La actual plataforma de colonización neoliberal, que también es mediática, hay que enfrentarla desde la cultura, señaló Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, en el balance de trabajo del año 2018 en el MINCULT
Por René Tamayo León
Fuente: Juventud Rebelde
La historia es un permanente proceso de cambio y movimiento, pero la política cultural de la Revolución Cubana sigue teniendo sus ideas esenciales en el discurso Palabras a los Intelectuales, del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, señaló la doctora Graziella Pogolotti, durante una intervención medular en el balance del año 2018 del Ministerio de Cultura (Mincult), que sesionó la víspera en la capital.
La democratización de la cultura y la necesidad de unir, de sumar a todos, fueron destacados por la intelectual cubana como dos de los principios defendidos por el líder histórico de la Revolución aquel 30 de junio de 1961 en la Biblioteca Nacional José Martí, los que continúan siendo lineamientos válidos hoy, cuando vivimos circunstancias donde la confrontación cultural ha alcanzado niveles que entonces no tenía, explicó.
El resumen de trabajo del Mincult se celebró en el teatro del Museo Nacional, con la asistencia de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros; Víctor Gaute López, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido; Miguel Barnet Laza, presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), y Alpidio Alonso Grau, titular del organismo, entre otros dirigentes del Partido y el Gobierno.
A propósito de los comentarios de la Pogolotti sobre la política cultural de la Revolución, con los cuales coincidió, el mandatario cubano comentó que aún no está totalmente concretada la conceptualización de esas ideas de Fidel, lo cual es un propósito del Programa de Desarrollo Cultural hasta 2030, uno de los planes que se chequean sistemáticamente por el Gobierno para su cabal cumplimiento.
El arte y el hacer
El encuentro tuvo como guía un informe de balance en el que se recogió, a pedido del Gobierno meses atrás, el banco de problemas del Ministerio, así como la solución de este, siempre bajo el principio de metas a corto, mediano y largo plazos. También presentó los objetivos y prioridades de trabajo del organismo para 2019, resumidos en 30 medidas dirigidas a acrecentar y perfeccionar el hacer cultural en el país.
Año de intenso trabajo, el 2018 concluyó con «la elaboración del Programa de Desarrollo Cultural, que se articula con las Bases del Plan de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 y el Banco de Problemas del Ministerio», reza el documento.
El sistema de cultura —agrega— continuó las políticas aprobadas como parte de la implementación de los Lineamientos, así como mantuvo entre sus prioridades la preservación y promoción del patrimonio cultural material e inmaterial y el Programa de Memoria Histórica, entre otros.
En el período se continuó la restructuración gradual de la red de centros de la enseñanza artística y se reabrió la carrera de profesor-instructor de arte en el curso 2017-2018. Se trabajó en el perfeccionamiento de los planes de estudio y programas de centros docentes especializados en las artes, cuyos estudiantes, además, se insertaron en proyectos socioculturales en las comunidades.
La programación cultural en 2018 —abunda— estuvo caracterizada por su intensidad y diversidad, la música continúa siendo la manifestación de mayor convocatoria e impacto.
Uno de los temas más debatidos el pasado año, el Decreto 349, destinado a la protección de la cultura en los espacios públicos, también fue analizado. Se reconoce que la normativa generó «insatisfacciones y estados de opinión que fueron (y continúan siendo) manipulados por medios de prensa enemigos y por elementos de la contrarrevolución, que sembraron confusión al interior del sector artístico, especialmente en el ámbito de las artes plásticas en la capital».
En respuesta a la situación originada, «se crearon varios espacios para la información detallada y el diálogo con escritores, artistas y promotores culturales de todo el país, y se articuló, de conjunto con la AHS y la Uneac, un grupo de trabajo para la redacción de la norma complementaria, que tomó en cuenta opiniones recibidas».
Todo este proceso —se expone— «evidenció la necesidad de rediseñar y sistematizar los espacios de información y diálogo de las instituciones con el movimiento intelectual y artístico, en los que se produzca una participación real de estos en los análisis y decisiones sobre temas de política cultural».
Cultura siempre es debate
La calidad de la programación de las instituciones culturales; la necesidad de establecer las jerarquías artísticas y que esta sea respetada por todos; la urgencia de una crítica artístico-literaria de calidad; la lucha en las redes sociales; la capacitación de los cuadros del Mincult fueron temas debatidos en el balance del organismo.
«La esencia de lo que tenemos que hacer hoy está en identificar las problemáticas fundamentales que estamos viviendo, sobre todo en lo ideológico, y buscar una interpretación y una proyección desde la cultura», señaló, por su parte, Díaz-Canel.
El mundo en que vivimos, donde se alienta la guerra, donde está cada vez más consolidado el hegemonismo y la injerencia, donde impera una plataforma de colonización neoliberal y hay una lucha mediática tremenda que convierte la mentira en verdad virtual, donde hay una guerra económica que tiene una expresión en lo ideológico, «la lucha es cultural y el tema es de ideas y de identidades, y estas hay que defenderlas desde la cultura, hay que enfrentarse a esa plataforma que nos quieren imponer desde la cultura», reflexionó .
El mandatario explicó que la crisis del capitalismo está engendrando, en su salida, que es el neoliberalismo, programas conservadores que se imponen y se asimilan por las masas. Manipulan un grupo de elementos que involucran de forma muy perversa determinados fenómenos, un ejemplo de lo cual es la migración, con su consiguiente xenofobia, racismo, fundamentalismo. Llevan el fenómeno al plano del nacionalismo y la gente termina repudiando el fenómeno —la migración— y no las causas de él, que es el neoliberalismo.
También —agregó— está el mito de la empresa privada. Han hecho creer que lo privado lo resuelve todo y eso lo apoyan con el concepto neoliberal del Estado mínimo. Todo lo que es institucional, todo lo que es Estado, no sirve, todo hay que llevarlo a la empresa privada, hay que privatizar, dicen.
Este montaje tiene un componente mediático importante, en el que los medios de comunicación actúan como partidos políticos, a lo que se suma los problemas que han tenido las izquierdas. Esto es lo que explica un grupo de fracasos de la izquierda, sobre todo latinoamericana, señaló.
Para enfrentar todo eso, estoy de acuerdo con lo que planteaba la doctora Pogolotti. Tenemos que influir mucho más desde la cultura, desde la identidad, en la formación integral de las nuevas generaciones, que tiene que ser esencialmente humanista, enfatizó Díaz-Canel.
«¿Qué es lo que está tratando de hacer el imperialismo? Estandarizar una sola cultura, tratar de quebrarnos las identidades a todos los países, que la gente vea como obsoletos su cultura, sus símbolos, su identidad, que los desprecien, y que millones de gentes del mundo, de diferentes edades, asuman la cultura de ellos.
«Tenemos que priorizar esa batalla cultural, que pasa por el diálogo, por la participación y por el debate. Tenemos que desarrollar más espacios de debate para discutir todo lo que se ha debatido aquí (en la asamblea de balance del Mincult) con un mayor número de personas, con intelectuales, con historiadores, con artistas. Hay que darles mayor participación a las personas para que puedan expresar sus ideas y puedan aportar a lo que queremos hacer».
Fallos de programación
A propósito de las fallas en la programación cultural en el país, que no siempre tiene la calidad que debe, el Presidente cubano rechazó las incoherencias en este sentido, las que no solo se manifiestan en el ámbito no estatal, sino también en el estatal, incluso en el de instituciones culturales.
«La política cultural de la Revolución es una sola, y tiene que estar en todos los ámbitos, y el papel rector en su implementación es del Ministerio de Cultura, que tiene toda la autoridad sobre esto, dada por el Gobierno». Es esta una de las principales direcciones del trabajo cultural en el país.
Díaz-Canel orientó también, en el trabajo del sistema de relaciones internacionales, proyectar el debate cultural de la Revolución en América Latina, el Caribe y el mundo, creando espacios en los cuales asumamos este debate, una de cuyas vías es apoyar más el trabajo de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad de forma cotidiana.
El último tema abordado por el mandatario fue lo relacionado con la nueva Constitución de la República, la que impone nuevos desafíos, como el fortalecimiento de la autonomía de los municipios, donde las instituciones culturales actúan, y la complementación de la Carta Magna con las leyes que se requieren, tanto en el ámbito artístico como en la interrelación del Mincult con otros organismos en el ámbito cultural.
Al cierre de la entrega de esta nota, el Presidente de los Consejos de Estado y Ministros participaba en el balance de trabajo del año 2018 del Ministerio de Economía y Planificación.