Quiero tratar en este trabajo sobre el angustioso costo humano diario que les impone a millones de cubanas y cubanos la política genocida de Bloqueo.
¿Por dónde empezar hoy? Quizás por los de más edad entre nosotros; pienso que son los que más sufren las consecuencias de esta inhumana política. Como todos sabemos los gobiernos de Estados Unidos prohiben, como parte del Bloqueo, la venta de medicinas y todos los otros productos farmacéuticos, etc., producidos por los gigantescos consorcios estadounidenses de esta industria. Como también prohíben la venta a Cuba de estos productos a otros consorcios farmacéuticos de otros países asociados de alguna manera a los primeros; inclusive si alguno de estos productos tuviera algún elemento producido por la industria farmacéutica estadounidense; aún materias primas de esta industria no se le pueden vender a Cuba.
En Miami una prima mía tiene la difícil tarea de cuidar en su casa a su mamá de 93 años, quien es cardíaca. Mi tía necesita para vivir tomar al menos 15 diferentes medicinas al día. Además de los innumerables pampers que hay que cambiarle, también diariamente, para que se sienta bien, cómoda; porque entre estas medicinas le recetan un diurético.
En Cuba en estos tiempos esto es prácticamente imposible.
No obstante, en Cuba, la edad promedio de vida de la mujer es un poquito más de 81.3 años, mientras en Estados Unidos la edad promedio de vida de la mujer es 81.1 años, muy similar a la de las cubanas. Y esto Cuba lo logra a pesar de todas las penurias impuestas por el Bloqueo. Extraordinario e increíble, ¿verdad?; pero cierto… muy cierto.
Aunque, ¿pudiéramos imaginarnos cuán difícil se le hace a una familia cubana para atender debidamente a una anciana o a cualquier enfermo –una madre, un padre, un hijo, una abuela, una tía, un hermano? ¿Cuán difícil se hace para que ese enfermo mujer, hombre, niña o niño, pueda ser atendido o atendida debidamente, como requiere su estado de salud y sus derechos como persona? Si es que, a consecuencia de estas brutales medidas del Bloqueo, esto resultara del todo posible.
En La Habana, más bien en La Lisa, mi mejor amigo y su hermana tienen la responsabilidad de atender a su abuela, excelente mujer, de 78 años de edad quien ha estado sufriendo de un cáncer de la vejiga, por los últimos siete años. Gracias a los logros de la industria farmacéutica cubana, a pesar del Bloqueo, tuvieron la oportunidad de arrestar, retrasar, el crecimiento del tumor por un largo tiempo. Aunque ya no es así, el tumor maligno se le ha extendido al colon.
¿Imaginan ustedes los dolores que sufre la abuela de mi amigo a consecuencia de esta enfermedad?
Entre marzo de 2017 y abril de 2018 el Bloqueo afectó negativamente a la economía cubana en más de 4 mil millones de dólares. Se estima que durante las últimas seis décadas el Bloqueo le ha costado a Cuba alrededor de 933 mil 678 millones de dólares.
¿Puede concebirse la afectación, el sufrimiento mas bien, a una población actualmente de once millones de personas que produce la pérdida, solamente el año pasado, de 4 mil millones de dólares?
Por todas estas graves carencias que el Bloqueo le impone al pueblo cubano, y específicamente en el terreno de la salud, las medicinas, en este caso los calmantes, que la abuela de mi amigo requiere para aliviar los dolores que le causa su enfermedad, son sumamente restringidos, y sólo disponibles a pacientes hospitalizados. Eso es debido porque éstos no alcanzan; porque el Bloqueo impide que alcancen los calmantes para distribuir prácticamente de manera gratuita a las personas que sufren de cáncer y otras enfermedades que requieren de ese tipo de calmantes.
Debo señalar que en los últimos tiempos las medicinas que se obtienen con recetas en las farmacias del país están en falta. Muchas veces, por ejemplo, no hay ni las indispensables, con la regularidad requerida, para enfermos de diabetes.
En el caso de la abuela de mi amigo, ni él ni su hermana pueden cruzarse de brazos ante semejante tragedia; porque una tragedia es. Como tampoco pudiéramos cruzarnos de brazos cualquiera de nosotros confrontado ante semejante situación.
Y de alguna manera mi amigo y su hermana consiguen los calmantes que son requeridos para aliviar el brutal dolor que el cáncer le produce a su abuela.
Esa también es una consecuencia alevosamente premeditada de la política de Bloqueo: a través de una política de genocidio intentar lograr el desgarramiento moral de sus víctimas y del orden legal de la sociedad en que viven.
En Cuba socialista, sociedad justa sin par, los de más edad y los enfermos en general, son los que más sufren los efectos de la criminal política del Bloqueo, pero para la exasperación y frustración del imperialismo, los cubanos y las cubanas, quienes por seis décadas han sufrido todas las consecuencias del Bloqueo, la inmensa mayoría no se rinde, ni se rendirá; aunque sí aprenden de corazón a conocer a fondo la naturaleza vil y sadista de sus enemigos. //