Discurso pronunciado por Salvador Sánchez Cerén, presidente de la República de El Salvador, en la plenaria especial sobre el pensamiento de Fidel, durante el XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo, efectuado en el Palacio de Convenciones, La Habana, el 17 de julio de 2018, “Año 60 de la Revolución”.
(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
Compañeras y compañeros:
Celebramos esta reunión del Foro de Sao Paulo en un momento crucial para el destino de nuestros pueblos y sus esperanzas de una vida mejor, de progreso, en paz y sin la pobreza y el hambre que afectan a millones de nuestros hermanos en América Latina y el Caribe.
Es una gran oportunidad para fortalecer la confianza y el optimismo en nuestras capacidades de lucha, para sacar las experiencias necesarias y unirnos más para transformar para bien la situación de nuestros pueblos y enfrentar con éxito a las poderosas fuerzas que tratan de perpetuar sus privilegios.
Con esa convicción, saludo a todos los representantes de partidos y organizaciones de izquierda de América Latina y del mundo aquí reunidos. Reciban un fraternal abrazo del valiente pueblo salvadoreño y del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN (Aplausos).
Seguimos de pie. Continuamos avanzando. Esta vez desde la heroica ciudad de La Habana el Foro de Sao Paulo se reafirma como el principal espacio para el fortalecimiento de nuestras ideas, la reflexión y compartir experiencias muy necesarias para cosechar nuevas victorias.
Como izquierda tenemos que continuar siendo la esperanza de nuestros pueblos, con alternativas políticas viables y eficaces. Somos herederos de un heroico legado de siglos de lucha, una fuente inagotable de experiencias que confirman que sí es posible ese mundo mejor por el cual trabajamos.
Nuestro proyecto transformador trasciende tiempos y fronteras; somos el resultado de cientos de años de lucha. Nuestra voz es la de millones de hombres y mujeres que nunca han abandonado la esperanza, protagonistas de los triunfos que confirman lo que podemos hacer por el bienestar y progreso de nuestra América. Luchamos por una América Latina justa, próspera y digna, con oportunidades para todos y todas.
Rindo mi sincero homenaje a esos grandes revolucionarios que, a pesar de que ya no están físicamente con nosotros, continúan inspirando a miles y miles de jóvenes y recorriendo nuestra América con sus ideales de justicia, hermandad e igualdad: Fidel Castro, Schafik Handal, Hugo Chávez y otros muchos héroes y heroínas (Aplausos).
Felicitamos al pueblo mexicano por el reciente triunfo electoral. La victoria del histórico luchador social y nuestro apreciado amigo Andrés Manuel López Obrador (Aplausos y exclamaciones), con el Movimiento Regeneración Nacional, inicia un nuevo ciclo de trabajo, transformaciones y esperanza para la hermana república mexicana.
Compañeros y compañeras:
En casi tres décadas de existencia del Foro de Sao Paulo hemos pasado por las más diversas experiencias, y todas nos han dejado importantes lecciones que, como izquierda, estamos obligados a no dejar de lado.
Así como celebramos las conquistas electorales, iniciadas con el triunfo del compañero Hugo Chávez en 1998, también hemos tenido reveses.
Nuevamente, América Latina atraviesa una situación compleja. La derecha oligárquica arrecia su embestida contra los gobiernos que promovemos una agenda que pone al centro el pleno desarrollo humano y la solidaridad entre nuestros pueblos por encima de la ganancia y el egoísmo.
En esta nueva arremetida, las fuerzas de derecha se apoyan y utilizan diversos mecanismos, incluidos aquellos en apariencia jurídicos, para detener los proyectos de cambio iniciados por gobiernos nacidos del pueblo.
Apelan también a la propagación de la desilusión y la apatía hacia la política para desmovilizar las luchas populares con la intención de perpetuarse en el poder.
A pesar de las nuevas artimañas de la derecha, los objetivos que persiguen son los mismos. Los países que han retornado a fracasados gobiernos de derecha enfrentan ahora un retroceso económico y social, que empeora duramente las condiciones de vida de la población.
Con nuestra unidad y, sobre todo, en unión estrecha con el pueblo y sus organizaciones, derrotaremos esos intentos de hacer retroceder la historia y las conquistas alcanzadas en duras jornadas de lucha.
Reitero nuestra solidaridad con los expresidentes de Brasil y Ecuador, Lula Da Silva y Rafael Correa, respectivamente, (Aplausos), quienes enfrentan procesos fraudulentos para impedir sus candidaturas presidenciales y sus seguras victorias en próximas elecciones.
Nos solidarizamos también con el gobierno y el pueblo de la hermana Nicaragua (Aplausos y exclamaciones) ante los intentos desestabilizadores para alterar el orden constitucional, derrocar por la fuerza al gobierno legítimamente electo y arrebatar a la población los grandes avances sociales y económicos, en uno de los países que alcanzó el mayor crecimiento y estabilidad en la región.
Respaldamos la decisión del presidente Daniel Ortega de mantener un diálogo respetuoso para encontrar acuerdos, que permitan a esa hermana nación detener la escalada de violencia y continuar por la senda del progreso y mejoramiento de la calidad de vida de la población, en paz y con estabilidad democrática (Exclamaciones de: “¡Nicaragua quiere paz!” y Aplausos).
Nuestro abrazo solidario al pueblo, partido y gobierno de Cuba, ya en las vísperas del 60 aniversario de la revolución triunfante liderada por Fidel. Ratifico la firme condena de El Salvador al bloqueo impuesto por Estados Unidos a este valiente pueblo.
Nuestra solidaridad también con la República Bolivariana de Venezuela, su pueblo y gobierno (Aplausos), cuya lucha continúa derrotando los esfuerzos por destruir las transformaciones iniciadas por su líder histórico, nuestro querido Comandante Hugo Chávez (Aplausos).
Compañeras y compañeros:
En esta desafiante coyuntura que impera en América Latina, el pensamiento y el ejemplo del compañero Fidel Castro es más vigente y necesario.
Fue precisamente en un momento cuando todo parecía adverso para las fuerzas progresistas, que Fidel y el compañero Lula da Silva tuvieron la idea de convocar al encuentro que ahora llamamos Foro de Sao Paulo.
Fundaron un potente movimiento a favor de la más amplia convergencia de fuerzas revolucionarias, de izquierda, progresistas y democráticas de la región, cuyo principal objetivo era la unidad en la lucha contra el neoliberalismo.
Con los anhelos de Fidel forjamos en el Foro de Sao Paulo las ideas de unidad, integración, concertación y colaboración regional, que inspiraron la creación del Alba, Unasur, Celac y otros mecanismos.
La visión y el compromiso del compañero Fidel de crear una conciencia de unidad latinoamericana continuará guiándonos hacía ese porvenir de integración al que él llamó. Sus ideas y su ejemplo, su moral inquebrantable y su perseverancia, seguirán marcando el rumbo de nuestro trabajo como hombres y mujeres de izquierda.
Fidel vislumbró espacios como el Foro de Sao Paulo, donde ahora podemos reafirmar, con su visión y legado, los valores de un revolucionario.
Gracias a su visión y la de otros líderes, ahora la izquierda tiene un espacio estratégico que le permite discutir, consensuar ideas y buscar estrategias para consolidar la lucha hacia la autodeterminación de los pueblos.
El persistente llamado del compañero Fidel a fortalecer la unidad, integridad, analizar errores e incluir a todos los sectores de la población en la lucha, está más vigente que nunca.
La izquierda en Latinoamérica debe continuar con la firmeza y espíritu de victoria de Fidel frente a la escalada de la derecha y las fuerzas oligárquicas que pretenden desbaratar el progreso de los pueblos.
El reto más urgente es continuar en la avanzada progresista utilizando toda nuestra experiencia, conquistar con las ideas el cambio todos los espacios de lucha y debate, incluyendo el digital y las redes sociales, porque el proyecto político, humano y progresista de las grandes mayorías populares es totalmente legítimo e irrevocable.
Triunfos y derrotas configuran valiosas y útiles lecciones a considerar para enfrentar el nuevo embate del neoliberalismo, y defender las conquistas que han costado la sangre y el sufrimiento de nuestros pueblos.
Estamos llamados a fortalecer la unidad de las fuerzas populares, a organizar un potente y amplio movimiento social en el que mujeres, trabajadores, campesinos, indígenas y jóvenes, ¡todos! cerremos filas ante la amenaza neoliberal.
Ahora, como nos enseñó Fidel, ningún porvenir tendríamos sin la unidad y sin la integración.
El poder de seguir cambiando las injusticias por nuevas oportunidades para la gente está en la organización. Los partidos y los gobiernos tenemos nuevas luchas, nuevos desafíos, en pos de tomar el sentir de la población y concentrarlo en una sola lucha.
No volveremos al pasado de desesperanza que la derecha continental implantó en nuestros países.
El Foro de Sao Paulo continuará consolidándose como el imprescindible instrumento legado por Fidel y Lula, que nos permitirá reagrupar nuestras fuerzas y reafirmar nuestros ideales democráticos y revolucionarios.
Por una Latinoamérica más justa y por la defensa de los derechos de los pueblos: ¡Venceremos!
Muchas gracias (Aplausos).
Fuente: Granma