Resumen Latinoamericano revela ante el mundo la realidad de las niñas y los niños cubanos en un documental que deviene arma de batalla contra aquellos enemigos del proceso revolucionario en la Isla que intentan promover una falsa imagen de nuestro país.
Las niñas y los niños, en Cuba, casi siempre ríen. Lo hacen porque viven en un país que ha asegurado sus derechos, adelantándose incluso 30 años a la Convención sobre los Derechos del Niño, firmada el 20 de noviembre de 1989 por numerosos países. Pero este logro no es causa del azar, sino del empeño de Fidel que desde 1959 abrió las puertas al desarrollo de una sociedad progresista, que centra su quehacer en el mejoramiento humano y la utilidad de la virtud.
Así lo sienten Syara Salado Massip y Víctor Villalba Gutiérrez, y lo demuestran en su documental La voz de la inocencia, sobre el cual conversan esta vez con Juventud Rebelde. Esta producción de Resumen Latinoamericano, deviene arma de batalla contra aquellos enemigos del proceso revolucionario cubano que intentan promover una falsa imagen sobre nuestra Isla. El material es, sin dudas, un regalo para todos los que han dedicado tiempo y esfuerzo a hacer de la infancia cubana un ejemplo para el mundo.
«Creo que resulta imprescindible, en el contexto actual que se encuentra nuestro país, que en todo el orbe se reconozcan las hazañas que se hacen en Cuba para asegurar el bienestar de los más pequeños», asegura Syara, una joven graduada de Comunicación Social a la que siempre le ha apasionado la realización audiovisual.
«Nos sentimos orgullosos de los logros en materia de salud, educación, inclusión, entre otros que patentizan el ideal revolucionario con que hemos mantenido la Revolución, y eso debe quedar claro para otras naciones, sobre todo cuando hay fuertes campañas que se empeñan en demostrar lo contrario», agrega la también colaboradora de Resumen Latinoamericano.
«Para muchos países los derechos que tenemos en Cuba, sobre todo las niñas y los niños, son una quimera. Y es por eso que este documental cobra mayor importancia, porque seguimos siendo un paradigma a nivel internacional», agrega Víctor, graduado de Sicología.
Canto a la igualdad
Una escuela primaria, una escuela especial, un hospital, una compañía de teatro y un hogar de niños sin amparo familiar. Son los escenarios que entretejen las historias del material audiovisual.
«Quisimos mostrar a través de las interioridades propias de cada espacio, la manera en que Cuba —con acciones que por cotidianas a veces parecen simples—, posibilita que las niñas y los niños alcancen su pleno desarrollo», expresa el realizador.
Testimonios como el de Carlos Alberto Cremata, director general de La Colmenita, que resalta la capacidad de los menores de tener voz propia, o el de Ana Belkis Barbán Carrillo, directora del hogar de niños sin amparo familiar de San José, que muestra cómo el amor es capaz de crear lazos familiares, y el del doctor Jesús de la Caridad Reno, jefe de sala de Pediatría del Instituto Nacional de Oncología, que tanto hace para que los efectos del bloqueo no limiten la atención a la salud de quienes padecen enfermedades malignas, constituyen paradigmas en una región como la nuestra, con disímiles retos por cumplir en materia de derechos y oportunidades.
Y es que tenemos la dicha de que nuestros pequeños puedan disfrutar de una vida con calidad, sin preocupaciones ni amenazas. Las excepciones existen, por supuesto, pero no logran empañar la realidad masiva.
El documental se ha convertido en un arma para rebatir las especulaciones sobre nuestro sistema social, y sobre todo para sensibilizar a personas de diferentes orígenes, razas y creencias sobre la necesidad de tener derecho a tener derechos, expresa Syara Salado.
En los momentos actuales de recrudecimiento de la hostilidad del Gobierno estadounidense, la felicidad de niñas y niños es uno de los principales motivos que nos impulsan para no amedrentarnos, ni ceder espacios a políticas contrarias a nuestros principios, agrega.
En ese empeño, el material se está traduciendo a diferentes idiomas, y ya se estará presentando en varias ciudades extranjeras, con la colaboración de Resumen Latinoamericano.
La multiplicidad de colores y de sonidos creados por las niñas y los niños, hacen de esta propuesta una manera atractiva, sentida y efectiva para realzar la obra revolucionaria. Y constituye, sin lugar a dudas, un reconocimiento al Comandante en Jefe Fidel Castro, pues como recalcan sus realizadores, es una forma de rendirle homenaje y darle las gracias por crear una conciencia política con respecto a todo lo que implique una infancia feliz.
Fuente: Juventud Rebelde