La ejecución de la política agresiva de Estados Unidos contra Cuba, continúa en su curso más hostil en época de enfrentamiento a la pandemia mundial por coronavirus, a pesar del pedido de los diversos organismos internacionales de acabar con las sanciones que obstaculizan esta batalla por la salud humana.
Estados Unidos no escucha ni a la ONU y mucho menos al mundo. A pesar de los pedidos de levantar sanciones en tiempos de pandemia como la que hoy se cobra miles de vida en todo el planeta y en su propio país, arrecia su agresiva política contra Cuba. Pero hoy continúa más aislado que nunca, ante el prestigio de esta Isla, que ofrece solidaridad a corazón abierto.
Recientemente, la empresa exportadora e importadora de BioCubaFarma, Farmacuba, informó del retorno de un barco al puerto de origen con dos contenedores de materias primas para ser usados en la producción de medicamentos y otros medios diagnósticos, aunque ya se encontraba en La Habana, preparado para ser descargado. ¿La causa? Una advertencia de sanción.
La consecuencia de tanta maldad impide la producción de los fármacos de la primera línea para la asistencia médica y de aquellos adquiridos en las farmacias comunitarias por la población. No tuvo en cuenta la cruel política imperial que Cuba ha recibido solicitudes de muchas naciones para adquirir productos en pos de combatir la COVID-19.
Los cancilleres del grupo brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) llamaron a finalizar con las sanciones injerencistas y extraterritoriales que frenan la lucha contra el coronavirus.
En este contexto frente a la pandemia, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, expresó que «apoyamos el llamamiento del secretario general de la ONU, y de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos a que estas sanciones unilaterales y contrarias a la ONU, sean como mínimo suspendidas o, en términos ideales, canceladas», reportó Sputnik.
Fuente: Granma