Llegué a Asunción con el corazón acongojado.  Había hecho un recorrido por las Misiones Jesuíticas, particularmente la de San Ignacio.  Tenía como antecedente la película Misiones, la cual no hace justicia a esa asombrosa  experiencia.  Lo primero que impresiona es la estructura física: Poblados de piedra donde había bibliotecas, escuelas, viviendas, comedores colectivos con sótanos donde se preparaba la comida, perfectamente ventilados.  Cementerios verticales para que cupieran los muertos, templos que aún conservan su maravillosa arquitectura, conucos que hacían autosuficientes alimentariamente las Misiones y la maravillosa música barroca.  No hace tanto  se rescataron los manuscritos de Zippoli, aquel rival de Vivaldi que ingreso a la Orden de los Jesuitas y convirtió a los niños indígenas en coros de ángeles.

¡Cuánta maravilla y cuánta capacidad del ser humano de recrear a  Dios en la tierra!

Un espectáculo de luz y sonido nos trasladó a las Misiones,  allí vimos como evangelizaron los Jesuitas a los guaraníes con la música, dado el encantamiento de las flautas, violines y chelos.  Las Misiones son paraísos para los músicos de ayer y de hoy, y un ejemplo de cómo se educa musicalmente, algo de lo que hablare en otros artículos.

Llegue a Asunción con esa pena y con lo que ya sabía de la Guerra de la Triple Alianza, donde Brasil, Argentina y Uruguay,  con el apoyo del imperio británico, le declararon la guerra al país más avanzado de América, provocando un desastre demográfico donde Paraguay perdió el 90% de su población masculina adulta, el 85% de su población total, y 334,126 kilómetros de su territorio al Brasil.   En el Panteón a los Héroes vi los ataúdes de los niños soldados, aquellos que con siete, ocho, y nueve años reemplazaron a sus padres en la línea de combate.

 ¿Cuál fe el pecado del Paraguay? Bajo la dictadura de un intelectual ilustrado, el Dr. Rodríguez Francia, las cual duro 26 años,  versión entre Trujillo y Balaguer (leer YO EL SUPREMO, de Roa Bastos): desarrollarse como país exportador de algodón, yerba mate, y maderas preciosas; crear una línea ferroviaria, un arsenal y astilleros con siete barcos de vapor;  la primera fundición de hierro de Sudamérica;  primer telégrafo , y un sistema educativo obligatorio para todos los jóvenes, muy diferente al de Inglaterra donde dos millones de jóvenes no tenían acceso ni a escuelas ni colegios.

Hoy, bajo el gobierno del hijo del secretario personal de Stroessner; político de dudosa reputación por sus supuestos vínculos con el narcotráfico; Paraguay se apresta a repatriar los restos de Stroesner del Brasil, (donde reposan para horror de las víctimas de esa dictadura),  si gana Bolsonaro, un brutal fascista, que destruirá el legado de Lula.

Por REDH-Cuba

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