A 74 años de aquel crimen, el lunes 5 de agosto, el presidente Donald Trump emitió un decreto ejecutivo que pretende dar visos de legalidad al bloqueo contra Venezuela, el cual se venía aplicando de hecho y cuyo objetivo –como en Hiroshima y Nagasaki– es el genocidio en masa contra el pueblo venezolano. La nueva medida hace todavía más difícil para Caracas proteger la alimentación del pueblo mediante la adquisición de los ingredientes de las cajas CLAP, así como el abasto de medicamentos y el mantenimiento de servicios que dependen de piezas de repuesto de fabricación estadunidense.
Venezuela estaba ya de hecho fuera del sistema financiero internacional, lo que ha dificultado enormemente sus pagos, aunque disponga de fondos. Ahora Trump refuerza esa carencia, roba los activos venezolanos en Estados Unidos, impide toda relación económica de entidades o personas estadunidenses con Venezuela y amenaza con sancionar a gobiernos, empresas o particulares de terceros países que mantengan relaciones de ese tipo con Caracas. Esto hará que infinidad de bancos y empresas extranjeros se abstengan de realizar operaciones con el Estado sancionado por temor a las millonarias multas que impone Washington, como ya se ha visto en Cuba e Irán.
Mientras, Trump, Bolton, Pompeo y demás bandoleros neofascistas de la Casa Blanca argumentan cínicamente que el decreto está dirigido contra el gobierno de Maduro
, no contra la población. Igual, la vendepatria oposición venezolana y el supertítere Guaidó apoyan la medida yanqui y le hacen el juego al imperio al tratar de ocultar los duros padecimientos que impondrá en la nación sudamericana. He comprobado, en Cuba y en Venezuela, el daño que hacen a millones de personas los bloqueos, al obstaculizar el desarrollo económico e imponer la insatisfacción de necesidades humanas elementales. Por documentos estadunidenses desclasificados conocemos la deliberada intención de imponer miseria y desesperación con estos eufemísticamente llamados embargos
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A propósito, el FSP, que se define antimperialista y antineoliberal, rechazó enérgicamente el bloqueo a Cuba y la agresión económica imperialista contra Venezuela. En general, condenó la guerra no convencional que aplica Estados Unidos contra los gobiernos que no se pliegan a sus intereses y órdenes
y rechazó “la Doctrina Monroe y todas las ideas de Estados Unidos acerca de que América Latina y el Caribe son su ‘patio trasero’”. También decidió concertar en todo espacio que lo permita, acciones que enfrenten el dominio del imperialismo yanqui en América Latina y el Caribe
. El grito Lula libre
resonó constantemente en Caracas.
Contrario a lo que afirma Bolton, la oficialización
del bloqueo a Venezuela y el que se aplica contra Cuba no lograrán rendir a sus pueblos, cuya alta conciencia patriótica y política despiertan admiración y creciente solidaridad en el mundo y sus izquierdas. Si seis décadas de bloqueo no han podido doblar el brazo a Cuba, ¿basado en qué peregrina idea piensa el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca que sí funcionará contra Venezuela y, ahora sí, contra Cuba? Bolton es un desajustado y un incompetente que está cuidando el puesto ante los crecientes rumores de que va a ser despedido por su jefe. Éste, a su vez, casi todo lo hace en busca de la relección en 2020. La nueva agresión contra Venezuela y otras que planea contra Cuba obedecen principalmente al deseo de congraciarse con la extrema derecha venezolana y cubana en Miami, que le han prometido los votos de ese estado –váyase a saber cómo lo lograrán–, pero le exigen ser más duros contra La Habana y Caracas.
La reunión del FSP fue cerrada con discursos combativos de los presidentes Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel. El primero subrayó que el bolivarianismo surgió como respuesta autóctona de Venezuela a la crisis del modelo de dominación pro imperialista
… y resaltó la importancia de la unidad de la izquierda latinoamericana y caribeña desde el punto de vista moral, espiritual, político. Tenemos que lograr la unión de todas las fuerzas progresistas con un gran proyecto que logre unificar las fuerzas populares
. Díaz-Canel, en su turno: Estados Unidos amenaza y calumnia a Cuba y a Venezuela para no reconocer su fracaso en el intento por derrocar la revolución bolivariana… Ninguna mejor tribuna que este foro para ratificar que La Habana no renunciará ni traicionará jamás a sus principios ni a Venezuela
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Fuente: La Jornada