Llegamos en este mayo de los trabajadores de 2019 a un nuevo cumpleaños, del gran compañero de todas y todos, y vale recordarlo desde sus propias ideas, recrearlas y reforzarlas en el accionar cotidiano.


El 5 de mayo de 1818, en Tréveris, Alemania, nació aquel gigante, filósofo extraordinario y mayor teórico de la Economía Política, que como tal pudo haber nacido en cualquier parte del mundo capitalista, y que de hecho y a pesar de la enorme resistencia del sistema, se universalizó. Actualmente su obra cumbre, “El Capital”, continúa aumentando ventas, por ejemplo, en más del 15% en Alemania según datos publicados en un artículo “’El Capital’, más vendido que nunca en el bicentenario del nacimiento de Marx” del periódico digital Elplural.com de Madrid del 11 de mayo pasado. Gran paradoja de la historia, pues resultó un buen negocio para las editoriales, envidiable para las Universidades que de una u otra manera se esfuerzan en desvalorizarlo, desde aquel joven Marx que le truncaron su carrera docente por repensar (reconstruir o decontruir) la filosofía desde la dialéctica hegeliana y el materialismo feuerbachiano, hasta los jóvenes estudiosos de la economía hoy que por más que se les indique pensar que el marxismo pasó de moda, se siguen nutriendo de su método. Claro, en sus tiempos, la obra de El Capital pasó bastante inadvertida.

El marxismo ha estado unido a la suerte de las y los trabajadoras/as desde el vamos, y como otra paradoja histórica se juntan en mayo el nacimiento de su fundador y principal exponente y los hechos que dieron lugar al asesinato de aquellos 8 obreros en Chicago con diferencia de solo 68 años. Unidad que se da entre la Economía, su estudio como base estructural o material y el conjunto social que se levanta tras ella, expresado en la unidad de las ciencias que analizan los distintos ángulos como partes de un todo dinámico. En ello, y dicho en dos palabras, la teoría de la explotación o de la plusvalía como leitmotiv o ley económica fundamental del sistema capitalista, pues es la obtención de masas cada vez mayores de plusvalía la razón de ser del Capital y su sistema.

Es que la teoría valor trabajo con Marx tiene un vuelco revolucionario e insuperable hasta el momento, descubriendo al mismo como único generador de valor, ya sea en su estado presente como pretérito contenido en maquinarias, materias primas e instrumentos. Está allí la génesis de una teoría científica del capital humano, al descubrir la fuerza de trabajo convertida en mercancía, y no una simple función de producción a la que se le agrega una pieza al estilo de Schultz, Becker o cualquier “modernista” del siglo pasado. Es que precisamente cuando la fuerza de trabajo se vende en el mercado, es que pasa a ser capital, pero su dueño ya no es el original, el trabajador, pues esa capacidad de trabajar pasa en ese momento, en el que se convierte en Capital, a manos del capitalista.

Así despeja el marxismo el movimiento del sistema, su forma de reproducción social, descubriendo al mismo tiempo su dialéctica de clase, como capital y trabajo, y de allí como capitalista y trabajador/a. Pero y más allá de las esencialidades, o por las esencialidades mismas, es el método lo que hace a esta teoría capaz de superarse a sí misma, dialéctica que en Economía se expresa en un largo y profundo ciclo dinámico que parte de una realidad simple, sensible u observable, el todo o una parte del mismo, que tras un proceso analítico de abstracción descubre su esencia para luego volver a ella misma, pero ya delineada, concreta pensada. Las 6 páginas de la Obra “Contribución a la crítica de la Economía Política”, epígrafe 3 “Sobre el método” del primer anexo, resultan una joya de obligada y repetida lectura de cualquier economista dónde siempre se descubre algo nuevo.

Y por casa cómo andamos…Tasa y masa de Plusvalía en Uruguay

Las mediciones del último ciclo, en torno a la tasa y masa de plusvalía, resultan interesantes para analizar la etapa progresista que estamos transitando.

Si bien es la tasa de plusvalía, o sea la relación entre el capital variable y la plusvalía calculada aquí como la masa de beneficios o excedente de explotación dividido por la masa salarial, es la expresión del grado de explotación; como decíamos antes, es la obtención de masas cada vez mayores de plusvalía lo que actúa como ley objetiva del desarrollo en el sistema capitalista. El gráfico muestra cómo ambas variables caen en la crisis, para salir de ella (a partir del 2001 y hasta el 2004) con un crecimiento exponencial de la tasa de explotación, así de la propia masa de plusvalía (estimada a partir de la masa de beneficios o excedente de explotación), pues las crisis son de hecho un proceso fuerte de renovación del capital tras la concentración y centralización del mismo. La segunda variable, la masa de plusvalía, continúa creciendo a partir de allí y hasta el 2014/15 aceleradamente, mientras que la tasa de plusvalía disminuye en 2005, estancándose luego con cierta tendencia a la baja en los tres últimos años (2015-2018).

Lo expuesto es expresión de que, en la etapa progresista, se pudo crecer con cierta distribución, pues el estancamiento de la tasa de plusvalía se dio por incremento de la masa salarial a la par que el de la masa de plusvalía.

Sin embargo, no es menos cierto que mientras la masa de plusvalía crecía rápidamente y se cumplía la máxima de la antes mencionada ley económica fundamental del sistema sin apuros mayores, el Capital no tenía necesidad de apretar demasiado y mostrar sus dientes carroñeros como en otros tiempos. La pregunta que cabe, es que pasará ahora que el crecimiento económico ya no es tal, y que la masa de plusvalía durante 2017 y 2018 muestra un estancamiento.

Es que el desarrollo cíclico del sistema fue y es también otro de los grandes descubrimientos de Marx. El gráfico siguiente los ilustra para el siglo que corre entre 1918 y 2018 para el caso de Uruguay. Vemos allí el ciclo que comienza en 1931 y termina 10 años después, allí la crisis que le da comienzo se asocia a la crisis mundial del 29 al 33, pero que en una etapa de industrialización incipiente y sustitución del viejo modelo agroexportador, en Uruguay tiene un efecto algo retrasado (1931-36). Luego el ciclo 1941-1955, con una crisis no muy aguda y vinculada también a la sequía de 1942 (1941-1944) comenzando a partir de allí el auge del Modelo Industrializador que venía en proceso de instauración desde la década anterior. A partir de 1955 y hasta 1973 se produce el ciclo crítico con el estancamiento más largo de nuestra historia, y desde 1973, dictadura mediante, hasta 1981 una nueva etapa de crecimiento e instauración del nuevo modelo transnacional financiero o LACE como le llamara Olesker resumiendo sus características (Liberalizador, Aperturista, Concentrador y Excluyente). El siguiente ciclo comienza en los marcos de la llamada crisis de la deuda o década perdida para América Latina, crisis que en Uruguay se le denominó “de la Tablita” al relacionarla con la caída del dólar fijo que se publicaba en una “tablita”. Ese Ciclo (1981-1998) tuvo su etapa de esplendor en los años 90’. Finalmente, el ciclo comenzado en 1998 con sus fases de Depresión (1998-2002), crisis (2002), recuperación (2003-2006) y auge (desde 2007 y aún no termina). Este último ciclo dio lugar a un nuevo Modelo de desarrollo capitalista con distribución.

Otro cumpleaños

“La razón última de todas las crisis reales es siempre la pobreza y la limitación del consumo de las masas frente a la tendencia de la producción capitalista a desarrollar las fuerzas productivas como si no tuvieran más límite que la capacidad absoluta de consumo de la sociedad”. (Carlos Marx)

Llegamos en este mayo de los trabajadores de 2019 a un nuevo cumpleaños, del gran compañero de todas y todos, y vale recordarlo desde sus propias ideas, recrearlas y reforzarlas en el accionar cotidiano.

Fuente: Mate Amargo

Por REDH-Cuba

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