Durante los malos tiempos de la CIA, allá por el lejano 1975, la Comisión Church del Senado estadounidense reveló algunos de los trapos sucios de la agencia, incluidos programas de asesinatos a dirigentes extranjeros, en los que se llevaron los laureles de perversidad las reiteradas acciones y planes contra el líder cubano Fidel Castro, entre los que resaltó una operación para rociar con el alucinógeno LSD un estudio de la televisión cubana utilizado por el entonces primer ministro para que durante una comparecencia se expresara de forma incoherente, se le desorganizara la conducta y perdiera su prestigio y liderazgo.
De esta forma el espionaje estadounidense intentó aplicar su técnica de “asesinato del carácter” contra su principal adversario en la región, procedimiento basado en la aplicación de acciones directas o por campañas mediáticas, rumores constituidos sobre mentiras o reales incriminaciones manipuladas de transgresiones de las leyes y de la ética que condenaban al “objetivo” a una muerte cívica, relevando por el momento a los matones reales de su sórdido trabajo.
En la actualidad los homicidios virtuales perfeccionados por los órganos de inteligencia y los círculos de poder globales en la era de Internet pueden ser múltiples e incluir a sectores completos de los movimientos progresistas y clases políticas de países considerados enemigos por estamentos del poder de EE.UU y sus aliados.
Un escándalo recorre el mundo
Desde inicios de 2016 recorre el mundo vía web un escándalo y tragedia para muchos notables. Es el llamado caso de “Panama Papers”, originado en las revelaciones sobre operaciones delictivas de la firma de abogados panameña Mossack_Fonseca que afectaron a hombres de negocios y de la política mundial al relacionarlos en turbias transacciones en paraísos fiscales de compañías off shore, principalmente radicadas en pequeñas islas del Mar Caribe y el Mar Pacifico.
El escándalo fue destapado por un llamado Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), compuesto por más de cien profesionales y órganos de prensa de diferentes naciones que coordinadamente se dedican a realizar indagaciones de forma conjunta y que son replicadas por una gigantesca batería de medios de prensa occidentales de acuerdo con la voluntad de importantes poderes que están detrás de esas líneas de ensamblajes globales de “asesinato de carácter.”
Aunque según lo publicitado, el ICIJ no obtuvo la información directamente ya que le fue entregada por el importante diario alemán ‘Süddeustche Zeitun, miembro del consorcio y no vinculado al activismo social, se desconoce quién o quiénes pusieron las manos sobre los archivos de la firma panameña, ni que medios utilizaron para acceder a tal bomba informativa.
Como apoyo financiero de la ICIJ aparecen las fundaciones Ford y Rockefeller, ambos ejemplos de manual denunciados por servir de coberturas a la CIA durante la Guerra Fría e igualmente el Departamento de Estado reconoció que costeó la investigación sobre los papeles Panamá (http://goo.gl/GE8nPI).
Pero el donante estrella es la auto titulada organización sin ánimo de lucro e independiente, Open Society Foundation (OSF), creada en 1993 por George Soros, quien es dueño de la octava fortuna financiera mundial calculada en alrededor de 25 mil millones de dólares e importantísimo contribuyente de las revoluciones de colores contra gobiernos incómodos a Washington realizadas en el último cuarto de siglo.
Además la OSF invierte sus millones en promover un liderazgo para el nuevo milenio regido por una élite financiera capitalista que suplante los estados nacionales, para perpetuar la sociedad abierta y liberal burguesa como vislumbró el intelectual Francis Fukuyama, funcionario del Departamento de Estado que consideró esa era la etapa histórica que vendría después de lo que consideró fin de las ideologías y de la lucha de clases como consecuencia de la conclusión de la Guerra Fría y la desaparición de la URSS y el llamado socialismo real.
Las contribuciones de Soros, además de controlar y sufragar un amplio circuito de medios de información, van dirigidas a un sector de organizaciones y corrientes sociales, partidos y ONG que incluyen desde movimientos promotores del respeto por la diversidad sexual, por el derecho de las mujeres, la despenalización de la droga, legalización del aborto, defensa de la emigración y otras causas en las que se calcula que la OSF ha invertido de más de 8 mil millones de dólares hasta nuestros días, los cuales les sirven para comprar voluntades, distorsionar y debilitar las luchas sociales contra el sistema hegemónico burgués .
El clientelismo de la OSN es de tanta magnitud que puede competir y colaborar con gobiernos, organismos de inteligencia y con la propia CIA, para llevar adelante programas para forzar cambios de regímenes y subvertir la sociedad civil global con su gran mega proyecto de soft power de rostro privado de las grandes élites de dominio financiero mundial.
Buena parte de las revelaciones de los llamados papeles de Panamá se relacionan en primer orden contra instituciones y personas que engrosan la lista negra de enemigos asumidos por EE.UU por sus vínculos con el terrorismo, el tráfico de drogas o porque ayudaron a países como Corea del Norte.
Es atacada también la memoria del fallecido presidente argentino Néstor Kirchner y la integridad de su viuda la ex mandataria Cristina Fernández, quienes aparecen en las primeras planas de las revelaciones reiteradas en los medios occidentales.
Hombres dentro de los círculos de relaciones de los presidentes de las potencias adversarias de EE.UU, China y Rusia, Vladimir Putin y Xi Jinping han salido vinculados con presuntos hechos de corrupción en compañías para escapar al pago de impuestos.
Entre los relacionados con el mandatario asiático se encuentran uno de sus cuñados y el ex ministro de Comercio y se hace especial hincapié en destacar como clientes de la compañía panameña y supuesto amigo del presidente ruso, el director de orquesta Sergey Roldugin y los hermanos multimillonarios Arkady y Boris Rotenberg, informaciones también replicadas hasta la saciedad por los disciplinados medios controlados por Soros, la USAID y fundaciones estadounidenses, aunque no afecten ni aporten pruebas contra los dos estadistas. Pero la reiteración de sus nombres en ese nocivo contexto tiene su efecto en los centenares de millones de usuarios de los medios.
La familia del presidente sirio, Bashar Assad, contra el cual los intereses occidentales con EE.UU a la cabeza fomentan una enconada guerra civil desde 2011, destacan en los resultados de las investigaciones de ICIJ y son imputadas con negocios fraudulentos la organización chiíta libanesa Hezbolá, que se enfrenta con éxito al poder militar sionista y es un aliado importante del gobierno sirio, en su combate contra el terrorismo y la intromisión sionista y de la OTAN.
Thierry Meyssan, destacado investigador de la actividades encubiertas de la CIA en Europa y director de la Red Voltaire, va más allá de enjuiciar la escorada tendencia hacia la derecha de la ICIJ y califica que los “papeles de Panamá” son una expresión de la concentración del sistema financiero global y sus sucios mecanismos de los paraísos fiscales por Estados Unidos, Gran Bretaña, Holanda e Israel, para administrar los 40 o 50 billones de dólares que mueven anualmente los paraísos fiscales, algo en lo que Soros es un avezado manipulador. (https://goo.gl/OSJ06g)”.
¿Víctimas desechables?
Pero el descorche del lodazal en curso presenta entre sus damnificados a figuras del otro bando vinculados de alguna manera al sistema hegemónico estadounidense, que podrían funcionar como víctimas desechables para aportar supuesta credibilidad y objetividad en las investigaciones del ICIJ controladas por Soros y sus asociados.
Entre los más representativos afectados aparecieron en las filtraciones José Manuel Soria, ex ministro español, que dimitió tras su implicación, David Cameron, primer ministro británico, implicado por la inclusión de su padre en los documentos; Nawaz Sharif, primer ministro de Pakistán, y Sigmundur David Gunnlaugsson, ex primer ministro islandés, que dimitió tras su implicación, y el fango llega hasta Jared Kushner, yerno del presidente Donald Trump y esposo de su hija Ivanka.
Aunque no debe extrañar el ataque al mandatario, si detrás del escándalo se encuentra George Soros, destacado contribuyente a la campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton en las pasadas elecciones y crítico de la administración estadounidense por considerar que su política favorece el deterioro del poder capitalista global.
En la región, el presidente argentino Mauricio Macri y el escritor de derecha peruano Mario Vargas Llosa también ocupan lugares de la lista de los usufructuarios de los delitos en los paraísos fiscales.
Tampoco escapan estrellas del deporte mundial y los espectáculos como los hermanos Pedro y Agustín Almodóvar, director y productor de cine españoles, la actriz británica Emma Watson, conocida por su papel de Hermione en la saga de Harry Potter, el cantante y músico dominicano Juan Luis Guerra y el delantero del Barcelona, Leo Messi junto a su padre Jorge Horacio Messi, entre otros famosos mundiales.
La firma Mossack Fonseca, la gran piñata que recibe los golpes precisos para que suelte las rebatiña de informaciones calculadas sobre la jauría de medios controlados por los manipuladores de Soros y la USAID tiene una nómina de 500 empleados en más de 40 oficinas alrededor del mundo.
Los principales asociados de la firma también presentan una trayectoria personal que evidencian no son neófitas víctimas propiciatorias de sus turbios negocios con los que se han enriquecido durante 40 años.
Ramón Fonseca nació en 1952 en el seno de una familia adinerada y junto a su colega fundó esta firma durante 1987 en Panamá, que de inmediato comenzó a florecer con viento a favor en los años del régimen del general Roger Noriega, quien de agente de la CIA con fotografía incluida junto al entonces jefe de esa Central de inteligencia, George Bush, pasó a liderar un proceso nacionalista en su país hasta que acusado por Whashington de narcotraficante y de lavar dinero sucio proveniente de ese negocio, fue derrocado y llevado a cárceles estadounidense tras la invasión norteamericana a ese país en 1990.
Fonseca, joven abogado quien dice que para esa época desistió de querer cambiar el mundo después de un intento de convertirse en sacerdote, se interesó por las finanzas e inició la aventura de su firma.
Se refleja en su biografía oficial que, además de su adicción por las estadísticas matemáticas y las leyes, es un novelista con una obra publicada en las que trata asuntos relacionados con la intriga política y los negocios, lo cual evidencia ser una persona nada ajena a las maquinaciones y riesgos que significa diseñar empresas para obviar el pago de impuestos y lavar activos de dudosa procedencia.
Su otro socio, Jürgen Mossack, nació en Alemania en 1948 y de pocos años emigró para Panamá a inicios de la década de 1960, junto a su padre, un tardío beneficiado con la llamada ruta de las ratas que bajo la tutela de los órganos de inteligencia de EE.UU facilitó el escape de criminales alemanes hacia América Latina, ya que el padre efectivamente fue un nazi confeso y oficial de la SS que optó por poner el Atlántico por medio y refugiarse en la región.
Por tal motivo su hijo debió crecer con esa historia muy cercana de persecuciones, asesinatos y complots políticos que tuvo que trasladarle el progenitor, quien llegó inclusive ya en su madurez a desempeñarse como agente de la CIA en acciones contra Cuba en la década del sesenta, según referencias en la red.
Esa carga familiar no impidió y al contrario pudo facilitar que el joven Mossack hiciera una brillante carrera en los negocios llegando a la cúspide con la hoy famosa firma que también lleva su nombre.
En 2013, la oficina de ambos obtuvo ganancias por más de 42 millones de dólares y sus implicaciones en los negocios dolosos se encuentran entre los 2,4 terabytes de información que dice tener el ICJ al parecer conseguidos por medio del hackeo del gobierno informático de la firma y también por la compra de personas o reclutamiento según la jerga policíaca, para sustentar lo que se dice es la mayor filtración periodística de la historia.
Mercado de lealtades o reclutamientos masivos
Revelar o no esos secretos ponen en estado de compromiso y desamparo a instituciones y a muchos jugadores del difícil y riesgoso ejercicio de la especulación financiera mundial incluyendo el lavado de capitales del narcotráfico, el tráfico de armas, la prostitución y otros que suelen esconderse en los seguros paraísos fiscales que al parecer en el futuro estarán bajo la acechanza completa del establishment del Norte.
No obstante, el ICJ declaró que su intención no es actuar como lo hace WikiLeaks, al poner en circulación en la red todo el caudal informativo para favorecer y democratizar una especie de consumo social, alegando que una publicación en bruto de la base de datos comprometería a personas inocentes.
Ante esta declaración, muchos potenciales complicados pueden respirar tranquilos ante la salida de la negociación para un arreglo con los dueños de sus secretos en manos de hombres de paja de George Soros y de sus aliados.
Pero a juzgar por la cantidad millonaria de documentos, y los poderosos padrinos de la investigación la ICJ garantizará un gran mercado de absoluciones al actuar como una gigantesca “perdonavidas” o destructora de reputaciones como especie de espada de Damocles que penderá de un hilo sobre los verdaderos corruptos de cuello blanco del mundo que tendrán que adaptarse a los presentes tiempos y a los nuevos gerentes del negocio sucio con los cuales negociar o implorar.
Mientras para William Assange, promotor de WikiLeaks y de las denuncias de los negros secretos de la administración estadounidense, no hay perdón y es un objetivo prioritario de una campaña mundial de “asesinato del carácter”, por medio de un paquete judicial de supuesta violación contra una periodista sueca vinculada a la CIA, a la vez la larga mano de la justicia estadounidense le tienen asegurada una detención segura y largos años de prisión si abandona su refugio en la sede ecuatoriana en Londres, donde no le está permitido actuar en la red, por la presión del gobierno inglés que por días viene trastocando su exilio en una prisión preventiva que le hace difícil resistir y lesiona su estado de salud.
Quizás la monopolización de los trapos sucios ajenos por EE.UU y sus aliados en proporciones de terabytes llevará el “asesinato del carácter” a un nivel tal que los convencionales métodos de sus servicios especiales basados en la utilización de periodistas, órganos de prensa y denunciantes asalariados de la época del teletipo y la impresión de plomo junto a fisgoneos policíacos tras hurgar en las miserias de una persona, parecerán iniciales técnicas artesanales ante el poder del estado policíaco con el que sueñan establecer los representantes del capitalismo global del nuevo milenio.
Fuentes consultadas:
http://www.monografias.com/docs110/francis-fukuyama-fin-historia/francis-fukuyama-fin-historia.shtml
https://imagenesparamemoriar.com/2015/06/03/informe-church-usa-accion-encubierta-en-chile-1963-1973/
https://www.hispantv.com/noticias/opinion/252897/panama-papers-papeles-wikileaks-eeuu-israel
http://www.voltairenet.org/article191146.html
http://www.juventudrebelde.cu/internacionales/2016-04-08/la-usaid-vinculada-a-los-panama-papers
http://www.abc.es/internacional/abci-quienes-realmente-mossack-y-fonseca-201604090042_noticia.html
http://www.cubadebate.cu/etiqueta/corrupcion/
https://idl-reporteros.pe/papeles-incendiarios/