Preparémonos para nuevas batallas, preparémonos para renovar la esperanza, preparémonos para la victoria.
Al cumplir 14 años de su fundación, la ALBA-TCP ha hecho historia como instrumento de concertación política, de acciones económicas conjuntas y, principalmente, como articulador de programas sociales no únicamente limitados a sus integrantes, sino extendidos a otros muchos países de América Latina y el Caribe. Su trayectoria solidaria no tiene paralelo con la de ninguna otra agrupación internacional.
En su intervención el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, recordó, entre otros logros de la ALBA, los más de 2 millones 800 mil latinoamericanos y caribeños que recuperaron la visión mediante la Operación Milagro, la erradicación del analfabetismo en Venezuela, Bolivia y Nicaragua, los más de 12 mil médicos de países de la ALBA formados en Cuba y Venezuela, las más de 30 millones de consultas médicas brindadas y las 4 millones 163 mil 167 personas alfabetizadas en la región mediante el método cubano Yo sí puedo. La ALBA, añadió, es un paradigma de solidaridad, cooperación y concertación, esos valores son su principal fortaleza.
El mandatario cubano denunció que los enemigos de la independencia latinoamericana intentan impedir que se mantengan en el poder los gobiernos progresistas, para lo que usan la injerencia, la subversión, las agresiones económicas y la amenaza del uso de la fuerza. Subrayó que defender la vigencia de la Proclama de América Latina y el Caribe Como Zona de Paz adoptada en la cumbre de la Celac en La Habana es esencial para defender la estabilidad de la región. Calificó de imperativo la defensa de la ética y la justicia y el rechazo a la judicialización de la política, con la cual se intenta condenar a fuerzas progresistas en países como Brasil.
En la reunión se apreció el talento político de los líderes de los pequeños estados insulares del Caribe oriental. Ralph Gonsalves, primer ministro de San Vicente y las Granadinas, consideró que ha sido precisamente la posición de la ALBA-TCP la que ha impedido hasta hoy una intervención militar contra Venezuela por parte de EU, posición que se mantiene ahora, cuando el presidente Donald Trump ha dicho que ninguna opción está descartada
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En su turno, Maduro evocó la primera visita de Chávez a Cuba, hace justamente 24 años. Vino con visión bolivariana y martiana y lleno de sueños; tuvo la gran sorpresa de que en la escalerilla del avión lo esperaba un gigante, Fidel Castro Ruz, y se dieron un abrazo, primer paso para esta grandiosa historia de la ALBA, la Celac y Petrocaribe. Recordó la arrolladora victoria electoral del comandante cuatro años después, que lo catapultó a la presidencia y la derrota del golpe de Estado de 2002, que abrió el camino a la fundación de la ALBA por Chávez y Fidel en 2004, mientras en Miami era lanzado el colonial ALCA para engullir a la región. Argumentó que a partir de entonces se hicieron posibles las grandes misiones sociales educativas y de salud en Venezuela, de las que han participado decenas de miles de colaboradores cubanos. El líder venezolano puso la criptomoneda petro a disposición de la organización y llamó al relanzamiento de las misiones, incluyendo la regional Misión Milagro, ya en parte incluido en el instrumento de cooperación bilateral entre Cuba y Venezuela firmado ese mismo día. Habló de la importancia de crear un pensamiento económico propio y retomar el Consejo Económico de la ALBA, el que se propone lo dirija Bolivia, con el mayor crecimiento económico de AL y el Caribe en la última década. Al referirse a la necesidad de crear una zona económica común de los países de la ALBA para ir a un desarrollo compartido y unificado, Maduro exhortó a unirse para ello como lo hacemos en educación, cultura, recreación, lucha contra el cambio climático y contra el bloqueo a Cuba en la ONU o la solidaridad con Venezuela en la OEA
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Preparémonos para nuevas batallas, preparémonos para renovar la esperanza, preparémonos para la victoria, concluyó Maduro.