La Ley Helms-Burton, herramienta principal para la internacionalización del bloqueo contra Cuba, arriba este jueves a los 24 años de su firma por el entonces presidente de Estados Unidos William Clinton.

Oficialmente nombrada como Ley de la libertad cubana y solidaridad democrática, este instrumento contempla la negativa de créditos y ayuda financiera a países y organizaciones que favorezcan o promuevan la cooperación con la isla.

Desde su puesta en vigor, el Departamento de Estado notifica mediante Cartas de Advertencia a compañías inversionistas en las llamadas propiedades confiscadas, resultado de la recuperación de empresas y terrenos privados a la propiedad estatal luego del 1 de enero de 1959.

Washington insiste en esa excusa pese a la legalidad establecida durante las nacionalizaciones en Cuba, confirmada en los acuerdos de compensación propuestos entonces por La Habana y negados por la Casa Blanca.

En contradicción con el derecho internacional, la ley establece entre sus artículos la privación de la inversión extranjera en la mayor de las Antillas a la vez que otorga autoridad a propietarios o familiares de propietarios de dichas patrimonios antes de 1959.

El 16 de julio de 1996, entró en vigor el polémico Título III de la Helms-Burton, sin embargo el propio Clinton emitió paralelamente una orden de suspensión temporal por seis meses de una parte del acápite.

Tras la sucesión de mandatarios que lo postergaron, Donald Trump abrió en 2019 por primera vez la posibilidad de que se entablaran demandas en las cortes de Estados Unidos contra las empresas cubanas incluidas en una lista elaborada por el Departamento de Estado.

De este modo estableció el permiso a nacionales estadounidenses para demandar a personas y empresas cubanas o de terceros países, que ‘trafiquen con propiedades norteamericanas’ nacionalizadas en la isla.

La activación del Título III fue calificada por las autoridades cubanas como un ‘chantaje al mundo’, por codificar el bloqueo económico, financiero y comercial contra Cuba ahora con carácter internacional.

Hasta la fecha, varias compañías norteamericanas resultaron blanco de demandas, entre las que destacan el gigante tecnológico Amazon, la aerolínea norteamericana American Airlines y la empresa de cruceros Carnival Cruise Lines.

Tomado de Periódico Trabajadores

Por REDH-Cuba

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