hubo mucha violencia y sigue existiendo pero no es un movimiento organizado de latifundio. El latifundio en Brasil ahora es completamente dominado por el capital internacional y financiero, por las grandes empresas, entonces ellos tratan de cuidarse para no tener consecuencias como cuando vino hace como cinco años la multinacional Syngenta de Suiza, quien contrató pistoleros y nos mataron a un líder. Pero eso repercutió de tal forma, incluso en Suiza, que aquella hacienda que ellos usaron para hacer experimentos de maíz transgénico, el gobierno de Paraná la desapropió y hoy es una hacienda para hacer experimentos agroecológicos.

Por REDH-Cuba

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