A la luz de las recientes revelaciones de Michael Cohen, exabogado personal del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien acusó al mandatario de ser “racista”, “estafador” y un “fraude”, ante un Congreso dividido entre ataques republicanos al letrado y el ímpetu de los demócratas en incriminar al inquilino de la Casa Blanca, hay que recordar que hace 30 años, cuando aún era inversionista en construcciones en Manhattan, Donald Trump dijo que su gran ambición era lograr que el entonces presidente Ronald Reagan, lo enviara a Moscú para negociar un acuerdo sobre armas nucleares. Se jactaba que “bastaría una hora de discusión suya con él para que termine la Guerra Fría».
Pero ¿qué ha pasado con esa delirante ambición? Ahora que es presidente, Trump no necesitaría esperar una cita para probar su habilidad en la negociación nuclear. Apenas el pasado año, Trump calificó a las armas nucleares como «el mayor problema del mundo». Sin embargo, no se ha referido a ello cuando su gobierno anunció, hace menos de una semana que se retira del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio suscrito hace tres décadas y que fijó en el Tratado START 2011 del ex presidente Barack Obama, un pacto de reducción de armas estratégicas que expirará dos semanas después que culmine el período presidencial actual.
Trump siempre ha demostrado que no le agrada ningún tratado que él mismo no haya negociado. Se retiró del acuerdo nuclear de Obama con Irán, del pacto climático de París, de la Alianza Transpacífica, y reemplazó el acuerdo comercial del TLCAN del ex presidente Bill Clinton por el remodelado Acuerdo México-Canadá, a pesar de que el acuerdo aún no confirmado mantiene la mayoría de las disposiciones del acuerdo original. Pero la agenda de las armas nucleares está abierta y madura para una nueva negociación presidencial, dicen muchos expertos nucleares. Trump podría aspirar a poner su propio sello en las negociaciones sobre armas nucleares en esta nueva era.
En contraste con el Tratado INF, que hace años Washington acusa a Rusia de violar, la administración Trump no cuestiona si Putin está observando adecuadamente el nuevo tratado START. Se observa que Trump, pese a sus viejas ambiciones, no avanza negociaciones sobre armas nucleares. Primero, porque serían considerablemente difíciles y complejas. Y segundo, porque Trump ha purgado a su administración de internacionalistas moderados que tiendan a favorecer la diplomacia, como el Secretario de Defensa Mattis y el Jefe de Estado Mayor John Kelly, los más recientes. Su asesor de seguridad nacional, el ultra halcón John Bolton, se ha pronunciado siempre contra de los tratados INF y New START. Pero la razón principal puede tener más que ver con las múltiples investigaciones sobre los vínculos de Trump con Rusia, especialmente la del abogado especial Robert Mueller sobre la posible colusión de la campaña de Trump en 2016 con Moscú. El pasado mes de julio, poco antes de que Trump volara a Helsinki para su primera cumbre con Putin, los periodistas le preguntaron qué esperaba conseguir. «Que no haya más armas nucleares en ninguna parte del mundo, no más guerras, ni más problemas, ni más conflictos», declaró. Trump también dijo que creía que él y Putin tendrían una relación extraordinaria. La cumbre, sin embargo, fue un desastre político para Trump, y fue quizás la última vez que el habló en términos positivos de su relación con Putin.
En la cumbre, Trump al parecer falló al aceptar la negativa de Putin a interferir en las elecciones de 2016 sobre los hallazgos de sus propias agencias de inteligencia estadounidenses, y desde entonces el presidente ha estado rodeado de preguntas casi constantes en los medios de comunicación acerca de si se ha comprometido con Putin y la inteligencia rusa de alguna otra manera. En un momento dado, el FBI incluso abrió una investigación sobre si Trump era un activo de la contrainteligencia rusa. En la cumbre del G-20 en Argentina en noviembre de 2018, Trump se sintió presionado a cancelar su reunión personal con Putin.
Lo extraño de las supuestas relaciones furtivas de Trump con Putin es que él había anunciado que uno de sus objetivos como presidente sería mejorar drásticamente las relaciones con Moscú y ahora no se atreve a demostrarlo.
Los expertos dicen que los avances en la tecnología -tanto en las armas nucleares como en la capacidad de controlarlas- justifican nuevos y creativos acuerdos de control de armas basados en los tratados INF(Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START) y el New START o START III, que son los pactos más antiguos no dan cuenta de muchos de estos cambios. Los rusos, por ejemplo, dicen que están trabajando en nuevos sistemas de armas, como un misil de crucero de alcance ilimitado y armas hipersónicas, mientras que en su Revisión de la postura nuclear de Estados Unidos, Trump habló del desarrollo de un nuevo misil crucero con armas nucleares.

Por REDH-Cuba

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